Iberdrola ha llegado a un acuerdo con Cox para desprenderse del resto de su negocio en México por 3.643 millones de euros. De este modo, la eléctrica española ingresa un total de 9.356 millones con su salida total del país azteca para reforzarse en el negocio de redes británico.
La operación, cuyo montante podría verse modificado en función de la fecha de cierre de la operación, supone un cambio radical de tamaño para Cox, que el pasado miércoles afirmaba que todavía no contaba con la financiación para llevar a cabo esta compra.
El perímetro de la transacción, que supone un múltiplo de valoración de 1,6 millones de dólares por MW operativo, incluye una capacidad instalada de 2.600 MW en funcionamiento - 1.368 MW de centrales de ciclo combinado y cogeneración y 1.232 MW de activos eólicos y fotovoltaicos- y la cartera de 12 GW proyectos de generación. Además, la venta incluye la mayor suministradora de electricidad de México con el 25% de cuota de mercado más de 20 TWh repartidos entre más de 500 grandes clientes.
A medida que esos proyectos se vayan completando, Cox realizará pagos a adicionales a los 3.643 millones a la eléctrica española que no han sido cuantificados. Los accionistas de referencia de Cox representativos de más del 84% del capital social se han comprometido a través de la suscripción de compromisos irrevocables a votar a favor de la Operación en dicha Junta y a aportar la parte que sea necesaria para alcanzar el 25% de capital que tiene que lograr la empresa para la adquisición. El restante 75% corresponderá a deuda.
Con esta adquisición Cox completa su plan estratégico tres años antes de lo inicialmente establecido para el periodo 2025-2028. Esto supondría cerrar el año con una cifra de ventas proforma de cerca de 3.000 millones de euros y 750 millones de euros de ebitda, y supone un giro hacia el negocio energético frente a su apuesta por el agua.
México, según explica la compañía que preside Enrique Riquelme, representa un mercado estratégico donde se plantea un objetivo de inversiones de 10.700 millones de dólares, incluyendo la inversión en la plataforma de Iberdrola México, la inversión de nuevos activos de energía por más de 4.000 millones de dólares, en activos concesionales de agua en el país de hasta 1.500 millones de dólares, y un polo de desarrollo para el bienestar mexicano. Además de ampliar la inversión coinvirtiendo en nuevos proyectos de generación con la CFE. La venta está sometida a las condiciones precedentes habituales en este tipo de transacciones, incluyendo entre otras la obtención de las autorizaciones de la Comisión Nacional de Energía y de la Comisión Nacional Antimonopolio y la aprobación de la Operación por la Junta General de Accionistas.
La operación responde a las expectativas de inversión orgánica de 55.000 millones de euros en redes eléctricas de transporte y distribución en sus filiales de los Estados Unidos (Avangrid Networks), el Reino Unido (ScottishPower Energy Networks), Brasil (Neoenergia) y España (i-DE), que supondrán casi duplicar su base de activos regulados hasta alcanzar los 90.000 millones de euros en los próximos años.
Esta estrategia llevó ya a la filial británica de Iberdrola, ScottishPower, a adquirir hace apenas un año por 5.000 millones de euros la distribuidora Electricity North-West, que da servicio en el noroeste de Inglaterra con el dinero que se logró en la primera desinversión de activos en México.Junto con la ampliación de capital recientemente ejecutada por Iberdrola, el flujo de caja operativo y la liquidez actual, la operación asegura los recursos para acometer los planes de inversión del Grupo que se concretarán el próximo 24 de septiembre.