Energía

España alcanza los 46 GW de potencia solar, pero la falta de red y los precios bajos lastran la inversión

  • Europa instaló 82,1 GW en 2024, un 15% más que el año anterior
  • Según SolarPower Europe, nuestro país instaló 8,7 GW de nueva capacidad, un 10% menos que en 2023
Una planta fotovoltaica

España cerró 2024 como el sexto mercado solar más importante del mundo, aunque su ritmo de crecimiento se ralentizó respecto a años anteriores. El país instaló 8,7 GW de nueva capacidad fotovoltaica, un 10% menos que en 2023. Este retroceso marcó un alto tras varios ejercicios de expansión acelerada, según los datos de Solarpower dentro de su Global Market Outlook 2025-2029.

La desaceleración se atribuye a una caída en la demanda de instalaciones en cubiertas (sector residencial), motivada por la bajada de los precios energéticos y los retrasos en la implementación de ayudas públicas. Dentro del segmento de autoconsumo, la demanda industrial se mantuvo activa, con grandes instalaciones en plantas fabriles. Por su parte, el desarrollo de plantas a gran escala se sostuvo gracias al empuje del mercado de compraventa de energía a largo plazo (PPAs), aunque lastradas por cuellos de botella en la red eléctrica y la caída de los precios de captura de la electricidad solar.

En términos acumulados, España contaba a finales de 2024 con 46,1 GW de capacidad fotovoltaica instalada, lo que la coloca en el séptimo puesto a nivel mundial. Su peso relativo en el mix europeo y global sigue siendo importante, aunque la competencia se intensifica. Alemania y Francia muestran un crecimiento más robusto, mientras que países como Italia o Turquía están acelerando su despliegue con fuerza.

A escala continental, Europa instaló 82,1 GW en 2024, un 15% más que el año anterior, pero perdió peso relativo en el escenario global. Pasó del segundo al cuarto puesto por regiones, superada por América y Asia sin contar China. La cuota de mercado europea cayó al 14%. Dentro de la UE, 16 de los 27 Estados miembros superaron el umbral del gigavatio anual, evidenciando una creciente diversificación del crecimiento fotovoltaico.

En perspectiva, el informe subraya la necesidad urgente de que España —y Europa en general— refuercen las inversiones en infraestructuras eléctricas, agilicen los procesos de conexión y permisos, e implementen políticas que favorezcan tanto el almacenamiento como la gestión flexible del sistema eléctrico. El mercado español, si bien maduro, debe adaptarse para sostener su competitividad y evitar la "canibalización" de precios que ya afecta a algunos proyectos.

El informe concluye que, pese a los desafíos, España sigue siendo un actor relevante en la transición energética europea, con margen para reactivar su crecimiento si se consolidan políticas de apoyo, se mejora la planificación de red y se mantienen estables las condiciones de mercado.

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