Energía

Bruselas prevé inversiones de 241.000 millones en energía nuclear hasta 2050

  • La Comisión cree que la capacidad nuclear instalada en la UE podría alcanzar hasta los 144 GWe
  • Para lograrlo, se necesitarán hasta 250.000 nuevos profesionales
Chimeneas de la planta nuclear de Cofrentes (Valencia). iStock

La Comisión Europea ha publicado el Octavo Programa Nuclear Ilustrativo (PINC), un documento que define el papel de la energía nuclear en el sistema energético de la UE hasta 2050. El texto, que actualiza el anterior adoptado en 2017 y cuya versión definitiva se publicará a finales de año, proporciona una visión global del estado actual del sector, sus objetivos, necesidades de inversión, desafíos y retos futuros de esta tecnología en un contexto marcado por la crisis climática, las tensiones geopolíticas y la necesidad de garantizar una electricidad limpia, segura y asequible.

La energía nuclear generó el 22,8% de la electricidad de la UE en 2023. Con 101 reactores en operación en 12 Estados miembros y una capacidad neta de 98 GWe el pasado año, la nuclear sigue siendo una de las principales fuentes de generación sin emisiones de carbono. La Comisión prevé que, para 2040, más del 90% de la electricidad europea provenga de fuentes descarbonizadas, con renovables y nuclear como pilares fundamentales.

Según los Planes Nacionales de Energía y Clima, se estima que la capacidad nuclear instalada en 2050 se situará en torno a los 109 GWe. Esta cifra dependerá de la extensión de la vida útil de los reactores actuales (algunos más allá de los 60 años) y de la puntualidad en la ejecución de nuevos proyectos. Sin embargo, el margen de incertidumbre es amplio, de manera que la capacidad nuclear de la UE en esa fecha podría oscilar entre menos de 70 GWe y hasta 144 GWe, en función de los avances y obstáculos técnicos, financieros y regulatorios, tal y como recoge el documento. Además, los reactores modulares pequeños (SMR) podrían aportar entre 17 y 53 GWe adicionales en 2050. Para acelerar su implementación, la Comisión presentará una Comunicación específica a principios de la década de 2030.

Cumplir estos objetivos requerirá fuertes inversiones. Se calculan 205.000 millones de euros para nuevas construcciones y 36.000 millones para la extensión de vida útil de los reactores existentes, lo que suma un total de 241.000 millones. No cumplir los plazos puede salir caro, ya que un retraso de cinco años en los nuevos proyectos reduciría la capacidad instalada en 9 GWe y encarecería el coste en más de 45.000 millones de euros.

El texto refleja que la energía nuclear también contribuirá a la estabilidad del sistema eléctrico. Su capacidad para suministrar potencia firme y flexible respalda la integración de renovables y reduce las necesidades de inversión en redes y almacenamiento. En 2023, nueve de los diez Estados miembros exportadores netos de electricidad contaban con generación nuclear.

La seguridad nuclear sigue siendo un eje prioritario. Desde 2024, los Estados miembros han empezado a aumentar sus plantillas a nivel regulatorio entre un 10% y un 100%, dependiendo del país. En esta línea, la Comisión alienta la creación de una coalición reguladora para acelerar los procesos de licenciamiento mediante reconocimiento mutuo.

Respecto a la gestión de los residuos, el documento recoge que la UE genera anualmente unos 40.000 m³ de residuos radiactivos y 1.000 toneladas de combustible gastado. El coste total estimado para su gestión hasta el cierre del ciclo asciende a 300.000 M€. La Comisión defiende un enfoque basado en la economía circular, destacando casos como la planta Bohunice V1 (Eslovaquia), donde se recicló más del 95% de los materiales desmontados.

Nuevos usos de la nuclear

Más allá de la electricidad, la energía nuclear puede ofrecer soluciones adicionales. Uno de los mercados emergentes es el calor industrial, que a día de hoy representa 1.900 TWh anuales en la UE. Para 2050, se prevé una reducción del 40%, hasta 620 TWh, por efecto de la electrificación. Los SMR están siendo diseñados para atender esta demanda de calor de alta temperatura, incluyendo calefacción urbana, industria química o desalinización.

También en el ámbito médico la cadena de valor nuclear europea es líder mundial: suministra más del 65% de los servicios de irradiación. Se espera que el número de pacientes tratados con radiofármacos se triplique para 2035. Sin embargo, hay riesgos de suministro por la dependencia de materiales críticos como el Uranio poco Enriquecido de Alto Rendimiento (HALEU, sus siglas en inglés). Dos nuevos reactores de investigación están en construcción en la UE, con entrada en operación prevista para principios de los años 2030.

En otro orden de cosas, la guerra en Ucrania ha puesto de relieve la vulnerabilidad europea en servicios de conversión, enriquecimiento y fabricación de combustible. Entre febrero de 2022 y diciembre de 2023, los precios de conversión y enriquecimiento se triplicaron. La UE ha respondido con inversiones puntuales -como un préstamo de 400 millones del Banco Europeo de Inversiones a Orano-, pero reconoce que hacen falta contratos a largo plazo para respaldar nuevos proyectos. Además, el 100% de los reactores VVER (de diseño ruso) en la UE todavía dependen de un único proveedor. Se espera que existan fuentes alternativas en 2027 tras la aprobación regulatoria.

Respecto a la minería de uranio en la UE, ésta es marginal y depende actualmente de cinco países exportadores. Las tensiones geopolíticas han agravado los riesgos logísticos. La Comisión insiste en que superar estas dependencias es esencial para la seguridad económica y energética.

La transición energética también requiere personas formadas. Entre 180.000 y 250.000 nuevos profesionales serán necesarios hasta 2050, de los que entre 100.000 y 150.000 lo serán para la fase de construcción, y hasta 40.000 para desmantelamiento. Incluso sin crecimiento, se necesitarán al menos 100.000 reemplazos por jubilación. El proyecto SKILLS4NUCLEAR, lanzado en 2025 con 1,5 millones de euros del programa Horizonte Europa, busca cubrir esta brecha. También se creará un foro europeo de competencias para actualizar los programas de formación y fomentar la movilidad laboral.

La UE mantiene una fuerte inversión en el desarrollo de la fusión nuclear como solución energética del futuro. El proyecto ITER, ubicado en Francia, sigue siendo el eje central. La Comisión trabaja en una estrategia integral sobre fusión que la incorpore no solo como línea de investigación, sino como pilar estratégico de autonomía y competitividad. Asociaciones público-privadas, inversión en el ciclo del combustible específico para fusión y la creación de un marco regulador adecuado, serán esenciales para comercializar esta tecnología en las próximas décadas.

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