Energía

Fernando Sánchez (presidente Plataforma Sí a Almaraz, Sí al Futuro): "Cerrar la central sería un terremoto económico y una sacudida en el corazón de la industria extremeña"

Fernando Sánchez, presidente Plataforma Sí a Almaraz, Sí al Futuro
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La plataforma Sí a Almaraz, Sí al Futuro, lleva funcionando desde enero del 2025 y desde entonces tiene un único objetivo, la continuidad de la Central Nuclear en beneficio de Extremadura, su presidente, Fernando Sánchez, afirma a elEconomista que "apagar reactores limpios y nacionales para depender de combustibles fósiles caros, contaminantes y países geopolíticamente inestables no es precisamente apostar por la descarbonización de la economía".

¿Cómo nace la Plataforma Sí a Almaraz, Sí al futuro?

Esta plataforma se constituye en diciembre y toma forma en enero del 25, con el objetivo de defender la continuidad de la central nuclear de Almaraz y el futuro económico, social y medioambiental de Extremadura. Surge de una comida entre dos amigos: el vicepresidente y yo mismo, ambos amigos y trabajadores vinculados a la central. La defensa de Almaraz cuenta con un amplio respaldo ciudadano, como se ha podido comprobar en el reciente estudio publicado por Metroscopia, que concluye que para una abrumadora mayoría de los extremeños, un 78 %, es una mala noticia el cierre de Almaraz. La oposición al cierre es transversal ideológicamente hablando. Tanto votantes del PP (94%) como del PSOE (93%), Vox (93%) y Unidas por Extremadura (57%) lo valoran negativamente.

¿Quién la compone?

A la plataforma se han adherido más de setenta organizaciones, entre entidades de la sociedad civil y de desarrollo rural, colegios de ingenieros, centros de investigaciones científicas, alcaldes de todo signo político de la comarca de Campo Arañuelo, sindicatos y empresas locales, uniones de mujeres y consumidores. Además de que nace fruto del consenso, desde que se creó la plataforma hace apenas 7 meses no ha dejado de recibir apoyos desde todos los ámbitos. El último la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de Extremadura.

La reivindicación es la continuidad de la Central Nuclear. ¿Qué supondría el cese?

El cierre de Almaraz destruiría unos 4.000 empleos directos e indirectos y pondría en riesgo la viabilidad de más de 150 empresas y 280 suministradores de la zona. Esto aceleraría, sin duda, la despoblación de una comarca ya vulnerable de la España vaciada. También se traduciría en la pérdida del 5% del PIB regional. Además, hablando ya a nivel nacional, encarecería la factura eléctrica hasta un 23% para hogares y pymes y un 35% para la industria, según informes cualificados.

Aparte de la despoblación, la pérdida de empleo de calidad, el cierre de cientos de empresas proveedoras y de pymes que viven alrededor de la Central, y de pérdida de inversiones industriales- que buscan seguridad de suministro como la que aporta Almaraz- una de las consecuencias del cierre sería la necesidad de recurrir a fuentes de energía emisoras de Co2, encareciendo además la factura. Tras el acuerdo de la UE con EEUU nos están ahogando en gas y el Gobierno persiste en su empeño de cerrar las nucleares. Esto va en contra de la descarbonización de la economía y de la lucha contra el cambio climático, algo que también pusimos de manifiesto ante el Parlamento Europeo. Para hacernos una idea, la sustitución energética de Almaraz equivaldría a generar tantas emisiones como unos 12 millones de vuelos entre Londres y Nueva York.

¿Qué medidas estáis llevando a cabo?

La plataforma ha desarrollado estos meses una intensa actividad. El 18 de enero, por ejemplo, la plataforma convocó en Almaraz a una manifestación en apoyo de la central nuclear a la que acudieron más de 10.000 personas. También participaron multitud de instituciones de la sociedad civil y una representación política transversal.

En marzo fuimos a Bruselas y nos reunimos con diferentes parlamentarios europeos y miembros de la Comisión para exponer la situación, llevando el 23 de junio ante la Comisión de Peticiones del Parlamento Europeo una solicitud formal para reclamar que la central nuclear de Almaraz no desconecte sus reactores en 2027. La Comisión ha decidido mantener abierta la solicitud, lo que permitirá activar informes, contactos con la Comisión Europea y posibles visitas parlamentarias para que conozcan el impacto de un posible cierre en la región.

El 10 de abril una veintena de localidades de Extremadura apagaron sus luces durante un minuto para simbolizar el apagón que supondría para el futuro de la región el desmantelamiento de la central nuclear de Almaraz. Se sumaron también la Comunidad de Madrid y Talavera de la Reina, en Toledo.

