
Los máximos responsables de Repsol dedicaron sus intervenciones a hacer un alegato sobre el papel que desempeñan y desempeñarán el petróleo y el gas en la sociedad, a través de una transición energética en la que prime el pragmatismo y no el "radicalismo ecológico". Tanto Antonio Brufau, presidente de la multienergética, como Josu Jon Imaz, consejero delegado, dedicaron sus turnos de palabra durante la junta general de accionistas a realizar peticiones en materia de política energética y fiscal que favorezca la neutralidad energética e impulse la industria.
El consejero delegado de la compañía resumió los principales hitos y resultados tanto del ejercicio anterior como del primer trimestre del 2025, en el que Repsol cosechó unos beneficios netos de 1.756 y 366 millones de euros respectivamente, pese a la bajada de los precios de la energía (del crudo, del gas y de la electricidad) y del menor margen de refinamiento. ""Ha sido un entorno poco predecible, complejo y caracterizado por la poca predictibilidad", argumentó Imaz, quien dibujó las tres prioridades de la empresa que dirige: una mejora en la retribución al accionista, una inversión disciplinada en capex y el mantenimiento de la calificación crediticia.
Mientras que en 2024 el dividendo fue de 0,9 euros por acción y en este 2025 será, conforme lo aprobado en junta, de 1 euro por acción, Imaz pronosticó ante las preguntas de sus inversores que esperan que esta misma retribución evolucione en los años siguientes, alcanzando los 1,06 euros para el 2026 y llegando hasta los 1,10 euros para 2027, ofreciendo, a juicio del CEO de Repsol, una de las retribuciones más atractivas del sector.
Sobre algunos de los temas más convulsos que rodean a la compañía, no hubo novedades respecto a las restricciones introducidas por la Administración Trump en Venezuela, donde Repsol sigue manteniendo sus operaciones pese a haber culminado el plazo fijado por EEUU para abandonarlas. "Tenemos un marco de respeto a la legalidad internacional, y lo que esperamos es continuar en el país y buscar los mecanismos para seguir operando con respeto a los marcos legales", indicó Imaz.
Brufau, por su parte, realizó una radiografía del contexto internacional, dominado a nivel económico por una fuerte competencia entre China y Estados Unidos y por las medidas proteccionistas impuestas por el Gobierno norteamericano. En este panorama, Europa cuenta, a juicio del presidente, con un GAP tecnológico negativo respecto a Estados Unidos o China, del mismo modo que posee una dependencia energética de terceros y con un coste de la energía 2,5 veces superior frente a EEUU, así como de 5 veces superior respecto a China.
Por ello, y aludiendo a algunas de las recomendaciones del Informe Draghi, Brufau reclamó al continente tomar algunas medidas, como la adopción de un plan de descarbonización que tenga en cuenta la competitividad, la reducción de las dependencias y el abaratamiento del precio de la energía, el apoyo a la neutralidad tecnológica real, la reducción de la burocracia o la simplificación de la regulación.
Respecto a las operaciones de Repsol, Brufau echó en falta un plan "decidido" que impulse la descarbonización del refino, ya que "este sector motiva el 95% del transporte de personas y mercancías [en Europa] y aporta el 50% de las materias primas para la industria química". "España se ha convertido en un importador neto de materias producidas por el refino. Y esto no es lo que deberíamos buscar", consideró.
En materia de descarbonización, el presidente señaló que a países como China o Alemania "se les llena la boca de buenismo pero siguen consumiendo carbón". Así, Repsol ve clave algunas palancas que está llevando a cabo, como precisamente la sustitución de carbón por gas natural -con el cual se podrían reducir las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) a nivel mundial hasta en un 20%- la escalada de tecnologías de secuestro de carbono -estrategia por la que muchos países ya están apostando- o la generación de moléculas renovables tanto para la movilidad como para la industria, "que nos tienen que ayudar a reducir el consumo de petróleo y gas natural".
"Tenemos una estrategia multienergética. Seguimos invirtiendo en petróleo y gas natural; la generación eléctrica sigue siendo un vector de crecimiento de la compañía y la fortaleza de nuestro refino y la integración de los nuevos combustibles renovables suponen una apuesta diferencial", afirmó el presidente de la compañía.