Energía

La OPEP prepara el golpe final al mercado: abrir del todo las compuertas del petróleo con un desplome de los precios

  • S&P Global calcula que provocará un superávit en de 2 millones de barriles en el mercado 
  • Esperan que el brent caiga hasta 58 dólares por barril 
iStock

La OPEP afronta su batalla final. El cártel se reúne el 3 de agosto en lo que hace unos meses parecía algo totalmente imposible. El grupo probablemente realizará otro gran aumento de producción (550.000 barriles más de golpe) que ponga fin al plan para devolver 2,2 millones de barriles diarios de recortes voluntarios. En sus estimaciones iniciales, antes de que Arabia Saudí apretase el acelerador y rompiese el último dique de contención del mercado, esperaban que este proceso se diera escalonadamente hasta mediados de 2026. Sin embargo, finalmente ha ocurrido en tiempo récord y, de darse el movimiento este domingo, ya estaría completo. Ahora la gran pregunta es qué ocurrirá a continuación y como se moverá el mercado. Los expertos creen que se dará una tregua en la que los precios caerán con fuerza a medida que los recortes se consolidan.

Pero, volviendo a la próxima reunión, desde S&P Global defienden que se anunciará un aumento de producción de 548.000 barriles que se activarán en septiembre. "Es algo que se espera ampliamente por el mercado y nosotros no vemos absolutamente ninguna razón por la que no se proceda a otro recorte acelerado". Harry Tchilinguirian, jefe de investigación del grupo Onyx Capital Advisory, dijo que espera que el grupo complete la eliminación de los recortes voluntarios en septiembre. "Creemos que harán ese movimiento para después tomarse un tiempo".

Respecto a los números, esos 2,2 millones de barriles que ya devolverían al mercado son solo una parte de los 3,66 millones de recortes que se produjeron entre 2022 y 2023. En aquel momento un tsunami de petróleo de EEUU y otros actores fuera del cártel (como Guyana, Brasil o Canadá), provocaron que el grupo tomase la decisión de tomar esta ambiciosa medida para sacudir los precios internacionales, lo que se logró.

Esta determinación se realizó con unos recortes generales o oficiales en el marco de la alianza, pero también con recortes adicionales voluntarios liderados por Arabia Saudí y Rusia. Sin embargo, el paso de los meses erosionó la paciencia del Reino. Con una capacidad ociosa del 25% durante años y viendo que la disciplina del grupo se iba diluyendo, con Kazajistán, Irak y otros rebeldes ignorando las cuotas. El líder de la alianza estaba realmente frustrado porque había renunciado a 2 millones de barriles diarios y solo producía unos 9 millones, es decir, su cifra más baja desde 2011 (quitando la pandemia). Con unos precios del crudo más estables Arabia Saudí sorprendió al mundo deshaciendo los recortes de producción al triple de velocidad de lo marcado por su hoja de ruta.

Ríos de tinta han corrido sobre la decisión y el cambio de rumbo de Riad. Desde JP Morgan explican que la lógica es que el cártel asumió que ya había perdido su control sobre el mercado y reducir 1 millones barriles solo impulsaría 4 dólares los precios frente al impacto de 2023 de entre 8 y 10 dólares. Una diferencia que se daba porque el hueco que dejaba estaba siendo llenado por otros actores (algunos dentro del mundo cartel) y por una menor demanda. En ese sentido, Natasha Kaneva, jefa de investigación de materias primas de JP Morgan, destacaba que "dado ese contexto ya no tenía sentido estar cediendo tanta cuota de mercado".

Ahora se concluiría ese proceso. Según S&P Global tendría mucho sentido hacerlo ahora aprovechando la fuerte demanda estacional del verano para que el último movimiento no provoque grandes problemas en los precios. Además, el asedio de Trump al crudo ruso en el marco de la guerra de Ucrania da un cierto soporte. "La estrechez del mercado y la fuerte demanda, con unos inventarios bajos en los países de la OCDE ha justificado la estrategia". Sin embargo, la agencia advierte de que "muchos expertos vemos que, en cualquier caso, el cártel se está exponiendo a un gran riesgo de crear una sobreoferta excesiva".

Al margen de los eventos en Rusia existen un gran apoyo puntual a los precios por primas geopolíticas, los avances en las negociaciones comerciales (que prometen mejor economía de los esperado y, por lo tanto, más demanda) y, particularmente, "la percepción de unas compras masivas de China para llenar sus reservas estratégicas". Sin embargo, esos tres factores son algo volátiles y todo puede cambiar en aquel momento.

Desde S&P Global ven una caída masiva de los precios a medida que el aumento de producción que se ha completado en tiempo récord vaya llegando poco a poco al mercado y muchas de las primas que mantienen el crudo en auge en los 73,56 dólares (el barril brent) se disuelva. Concretamente esperan que para diciembre el precio del barril se desmorone hasta los 58 dólares "impulsado por un superávit de 2 millones de barriles en el cuarto trimestre".

Goldman Sachs, por su parte ve el barril descendiendo hasta los 60 dólares con un superávit de 1 millón de barriles diarios para 2025 y 1,5 millones para 2026. La Agencia de Información Energética de EEUU ven el barril en un precio medio de 69 dólares que se irá reduciendo paulatinamente hasta los 58 dólares en 2026, niveles similares donde lo ven a finales de año. La misma OPEP a pesar de que ve una demanda reforzada admite en su último informe que podría haber un excedente de barriles de 400.000 diarios si continúa la dinámica actual.

"Muchas de las empresas de EEUU requieren precios de 65 dólares el barril"

"Esperamos que los precios disminuyan en la segunda mitad de 2025, impulsados tanto por un crecimiento más lento de la demanda como por un aumento de la oferta", afirmó Moutaz Altaghlibi, economista senior de energía de ABN AMRO. "Los factores geopolíticos seguirán apoyando los precios del petróleo en el margen, ayudando a mantener el Brent en los 60 dólares superiores en lugar de los 60 dólares inferiores a medida que nos acercamos a 2026", dijo Cyrus De La Rubia, economista jefe de Hamburg Commercial Bank.

Sin embargo, para sorpresa de muchos, desde Bernstein creen que Arabia Saudí no solo da por hecho esta caída en los precios, sino que la apoya a sabiendas con un objetivo oculto. En un momento complicado para la industria petrolera de EEUU, con unos costes reforzados por las políticas de Trump y el envejecimiento de sus campos, desde Riad consideran que pueden golpearles y frenar su producción a través de unos precios bajos. "Muchas de las empresas de EEUU requieren precios de 65 dólares el barril para superar el punto de equilibrio por lo que, irónicamente, darle a Trump lo que quiere perjudicar a la industria de EEUU".

Si los precios bajan mucho a partir de ahora la misma OPEP ha dicho que revertirá los aumentos de producción. Además ha remarcado que no hay planes de retirar el resto de recortes que todavía están vigentes. Sin embargo parece que hay serias dudas sobre su futuro de ahora en adelante. En cualquier caso, si como todo parece indicar la alianza realiza un último gran movimiento, el canto del cisne del aumento de producción, el mercado petrolero entrará en una nueva era. En esta nueva fase el eco de la enorme inyección de crudo que se ha vivido se dejará sentir con fuerza con el paso de los meses, a medida que los números se trasladen a la realidad. El riesgo es claro, un agujero de petróleo enorme que provoque un nuevo giro en la economía y energía de todo el planeta.

WhatsAppFacebookTwitterLinkedinBeloudBluesky