Ahora estamos preparando la Alianza por Almaraz, el 4 de octubre en Navalmoral de la Mata, en la que todas las entidades adscritas a la Plataforma van a dar un testimonio de lo que supondría el cierre de la Central: para los jóvenes, para las mujeres, para el empleo, para el desarrollo rural, para el comercio local… y las acciones en Europa, con el apoyo de distintos colectivos que están ayudando a dar voz a la Comarca del Campo Arañuelo.

Hemos abierto una campaña de crowdfunding para recaudar fondos que nos permitan llevar a cabo todo lo que queremos hacer, porque no vamos a parar de hacer cosas, de organizar actividades, y de tratar de llegar al último rincón que haga falta para contar lo que está en juego.

¿Cuáles son vuestras reivindicaciones?

Desde la plataforma 'Sí a Almaraz, Sí al futuro' pedimos una prórroga de la vida útil de Almaraz, abrir un diálogo técnico sobre su extensión hasta los 80 años —como su planta gemela en North Anna en Virginia- y un marco fiscal favorable que incentive la inversión. Exigimos compatibilizar transición energética con desarrollo regional y seguridad y autonomía del suministro eléctrico.

Cerrar la central sería un terremoto económico para la región y una sacudida en el corazón de la industria extremeña. Esto sin olvidar el enorme coste que tendría para la seguridad de suministro. No en vano Almaraz, que genera electricidad para 4 millones de hogares- un 7% de la demanda nacional, es la primera industria de Extremadura.

Mucho se habla de la excepción nuclear a Cataluña, ¿será un nuevo enfrentamiento entre regiones?

No es el momento de tomar decisiones ideológicas sino de poner los pies en la tierra. En la plataforma creemos que la racionalidad y la defensa del futuro de los trabajadores deben estar por encima de las ideologías.

No buscamos enfrentamientos. Lo que pedimos para Almaraz es coherencia con las decisiones que se están adoptando en Europa y con el principio de igualdad territorial. No puede haber territorios de primera y de segunda en política energética. No nos pueden usar como conejillos de indias. Además, en España no podemos ir contracorriente mientras que la mayoría de países desarrollados apuestan por una energía estable, barata y constante.

Cerrar Almaraz y mantener otras centrales resultaría una injusticia intolerable para una región como Extremadura y un desastre para el ecosistema industrial en España. Será volver a condenar a los extremeños a ser una comunidad de segunda, a renunciar a la modernidad y al desarrollo. Creemos que debe seguir operando todo el parque nuclear español. Es necesario que el ministerio aproveche la ocasión para iniciar la negociación con las empresas tras la carta de las propietarias en la que se instaba a mantener vivas algunas centrales nucleares. También que el gobierno autonómico ponga soluciones encima de la mesa. Cada uno según su cuota de responsabilidad.

Y todo esto se concreta en la necesidad de dar viabilidad económica a la Central revisando la política fiscal que discrimina a la nuclear respecto a otras fuentes de generación. Es necesario un marco fiscal previsible y estable que haga viables los proyectos empresariales, como en otros países de nuestro entorno.

¿Qué aporta al territorio la central de Almaraz?

Almaraz sostiene miles de empleos de alta cualificación en Extremadura, impulsa el tejido empresarial local y mantiene servicios públicos esenciales en la comarca. La central aporta tranquilidad económica a la zona, cuantiosas inversiones en mantenimiento, proveedores especializados.

¿Cómo veis el futuro de la comarca del Campo Arañuelo?

Si la central continúa, Campo Arañuelo puede convertirse en un referente europeo de desarrollo sostenible, combinando nuclear y renovables. Hay importantes proyectos que supondrían un espaldarazo al desarrollo de esta región cuya puesta en marcha está condicionada a la continuidad de Almaraz. No podemos esperar más. Si se cierra, el futuro será de despoblación y declive económico, como ocurrió en Garoña. No queremos ser un experimento fallido: queremos construir futuro.

La paradoja no puede ser más elocuente: apagamos reactores limpios y nacionales para depender de combustibles fósiles caros, contaminantes y geopolíticamente inestables. Esta estrategia no solo incrementa las emisiones —más de 2,2 millones de toneladas de CO? desde el apagón—, sino que debilita nuestra soberanía energética y encarece el recibo. La factura climática también es notable. En términos anuales, este uso extra de gas supondría 9,2 millones de toneladas adicionales de emisiones y más de 600 millones en costes por derechos de CO?.

En Bruselas, cuando expusimos la situación ante el Parlamento Europeo, constaté que nuestros argumentos son los mismos que se debaten en los centros de decisión: la transición energética no puede hacerse a costa del empleo ni de la cohesión territorial. Y mucho menos entregando nuestra autonomía energética a terceros países.

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