Energía

China aprovecha la necesidad de Putin y acepta la construcción de un nuevo gasoducto desde Rusia para recibir un gas más barato que Europa

  • Ambos países firman un memorando para construir el Power of Siberia 2
  • Moscú hace público y celebra el acuerdo mientras Pekín prefiere callar
  • Putin necesita desesperadamente un gran cliente que sustituya a Europa
Foto: iStock

Rusia necesitaba un comprador de gas a gran escala tras el hueco dejado por una Europa que busca poner tierra de por medio a raíz de la invasión de Ucrania. China vio enseguida la posibilidad de firmar una 'tarifa plana' de gas a un precio más que razonable. De este tesitura nació el 'abrazo del gas' que ambos países acaban de estrechar con un acuerdo para aumentar el suministro y para construir un nuevo gasoducto. Como en todos los abrazos, sin embargo, una parte puede 'apretar' más que la otra.

El gigante estatal ruso Gazprom ha anunciado que ha firmado un memorando jurídicamente vinculante para construir el tan esperado gasoducto Power of Siberia 2 hacia China a través de Mongolia. Una ambiciosa infraestructura que ampliará los suministros a través de otras rutas alternativas a las ya existentes, lo que el Kremlin considerará una importante victoria política.

En declaraciones realizadas a agencias de noticias rusas desde Pekín, el director ejecutivo de la gasística estatal, Alexey Miller, ha afirmado que Gazprom podría enviar hasta 50.000 millones de metros cúbicos al año a través del Power of Siberia 2 durante 30 años. El precio del combustible será inferior al que Gazprom cobra actualmente a sus clientes en Europa, ha aclarado Miller, lo que pone de manifiesto la necesidad de Moscú de 'atar' al cliente chino.

Miller ha justificado estos precios menores que los cobrados a Europa en las grandes distancias y el terreno que requieren la construcción de los gasoductos, añadiendo que Power of Siberia 2 sería el proyecto de gas más grande y con mayor inversión de capital del mundo, informa Reuters. Sin embargo, no se ha aclarado quién construirá el gasoducto ni se han revelado las inversiones finales.

Prueba de esta dinámica en la que China puede moverse con más calma es que Pekín aún no ha confirmado los detalles de la declaración de Miller. La agencia estatal china de noticias Xinhua, al informar sobre las reuniones bilaterales, no ha mencionado específicamente el gasoducto, aunque ha informado de que los dos países firmaron más de 20 acuerdos de cooperación, entre ellos en el ámbito de la energía.

Las conversaciones en torno al megaproyecto llevan años estancadas. Mientras que Rusia está ansiosa por impulsarlo con el fin de compensar la referida reducción de los suministros europeos tras la invasión de Ucrania -y la Unión Europea está considerando ahora una prohibición total para finales de 2027-, China se ha mostrado mucho más cautelosa. El crecimiento de la demanda de gas se ha ralentizado y Pekín desconfía de la dependencia excesiva de un único proveedor.

Conseguir cualquier avance en el proyecto supone un hito diplomático para el presidente Vladímir Putin y una poderosa señal de los fuertes lazos que se han desarrollado con China desde 2022, mientras Rusia se enfrenta al impacto de las sanciones occidentales. La reunión de los últimos días del bloque de seguridad de la Organización de Cooperación de Shanghái llega en un momento en el que la administración Trump está intensificando su retórica y castigando a países de todo el mundo con aranceles punitivos.

Preguntas sin respuesta

Sin embargo, los comentarios de Miller a las agencias de noticias rusas dejan varias preguntas sin respuesta. Además de las negociaciones sobre precios aún inconclusas, no está claro si China podrá comprar volúmenes flexibles del gasoducto o si tendrá que adquirir toda su capacidad. Además, no se ha dado ningún plazo para la construcción ni para el inicio de las entregas. Los detalles financieros tampoco se han revelado aún.

"El proyecto de construcción del Power of Siberia 2 y del gasoducto Soyuz-Vostok, el enlace de tránsito a través de Mongolia, así como la capacidad de transporte de gas en China, se convertirá en el proyecto de gas más grande, más masivo y con mayor intensidad de capital del mundo", se ha limitado a presumir Miller.

Según las informaciones transmitidas por las agencias rusas y recogida por Bloomberg, Gazprom también ha acordado aumentar los flujos a China a través de la ruta existente de Power of Siberia en otros 6.000 millones de metros cúbicos al año. Su capacidad anual actual es de 38.000 millones de metros cúbicos. Los flujos a través del futuro enlace del Lejano Oriente con China, cuya puesta en marcha está prevista para 2027, también superarán los 10.000 millones de metros cúbicos al año inicialmente previstos, según estas informaciones.

La asociación "sin límites", como se la conoce, entre China, el mayor consumidor de energía del mundo, y Rusia, el mayor productor de recursos naturales del mundo, se ha fortalecido desde que Occidente impuso onerosas sanciones para castigar a Rusia por la guerra en Ucrania. China es ahora el mayor socio comercial de Rusia, el mayor comprador de crudo y gas ruso, el segundo mayor comprador de carbón ruso y el tercer mayor comprador de GNL ruso, según el Kremlin. Sin embargo, Pekín prefiere no darle tanto altavoz a esta dinámica en medio de unas difíciles negociaciones arancelarias con EEUU y un intento de asegurar el mercado europeo.

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