Energía

Industria sentencia a la central térmica de Elcogas

La planta térmica de Elcogás se enfrenta a un futuro incierto y parecer ser que no muy halagüeño. La ausencia de una regulación específica que garantice la viabilidad a largo plazo de esta instalación al tratarse de una central singular, la ha llevado a una situación muy complicada, con unas pérdidas acumuladas valoradas en más de 150 millones de euros en los últimos ejercicios y que, solo en 2014, alcanzaron los 24 millones de euros lo que, a día de hoy, hace inviable su continuidad.

El aplazamiento hasta septiembre, por parte de Industria, de la Mesa de la Energía, que iba a celebrarse el 21 de julio, y de la reunión que el ministro Soria iba a mantener al día siguiente con el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García Page y la alcaldesa de Puertollano, Mayte Fernández, para tratar el tema de Elcogas, ha caído como un jarro de agua fría.

El presidente del comité de Elcogas, José Antonio Alcaide, ha comentado a elEconomista Energía que ?trasladar los problemas a otras fechas no los soluciona, solo se alarga aún más la incertidumbre y el desasosiego de los trabajadores y de sus familias. Este Gobierno, una vez más, demuestra una total insensibilidad y falta de capacidad para dar respuesta a los problemas de los ciudadanos. Los problemas no entienden de vacaciones. La administración se paraliza en agosto sin importarles nada. Nosotros seguiremos luchando por defender nuestros empleos y la continuidad de la actividad en la central. En septiembre, intensificaremos las movilizaciones?.

Elcogas lleva veinte años funcionando y es la única planta en España y en Europa con tecnología de Gasificación Integrada en Ciclo Combinado (GICC), una tecnología experimental muy limpia, pero muy cara, que utiliza el gas natural para ponerla en marcha y la gasificación de carbón y otros residuos fósiles como el coque de petróleo para hacerla funcionar, con unas emisiones mínimas a la atmósfera. Además, la planta alberga un proyecto piloto de captura de CO2.

Se trata de un proyecto de interés político y energético europeo que recibió el apoyo económico de la Comunidad Europea al ser seleccionado como proyecto objetivo por el programa THERMIE, que ponía el énfasis en la adopción de acciones a corto plazo para garantizar en el futuro una tecnología limpia en la generación de electricidad.

La empresa como tal nació en 1992 con la participación de varias empresas europeas (Endesa, Iberdrola, EDF, Enel, EDP) y de grupos como Siemens o Krupp y con un ?paraguas regulatorio? debajo del brazo porque los costes asociados a la producción son muy elevados, pudiendo llegar incluso a triplicar los de una térmica convencional -producir un megavatio puede superar los 90 euros de media, frente a los 40-50 euros del precio medio del mercado diario español-.

Sin embargo, las sucesivas reformas energéticas llevadas a cabo por el Gobierno han terminado por equiparar a Elcogas a una térmica de carbón convencional. La puntilla llegó el 31 de diciembre de 2014 cuando finalizó el Real Decreto de Garantías de Suministro con el que desaparecen los incentivos de quema de carbón en centrales. Este RD, aprobado por el Gobierno en 2010, obligaba a las centrales de producción de energía eléctrica a abastecerse de carbón autóctono y a producir determinados volúmenes de electricidad a partir de ese tipo de carbón que el Gobierno marcaba mediante resoluciones anuales

Ante la ausencia de alternativas regulatorias, Elcogas solicitó en julio de 2014 autorización a Industria para el cierre de la planta a partir del 1 de enero de 2015. Sin embargo, en diciembre de ese mismo año, la empresa solicitó la suspensión temporal del expediente de cierre, tras anunciar el Gobierno que habría medidas para el sector del carbón que incluirían soluciones para Elcogas. Cuatro meses después, concretamente en abril, Industria desestima la solicitud de suspensión temporal, por lo que el expediente sigue su curso, dándose el Ministerio como fecha límite para resolverlo el 1 de agosto de este año.

Retribución insuficiente

Solo un mes después, concretamente en mayo, Industria sacó una propuesta de Orden Ministerial por la que se regula el Mecanismo de Capacidad para la Mejora Medioambiental en Determinadas Instalaciones de Producción de Electricidad y que incentiva inversiones medioambientales en plantas de carbón a cambio del compromiso de las eléctricas de comprar carbón nacional para producir energía y, en cuya redacción, recoge una disposición adicional única que afecta a la central de Puertollano.

