
Las centrales nucleares catalanas echan la vista atrás y ponen las cartas sobre la mesa, o los números más bien. A 31 de diciembre de 2024, los tres reactores instalados en la comunidad habían generado un total acumulado de 887.060 gigavatios hora (GWh) desde su entrada en operación comercial: 304.417 GWh Ascó I, 298.471 GWh Ascó II y 284.170 GWh Vandellós II.
Esta generación es equivalente al consumo eléctrico de toda España durante tres años o equivaldría al de 18,8 millones de hogares durante más de 13 años, tomando como referencia un consumo medio de 3.272 kWh anuales por vivienda, según datos de la memoria anual de la Asociación Nuclear Ascó-Vandellós II (Anav).
Anav opera tres de los siete reactores que hay actualmente operativos en España. Los tres están ubicados en la provincia de Tarragona y suman una potencia instalada conjunta de tres gigavatios (GW). Cubren más de la mitad de la demanda energética de Cataluña: en 2024 generaron 22,2 teravatios hora (TWh), lo que supone el 59,1% de la energía eléctrica producida en la región y el 50,3% de la consumida.
Sin emisiones
No obstante, desde Anav, participada en un 85% por Endesa y en un 15% por Iberdrola, destacan que el impacto positivo de esta producción no se mide solo en términos de suministro. Gracias a su tecnología, que no emite CO2 durante el proceso de generación, los tres reactores han evitado la emisión de 582 millones de toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera. Este volumen representa más de dos años de emisiones totales de gases de efecto invernadero en España, que en 2024 ascendieron a 278,5 millones de toneladas, según el Observatorio de la Sostenibilidad.
Por otro lado, además de la sostenibilidad ambiental, desde la asociación ponen en valor una "ventaja estratégica": la capacidad de la nuclear de generar electricidad de forma continua y estable, independientemente de las condiciones meteorológicas, es decir, potencia firme.
"Esto resulta clave en un sistema que avanza hacia una mayor penetración de fuentes intermitentes como la solar o la eólica. La nuclear actúa como base firme que garantiza el equilibrio del sistema eléctrico y evita incrementar el uso de tecnologías fósiles de respaldo. En este escenario de transición energética, la contribución de las centrales nucleares es esencial. Su balance ambiental, la magnitud de su aportación al mix eléctrico y su papel en la estabilidad del sistema las convierten en una herramienta estratégica para afrontar los retos climáticos del presente y del futuro", resaltan en Anav.
Listos para operar 80 años
Anav sigue invirtiendo cerca de 100 millones de euros anuales en modernización tecnológica de las centrales. Tanto Ascó I, Ascó II como Vandellós II están diseñados para alcanzar una vida útil de hasta 80 años. No obstante, de no modificarse el calendario de cierre nuclear en España firmado en 2019 entre el Gobierno y el sector, dejarán de funcionar a la mitad de su vida útil.
Ascó I cumplió en agosto del año pasado 40 años de operación y se apagará en octubre de 2030, es decir, con un total de 46 años en funcionamiento. De su lado, el grupo dos opera en la red desde 1986 y cerraría dos años más tarde, en 2032. Vandellós II, que se empezó a construir en 1981 por la compañía Copisa, alcanzó su operatividad comercial el 8 de marzo de 1988. Tiene programado el cierre para 2035. Entrará en parada de octubre a diciembre de este año para efectuar su vigesimoséptima recarga de combustible.
Los tres reactores comparten tecnología, conocida como PWR (Pressurized Water Reactor), la más común en el sector nuclear, que utiliza elementos con dióxido de uranio enriquecido al 3-5% como combustible. De los 442 reactores actualmente en operación en el mundo, 299 son de tecnología de agua a presión –pertenecientes a la denominada Generación II–, tanto de diseño estadounidense, alemán, francés y sueco (PWR) como de diseño ruso –anteriormente soviético– (VVER), según Foro Nuclear.