Energía

Europa necesita más GNL para garantizar el suministro este próximo invierno

  • Tendrá que inyectar un nivel récord de 57 bcm para cumplir los objetivos comunitarios
  • Si se corta la llegada de gas ruso, Europa tendrá que buscar 5 bcm adicionales de GNL o extender la temporada de inyección hasta noviembre
Un buque metanero

La Unión Europea afronta el verano de 2025 con un nivel de reservas de gas sensiblemente más bajo que en los dos años anteriores y necesitará niveles récord de gas natural licuado (GNL) para asegurar el suministro de cara al próximo invierno. Así lo advierte el informe Summer Supply Outlook 2025 publicado por ENTSOG (la Red Europea de Gestores de Redes de Transporte de Gas).

El documento, que también ofrece una primera proyección para el invierno 2025/26, subraya que el sistema gasista europeo es capaz de operar con normalidad bajo distintos escenarios, pero la dependencia del GNL será más crítica que nunca si se interrumpe completamente el suministro ruso.

A 1 de abril de 2025, las reservas europeas de gas se sitúan en el 34% de su capacidad total, con 388 TWh disponibles, frente a los 669 TWh registrados el año anterior. Esta caída se debe, principalmente, a un invierno más frío, al encarecimiento del gas y a la extinción del contrato de tránsito entre Rusia y Ucrania en diciembre de 2024.

Para alcanzar el objetivo del 90% de llenado antes del 30 de septiembre —umbral considerado mínimo para garantizar la seguridad de suministro en invierno— Europa deberá inyectar alrededor de 57 bcm de gas en sus almacenamientos, una cifra superior a la de años previos.

El informe destaca que, en condiciones normales y con niveles de demanda medios, la infraestructura europea es capaz de alcanzar el 90% de almacenamiento, gracias al refuerzo de terminales de GNL en Alemania, Italia, Francia y Polonia, así como a nuevas interconexiones en Europa Central y del Este.

Sin embargo, si se produjera una interrupción total del suministro ruso (actualmente limitado al flujo por TurkStream), sería necesario importar al menos 5 bcm adicionales de GNL o extender la temporada de inyección hasta noviembre para llegar al 90%.

En un escenario más adverso —con interrupción rusa y baja disponibilidad de GNL—, las reservas solo alcanzarían el 69% en septiembre. Para evitarlo, sería necesaria una respuesta de demanda (reducción del consumo) de unos 12 bcm o recurrir a almacenamiento adicional en Ucrania.

De cara al invierno, el informe no lanza una previsión, pero sí modeliza distintos escenarios. Con condiciones normales, se podría cerrar la temporada de calefacción con un 53% de reservas. No obstante, en caso de interrupción rusa y alta demanda (niveles similares a la media de 2017–2021), las reservas podrían desplomarse al 11%, lo que obligaría a aplicar recortes de consumo en varios Estados miembros.

En ese escenario extremo, los países más expuestos a restricciones de suministro serían Austria, Hungría, Eslovaquia, República Checa, Rumanía, Bulgaria y Croacia, por su menor acceso a terminales de GNL y su tradicional dependencia del gas ruso. Las simulaciones indican que en estos casos podría ser necesario reducir la demanda de gas en hasta un 12% durante los meses más fríos, especialmente si no se activan medidas de ahorro desde el verano.

Además, países como Alemania, Italia o Polonia, pese a su mayor capacidad de importación, podrían encontrar dificultades para enviar gas hacia Europa Central y Sudoriental debido a cuellos de botella en las interconexiones regionales. Esto limita la eficacia de la solidaridad energética y subraya la importancia de reforzar la infraestructura interna.

Para mitigar estos riesgos, ENTSOG considera clave asegurar suficiente GNL y activar respuestas de demanda desde el inicio del verano. La posibilidad de utilizar hasta 10 bcm de almacenamiento en Ucrania —siempre que el gas pueda ser retirado en invierno— también se contempla como herramienta de flexibilidad adicional.

El mensaje de fondo del informe es claro: la seguridad energética europea este invierno dependerá de lo que ocurra en los próximos seis meses. La infraestructura es adecuada, pero el equilibrio entre oferta, demanda y capacidad de almacenamiento será especialmente delicado sin el gas ruso.

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