La mesa de debate del IV Foro Hidrógeno verde y gases renovables "Dos vectores para la seguridad energética europea", organizada este jueves por elEconomista.es, contó con la presencia de cuatro ponentes del sector: Dª Cecilia López, Green Energy Originator en Axpo Iberia, D. Miguel Mayrata, director de Redexis Renovables, Dª Mayte Nonay, directora de Estrategia y Planificación de Enagás, y Dª Olivia Infantes, directora de Regulación y Financiación Pública de Hidrógeno, Derivados y Energías Limpias en Moeve.
El debate, moderado por D. Rubén Esteller, director adjunto de este diario, estuvo marcado por los elevados costes que conlleva generar tanto hidrógeno como otros gases renovables, así por cómo la regulación podría incidir en su disminución, ya sea mediante la reducción de costes o mediante un mejor reparto de las subvenciones.
"Hay que incentivar la demanda, hay que estructurar las ayudas que se están dando al desarrollo de infraestructuras y al desarrollo de la producción, y hay que coordinarlas para que vayan dirigidas no solo a producir hidrógeno, sino también a que ese hidrógeno se consuma. Es retador en las condiciones actuales poder producir hidrógeno a 5 euros [el kilogramo]. Supondría ayudas al capex del 70-80%, y arrancar electrolizadores a su máxima potencia, porque como tengas que producir en determinadas horas es imposible llegar a esos valores. Sin embargo, valores cercanos, de 6,5 o 7 euros a salida de planta son alcanzables. Nosotros tenemos la capacidad de producirlo a esos precios, pero luego nos encontramos con la barrera de quién lo va a comprar. Nadie va a pagar 7 euros el kilo de hidrógeno verde, que el equivalente serían unos 210-220 euros el megavatio (MW) hora, pudiendo consumir gas natural a 40 euros", comenzó contextualizando Miguel Mayrata, director de Redexis Renovables.
Mayte Nonay, directora de Estrategia y Planificación de Enagás, puso en valor las ayudas concedidas a proyectos de hidrógeno, incidiendo en cómo España está adquiriendo un papel protagonista en esta tecnología. "Los resultados de la segunda subasta del hidrógeno ponen en relevancia el rol que tenemos en la península ibérica. La idea con la que debemos quedarnos es que España vuelve a estar en el mapa. De los 15 proyectos que se han adjudicado, 8 son de España. Por tanto, España tiene un rol de consolidación. También hay que considerar que estos proyectos tienen offtackers, básicamente industriales, que están dispuestos a pagar más que otros sectores. Es evidente que tenemos que recorrer una curva de aprendizaje, tenemos que alcanzar una reducción de costes significativa en los capex de los electrolizadores, en el precio de la electricidad, pero creo que estos pasos son muy positivos. En lo que respecta a la infraestructura, va a ser habilitadora para alcanzar antes esa competitividad", expuso la directora.
En este sentido, la directora de Regulación y Financiación Pública de Hidrógeno, Derivados y Energías Limpias en Moeve, Olivia Infantes, puntualizó que "la acumulación de ayudas no está permitida". "Las herramientas están diseñadas para que si recibes de una convocatoria no puedas recibir de otra. Desde nuestro punto de vista, la subasta no refleja la prima necesaria para hacer viable un proyecto", añadió Infantes, quien también planteó la pregunta de cómo afectaría a España una hipotética cancelación de proyectos precisamente por no ser viables.
En este escenario, Cecilia López, Green Energy Originator en Axpo Iberia, aportó al debate la oportunidad que pueden suponer otros gases renovables, al ser tecnologías más maduras y con una viabilidad más al alcance. "Es cierto que para proyectos como el biometano está creciendo más la oferta que la demanda, pero sí que existe demanda en el transporte y en otros muchos sectores", explicó.
En cuanto a las subvenciones, López explicó que existen otras maneras de ayudar a un proyecto de biometano, más allá de subvencionar la producción. "No tiene por qué ser solamente sobre la producción, ya que estos proyectos conllevan muchas más fases, como el pretratamiento o el postratamiento. Se podría fomentar una ayuda a esos procesos, ya que, en mi opinión, habrá muchos proyectos que no salgan a la luz porque el postratamiento es sumamente caro", consideró la Green Energy Originator en Axpo Iberia.
En una línea similar, Infantes expuso que, para el hidrógeno, el grueso de las ayudas se dirigen al capex y, sin embargo, el 70% del precio por kilogramo está condicionado por el suministro eléctrico. "Hay una batería de costes regulados muy importante que en otros países directamente están eliminando con el fin de reducir de manera tremendamente significativa el precio del hidrógeno. Si el electrolizador está obligado a ser flexible y a prestar servicios de ajuste, tiene que beneficiarse, como sucede con otras unidades que hay en el sistema como las instalaciones de bombeo o las baterías". Uno de esos ejemplos se da en Alemania, donde se decidió que los electrolizadores no paguen los costes relacionados con el sistema eléctrico. "La semana pasada tuvimos días de 10 y 11 horas de precio cero o negativo de la electricidad. Si no tuviésemos que pagar costes fijos, estaríamos produciendo hidrógeno a 2,3 o 2,4 euros el kilo. ¡Me lo quitaban de las manos!", anotó el director de Redexis Renovables.
Otro de los temas abordados por la mesa fue la manera de obtener financiación bancaria para sacar adelante proyectos de generación energética. Sobre esta cuestión, la portavoz de Axpo Iberia, desde donde acostumbran a sacar adelante proyectos de un volumen inferior a los 50 GWh, identificó un auge de desarrolladores de plantas de biometano en el que no a todos se les debería facilitar el acceso a fondos. "La nueva circular [de acceso a la red] está intentando priorizar a aquellos proyectos que presenten una madurez técnica y económica para salir adelante, más allá de que hayan encontrado una posibilidad de residuos una zona y que tengan acceso a red. Y a nivel bancario, eso también es valorable".
"Yo no trabajo en banca, pero si así fuera y tuviese que financiar un proyecto, lo que le pediría es que me justificase su capacidad de poder devolver la financiación. Cuando voy al banco como usuario a pedir una hipoteca para la casa, el banco me pide la nómina", ahondó Mayrata, quien consideró que los proyectos de biometano tienen capacidad de generar flujos de caja suficientes sin ayudas para devolver financiaciones. Eso sí, para ello deben estar "bien estructurados". "No todos los proyectos en España van a ser financiables. Como mucho, un 10% de ellos, porque muchos de los desarrolladores no tienen intención de construir el proyecto, sino que pretenden venderlo", indicó.
Más allá de asuntos meramente económicos, los ponentes abordaron otra de las barreras que dificulta la implementación de desarrollos: la contestación social. Para este apartado, la Green Energy en Axpo Iberia reclamó al sector "transparencia" hacia la ciudadanía. "Cuando hablamos de residuos o tratamientos de residuos, a todos se nos viene la cabeza olores. Hay que ser sinceros: genera olores. No el biometano, ni el tratamiento de residuos ni el digestato generado, sino su trasiego. Ahí, las regulaciones autonómicas están haciendo un buen trabajo en el sentido de limitar desde dónde traemos los residuos, ya que estas plantas se han creado para tratar un problema, que son los residuos ganaderos, ya que los suelos están llegando a unos límites en los que no pueden seguir soportando de nitrógeno, y estas plantas pueden ser una solución a ese problema", aseguró.
Un ejemplo de buenas prácticas es lo que pretende ser el nuevo Plan de Participación Pública para la red troncal de hidrógeno ideado por Enagás, en el que planea informar, resolver dudas y, si es preciso, mejorar el proyecto durante 18 meses.