Energía

Joaquín Pérez Viota (Aeversu): "España no cumplirá los objetivos de 2025 ni los de 2030 y, como sigamos así, ni siquiera los de 2035"

  • "En España el vertedero es muy barato. El precio de la tonelada ronda los 30 euros, frente a los 200 de otros países europeos"
  • "Para luchar contra el cambio climático hay que reciclar al máximo y valorizar energéticamente lo que va al vertedero"
  • Contenido publicado en la revista Agua y Medio Ambiente
Joaquín Pérez Viota, presidente de la Asociación de Empresas de Valorización Energética de Residuos Urbanos (Aeversu)

La legislación europea sobre residuos lo deja claro: para 2035, cada país miembro debe reciclar el 65% de sus residuos municipales y limitar al 10% lo que envía a vertedero. A día de hoy estas cifras quedan muy lejos para España y, como alerta el presidente de la Asociación de Empresas de Valorización Energética de Residuos Urbanos (Aeversu), serán imposibles de alcanzar si no se apuesta por la valorización energética.

El 47% de los residuos que se generan en España se envía a vertedero. ¿Qué papel desempeña la valorización energética a la hora de reducirlos?

En España se generan 23 millones de toneladas de residuos urbanos y 10,7 millones van a vertedero, lo que supone un 47% del total. Pero es importante enmarcar la problemática que enfrentamos en la actualidad.

La legislación europea sobre gestión de residuos y la trasposición que se hizo en España (Ley de Residuos 7/2022) indica que a partir del 1 de enero de 2027,el residuo bioestabilizado no podrá ser contabilizado como recuperado. Se trata de todo aquel material "orgánico" que procede de los procesos de separación y tratamiento de la fracción resto, es decir, que no es envase, ni papel cartón, ni vidrio ni orgánico, y suma un total de cuatro millones de toneladas.

Esto quiere decir que a partir de 2027 a la cantidad que enviamos a vertedero actualmente habrá que añadir otro 17%, lo que hará que el porcentaje se eleve hasta el 64%. Es un problema muy grave que, más allá, pone de manifiesto otra realidad: el material recuperado o reciclado supone ahora un 43% de los residuos generados porque incluye la bioestabilización pero, si no se da una solución, a partir de 2027 la tasa de reciclaje descenderá hasta un 26%.

Estamos hablando de que España tiene cerca de un 10% de la población de la Unión Europea y es responsable del 20% de los residuos que se envían a vertedero. Son números muy malos y nos colocan a la cola de la Unión en cuanto a reciclaje pero, sobre todo, nos hacen ser líderes en cuanto a residuos enviados a vertedero.

¿Esto quiere decir que no vamos a conseguir alcanzar los objetivos comunitarios?

Ya estamos sujetos a una sanción firme de la Unión Europea por incumplir los parámetros del año 2020. Pero tampoco vamos a poder cumplir los de 2025 ni los de 2030 y, como sigamos así, ni siquiera los de 2035.

Esto va a conllevar una serie de sanciones cada vez más elevadas que van a ser trasladadas a las comunidades autónomas y acabarán teniendo un efecto directo sobre el ciudadano.

¿Cuánto se tendría que aumentar la capacidad de las instalaciones para poder alcanzar las metas fijadas en la legislación europea?

Aquí no hablamos únicamente de valorización energética sino de un problema de falta de infraestructuras a nivel general. En un informe publicado recientemente por Seopan se ponía de manifiesto la necesidad de realizar una inversión cercana a los 3.000 millones de euros en el sector de tratamiento de residuos para hacer frente a la carencia de instalaciones.

Es necesario dotarnos de infraestructuras suficientes, implantar soluciones técnicas innovadoras, trabajar en el diseño de los productos para favorecer el reciclaje y apostar fuerte por la educación ambiental y la concienciación.

Por último, es fundamental reconocer el papel de la valorización energética como fórmula para cubrir el hueco de aquellos residuos que no se pueden reciclar. Los objetivos marcados por la Unión Europea para 2035 pasan por reciclar un 65% y enviar menos de un 10% a vertedero. Incluso si conseguimos alcanzarlos nos seguiría quedando un 25% de residuos que gestionar, y para ello necesitaríamos duplicar el parque de instalaciones de valorización energética que tenemos actualmente. Si se cumple todo lo anterior, con eso sería suficiente.

Solo el 11% de los residuos se valorizan energéticamente, ¿qué posición ocupa España en relación con los países de nuestro entorno?

Es complicado transponer los números del norte al sur de Europa porque en el norte, por problemas de logística y transporte, se ha utilizado tradicionalmente el calor proveniente del tratamiento térmico de los residuos para aportar calefacción, y todas las ciudades cuentan con una instalación de valorización energética.

En el sur no tenemos esa necesidad y se ha dado solución con los medios más fáciles que había al alcance de las autoridades: los vertederos. No es una problemática única de España; Francia es el segundo país de la Unión Europea en cuanto al envío de residuos a vertedero, con un 15% del total.

Pero la visión que hay de la valorización energética en el sur de Europa es muy diferente, porque en el norte se aprecia un beneficio directo físico asociado que va más allá de lo que es el propio tratamiento de los residuos.

¿Por qué en el sur de Europa sigue existiendo ese rechazo popular a este tipo de técnicas?

Existen intereses que en un momento dado dirigen a la opinión pública y contribuyen a demonizar infraestructuras, instalaciones o procesos que dan solución a determinados problemas.

