
En Reino Unido el consumo de combustible ha aumentado un 75% desde 1970, pero no ha sido suficiente para evitar la desaparición del 80% de las estaciones de servicio. Un descenso que ha afectado especialmente a las ciudades, como Londres, que solo tiene cuatro surtidores en la zona central. Guerras de precio entre las gasolineras por el auge de las low cost
La desaparición de gasolineras se produjo en dos fases. La primera, que va desde los máximos alcanzados en 1966 hasta el final de los 80, se produjo por la quiebra de las estaciones independientes, superadas por las grandes compañías petrolíferas que ofrecían precios bajos y autoservicio. La segunda, a partir de los 90, cuando los supermercados hicieron su aparicion, ofreciendo gasolina casi a precio de coste para atraer clientes hasta sus tiendas, situadas habitualmente lejos del centro.
A ello se suma el alto precio de los terrenos en la ciudad, que es más rentable como bloque de pisos que como surtidor, según Arthur Renshaw, experto consultado por The Economist. En ambas atapas, explica, la consecuencia fue que los márgenes se contrajeros y el volumen de venta de las gasolineras creció. De hecho, cada estación vende ahora de media el doble que en 2005.
Servicios alternativos
La salvación para las estaciones de servicio la puede tener Amazon. Jet, una empresa de combustible minorista, anunció recientemente un acuerdo con el gigante de la red para que los clientes recojan en las gasolineras del grupo los paquetes comprados online.
Este acuerdo constata que la gasolina no tiene que ser la principal fuente de ingresos para los surtidores. Algunas ya ofrecen productos como vino, carne o pescados, pasteles caseros, productos típicos de su zona... y por supuesto, café.