Sin embargo, aunque la empresa y los sindicatos han valorado favorablemente que la propuesta recoja el carácter singular de la planta, la consideran insuficiente, ya que el incentivo para retribuir el consumo de carbón -unos 30 millones de euros por cuatro años-, apenas cubre los costes de la planta de un año, lo que le obligaría, según la redacción de la norma, a registrar pérdidas otros tres años más.

A principios de julio, los trabajadores de Elcogas se manifestaban ante el Ministerio de Industria en señal de protesta. Los representantes de los trabajadores mantuvieron una reunión con el jefe de gabinete del secretario de Estado de Energía, al que hicieron entrega de una carta dirigida a Alberto Nadal en la que exigen que no se abandone el diálogo iniciado en septiembre de 2014 para que Elcogas mantenga su actividad industrial y no pierda ningún empleo de los que actualmente mantiene este complejo.

Según ha comentado José Antonio Alcaide a nuestra publicación, ?el Gobierno siempre ha ido buscando un parche para no hacer una regulación definitiva a esta tecnología?. El problema, explica Alcaide, ?es la cantidad de puestos de trabajo que se van a perder. Actualmente la plantilla de Elcogas está formada por 144 personas más 120 personas que trabajan en empresas auxiliares, sin contar el empleo indirecto (transportistas, camioneros), así como de los trabajadores de la mina a cielo abierto de Encasur que es la que le suministra el carbón. En total, más de 1.000 empleos?.

Además, explica Alcaide, ?el Gobierno debería tener en cuenta que Elcogás es una central térmica que no solo produce electricidad, sino que también sirve de laboratorio para muchos proyectos?. El presidente del comité de Elcogas asegura que ?la planta podría optimizar sus costes de producción haciendo inversiones en la fase de arranque sustituyendo el gas natural por un compresor que arrancaría con electricidad. Pero estas inversiones dependerán de si la planta sigue o no en pie?.

La situación ha tomado tal cariz que los representantes de los trabajadores de Elcogas han pedido ayuda a Bruselas. A principios de julio, ?nos entrevistamos con el director general de Energía de la Comisión Europea, Dominique Ristori, un encuentro del que hacemos una valoración positiva. El director general nos dijo que iba a hacer gestiones con el Ministerio de Industria para ver qué estaba pasando?.

A pesar de estas circunstancias, Elcogas ha mantenido su actividad mientras espera que Industria de una salida viable a su situación. Según fuentes del sector, sólo en los cuatro primeros meses de 2015, la central ha registrado unas pérdidas de otros 9 millones de euros. Actualmente, tanto la propuesta de Orden Ministerial como el expediente de cierre siguen su curso ante la CNMC, tras cuyos informes el Ministerio de Industria dispondrá de un plazo de tres meses para decidir si autoriza o desautoriza el cierre de Elcogas.

Daños colaterales para la mina de Encasur

La situación de Elcogas también afecta muy directamente a Encasur, una de las explotaciones españolas mineras de carbón a cielo abierto que pertenece a Endesa y que abastece a la central. La mina tiene otro cliente más, la planta de Puente Nuevo, en Córdoba, perteneciente a la empresa Viesgo, antigua E.ON España, cuyos activos fueron comprados por el fondo de inversión australiano Macquarie, y que se encuentra en situación de stand by.

Según fuentes consultadas por esta publicación, Encasur lleva más de un año sin recibir pedidos de sus clientes, lo que ha generado unos stocks de más de 1,3 millones de toneladas que, según distintas estimaciones, permitiría a la empresa atender pedidos habituales de sus dos clientes durante más de dos años sin necesidad de extraer nuevo carbón. 

No obstante, Encasur ha mantenido su actividad extractora a un ritmo inferior, a la espera de que se despeje el horizonte regulatorio y vuelvan los pedidos, aunque según indicaron fuentes de Macquarie a elEconomista el pasado mes de junio, se está estudiando dejar de comprar carbón para la central, ya que la planta de Puente Nuevo cuenta con stock suficiente. Además, la instalación, que fue remodelada hace cerca de seis años, está preparada para poder utilizar otro tipo de carbón, lo que le otorga una amplia flexibilidad.

Reportaje incluido en la edición de julio de elEconomista Energía. Descárgala gratis en nuestra web

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