
La reciente interrupción del suministro eléctrico en Portugal no ha bastado para reabrir el debate sobre la energía nuclear en el país. Así lo ha asegurado la ministra portuguesa responsable del área energética, la popular María Graça Carvalho, quien ha descartado que la opción nuclear vaya a estar sobre la mesa, al menos en el corto y medio plazo.
"No se reabre para Portugal", afirmó de forma tajante durante una entrevista con el diario económico ECO.pt. "Soy tecnologicamente neutra, reconozco las ventajas y desventahjas de cada una de las tecnologías", señaló la titular, que también ejerce como profesora universitaria en este ámbito. "Para Portugal, no está encima de la mesa la discusión sobre la energía nuclear en los términos en los que la conocemos ahora".
La ministra justificó esta posición por motivos tanto económicos como estructurales: "Es una tecnología cara, de inversión muy cara, que necesita de todo un ecosistema alrededor, de seguridad, de formación de las personas, que no está en nuestros planes".
Portugal se mantiene así al margen del giro que varios países europeos están dando en relación con la energía nuclear. Francia, Polonia, República Checa y Finlandia han manifestado su apuesta por nuevas generaciones de reactores, incluyendo los llamados Small Modular Reactors (SMR), como complemento a las energías renovables en su camino hacia la neutralidad climática.
Incluso en el Parlamento Europeo, voces de diferentes grupos han reclamado recientemente más financiación para la investigación nuclear, así como una regulación específica para el despliegue de los SMR en suelo europeo, dada su potencial contribución a una matriz energética descarbonizada y estable.
Portugal, sin embargo, ha optado por una estrategia energética basada casi exclusivamente en las fuentes renovables -con fuerte peso de la hidráulica, la eólica y, cada vez más, la solar-, apoyada por interconexiones internacionales y medidas de eficiencia. El Ejecutivo luso ha reiterado que su objetivo es alcanzar la neutralidad climática.
Por otro lado, la CNMC portuguesa, a diferencia de la española, ha puesto a disposición del público una guía de actuación para llevar a cabo las reclamaciones pertinentes por el apagón.