
La Agencia de la Unión Europea para la Cooperación de los Reguladores de la Energía (ACER) ha puesto en evidencia a España. El organismo de reguladores ha emitido una dura advertencia en la que advierte a nuestro país y a Bélgica por desmarcarse del ciclo bienal de planificación eléctrica que rige en el ámbito comunitario. En una Opinión, publicada el pasado 16 de julio, la agencia reclama una mayor armonización entre los planes nacionales de desarrollo de la red y el plan europeo de infraestructuras eléctricas a diez años (TYNDP) elaborado por ENTSO-E.
El documento identifica a España como uno de los dos únicos Estados miembros cuya planificación eléctrica se actualiza con una periodicidad inferior a la recomendada. Mientras la gran mayoría de países miembros —incluidos Francia, Alemania, Italia o los Países Bajos— revisan sus planes cada dos años, España lo hace cada seis. Bélgica lo hace cada cuatro. Esta descoordinación, advierte ACER, está provocando desfases temporales en los análisis de necesidades, inconsistencias metodológicas y posibles lagunas o duplicidades en las inversiones, comprometiendo así la eficiencia de la transición energética a escala europea.
ACER reclama que tanto España como Bélgica consideren adoptar un ciclo bienal de actualización de sus planes eléctricos, en línea con la práctica predominante en la UE y con los requisitos del Reglamento (UE) 2019/943 sobre el mercado interior de la electricidad.
Según la agencia, esta medida permitiría mejorar la sincronización en la elaboración de escenarios energéticos, análisis coste-beneficio y planificación de necesidades, facilitando una visión común e integrada para el desarrollo de las redes.
En su informe, la agencia también insta a los Estados miembros a incluir en sus planes información detallada sobre los costes de inversión de los proyectos de red. España destaca positivamente en este aspecto al ser uno de los pocos países —junto con Bulgaria, Letonia, Luxemburgo y Eslovaquia— que publica esta información de forma transparente.
No obstante, la agencia detecta otras debilidades en el marco español. Aunque la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) participa en el proceso, su capacidad se limita a emitir opiniones no vinculantes. ACER recomienda reforzar la supervisión regulatoria para que las autoridades nacionales tengan poder formal de aprobación y enmienda de los planes, tal como ya ocurre en países como Alemania, Italia o Polonia.
El último plan nacional español fue publicado en abril de 2022, y su vigencia se extiende hasta 2026, lo que alimenta la preocupación sobre la desactualización de los datos en comparación con las dinámicas del TYNDP europeo, actualizado en 2024. La agencia también alienta a que los planes nacionales permitan la inclusión de proyectos de promotores no pertenecientes a los operadores del sistema (non-TSO), un aspecto clave para fomentar la innovación y la competencia en la planificación de la red.
ACER concluye que un marco de planificación más coherente y coordinado entre los niveles nacional y europeo es indispensable para garantizar una red eléctrica resiliente, eficiente y preparada para afrontar el aumento de la demanda eléctrica, el despliegue renovable y los flujos transfronterizos. Para España, el mensaje es claro: es hora de revisar sus tiempos y mecanismos si quiere estar a la altura de los objetivos climáticos y energéticos de la Unión.