La valorización energética tiene los estándares industriales más elevados en cuanto a tratamiento de gases y control de emisiones de gases de efecto invernadero. Estamos por debajo del sector nuclear pero muy por encima de muchos otros sectores industriales. No existe una problemática técnica como tal; otra cuestión es que en algunos momentos se genere un debate.

En este sentido, en los últimos años ha surgido con fuerza el fenómeno NIMBY (Not In My BackYard) según el cual nadie quiere tener una instalación industrial cerca de su casa, pero lógicamente hay infraestructuras que son necesarias.

En España estamos acostumbrados a que el residuo desaparezca por las noches, nadie piensa en el trabajo ingente que hay detrás de los servicios públicos de recogida, de tratamiento… Y la ciudadanía solo percibe el beneficio cuando carece de la prestación del servicio.

Creo que es necesario transmitir a la población el negativo efecto que produce para el medio ambiente y las generaciones futuras estar vertiendo un 65% de los residuos que generamos. Estamos planeando viajar a Marte, pero seguimos teniendo el mismo sistema de tratamiento de residuos que en la Roma de Julio César.

¿Cuánta energía se podría generar si se valorizaran las 10,7 millones de toneladas de residuos enviados a vertederos anualmente?

La energía que generamos es segura, local y tiene un componente 50% renovable. Además, ofrece seguridad en cuanto a la aportación, porque la mayor parte de nuestras instalaciones trabajan 24 horas al día durante siete días a la semana, lo que permitiría aportar entre 8.200 y 8.300 horas al año frente a las 4.000 horas anuales que aportan los parques eólicos.

En la actualidad, generamos 2,5 MW y calculamos que se están desperdiciando 8.200 GW. Duplicando el parque de valorización energética, podríamos aportar aproximadamente 5000 GW año. En los lugares en los que está implantada la valorización energética, la energía que aporta al sistema supone entre un 10% y un 11% de las necesidades eléctricas que tienen los hogares en los que se genera el residuo.

Pero, más allá, debemos ser conscientes de que enviar residuos a un vertedero crea un problema climático importante, porque generan un 250% más de gases de efecto invernadero que valorizarlos energéticamente. Valorizar un 25% de los residuos puede ahorrar emisiones de CO2 de tres millones de toneladas al año, el equivalente a lo que genera un millón y medio de vehículos.

La mejor fórmula para luchar contra el cambio climático es reciclar lo máximo posible y, cuando no se pueda más, valorizar energéticamente lo que enviamos al vertedero.

¿Qué medidas se deberían tomar para promover el despliegue de esta tecnología?

En España, el principal problema es que es fácil colocar áreas de vertido y, además, el vertedero es barato. Desde el punto de vista impositivo se está encareciendo la utilización del vertedero para que las opciones técnicamente más complejas, como una valorización energética, sean más asequibles a la hora de afrontar esa inversión.

También hemos propuesto al Gobierno que introduzca una moratoria para aplicar la tasa que se ha impuesto a la valorización energética, dado que es una opción menor dentro de todo el sistema y que se debe potenciar si queremos cumplir los objetivos europeos. Desde la asociación, entendemos que es prematuro poner este impuesto hasta que no alcancemos la capacidad requerida.

¿Qué respuesta han tenido por parte del Ministerio?

Es un asunto políticamente complejo y sobre el tema de la moratoria todavía no se han pronunciado, pero sí parece que hay una intención clara por incrementar las tasas a vertedero.

El precio actual de la tonelada en España ronda los 30 euros, una cantidad extremadamente baja, especialmente si se compara con otros países como Reino Unido, donde el precio de la tonelada es de aproximadamente 200 euros.

También creemos que sería muy positivo destinar las cantidades recaudadas por vía impositiva a modernizar y remodelar las instalaciones así como a financiar los procesos de valorización energética porque, al final, de una manera o de otra lo acaba pagando el ciudadano. Los 10 millones de toneladas de residuos que se generan en España, a un tipo impositivo de 30 euros la tonelada, permiten recaudar como mínimo 300 millones de euros todos los años, que es una vía importante para aportar recursos.

¿Qué impacto tiene actualmente la actividad a nivel climático y qué planes hay en cuanto a descarbonización del sector?

Se están llevando a cabo diferentes acciones para reducir la huella de carbono de los procesos. Incluso hay proyectos en marcha con grandes compañías como Repsol para utilizar el CO2 generado, que es 50% renovable, en procesos de carbonatación de otros residuos y de otros procesos industriales. Pero la configuración física de la península ibérica hace complicado transponer prácticas de captura de carbono como las que se están realizando en el norte de Europa.

Por eso, el principal punto de luz para reducir las emisiones es eliminar el vertido. De esta forma seremos capaces de reducir un 250% las emisiones que generamos.

La primera edición de Aeversu Summit reunió a los principales agentes del sector y concluyó con la presentación del primer manifiesto a favor de la valorización energética. ¿Cuáles son los objetivos del manifiesto?

El documento pretende poner en valor el papel que desempeña la valorización energética en la jerarquía de tratamiento de residuos de la Unión Europea, que maximiza las cantidades recuperadas y recicladas y minimiza las cantidades eliminadas.

Para conseguirlo hace falta una política decidida por parte de las administraciones públicas que reconozca el rol que la valorización energética debe tener dentro de la jerarquía de tratamiento de residuos para el futuro cumplimiento de los objetivos.

A este manifiesto se adhirieron todas las empresas del sector, la práctica totalidad de las asociaciones vinculadas con el tratamiento de residuos y bastantes administraciones públicas que estaban presentes en el acto.

WhatsAppFacebookTwitterLinkedinBeloudBluesky