
El Ministerio de Transición Ecológica ha mantenido ya los primeros contactos con el sector eléctrico para analizar el futuro de la energía nuclear en España.
El departamento que dirige Sara Aagesen ha pedido a las empresas que presenten una posición común para poder abrir una negociación sobre los planteamientos que las compañías quieran poner sobre la mesa.
Según fuentes consultadas por este diario, Iberdrola tiene que ser la compañía que dé el primer paso adelante en el consejo de administración de la agrupación de interés que gestiona Almaraz.
La compañía debe plantear una propuesta, y consensuarla con el resto de accionistas, para poder trasladarla posteriormente al Gobierno y hasta ahora este asunto no ha llegado todavía al consejo de la agrupación de interés.
Por el momento, la única propuesta que parece que existe sobre la mesa proviene del presidente de Naturgy, Francisco Reynés, que en una comida con analistas planteó una prórroga para la central de Almaraz de varios años para adaptarla a un escenario más realista, tal y como recoge en un informe de Caixabank BPI.
De este modo, Naturgy -que parecía el mayor obstáculo para un acuerdo- pasa de esperar como accionista el cierre de la planta a abrirse a una prórroga. La propuesta, no obstante, les parece muy escasa al resto de titulares de la central ya que consideran que la instalación está preparada, al menos, para diez años más de vida. No obstante, consideran que este primer paso puede ser una buena opción para reabrir la negociación y facilitar su aceptación por parte del Gobierno.
Por un lado, las eléctricas podrían llegar al año 2030 con Almaraz en operación para poder analizar en dicho momento el grado de cumplimiento del Plan Nacional de Energía y Clima (PNIEC) sin generar riesgos innecesarios para el suministro eléctrico. Adicionalmente, esta prórroga permitiría una rebaja de la cantidad a abonar por la tasa Enresa, lo que facilitaría una mejora de los resultados económicos de estas plantas.
Por otro lado, se espera que el Gobierno también pueda plantear condiciones a las eléctricas para reabrir este escenario y entre las medidas que suenan con más fuerza figura la opción de vincular parte de la producción de las centrales nucleares a la gran industria electrointensiva así como a los clientes vulnerables.
Con esta medida, el Ejecutivo mataría dos pájaros de un tiro. Lograría incrementar la cantidad de energía en el mercado fuera de las grandes eléctricas y facilitaría una mejora de la posición competitiva de las grandes industrias de nuestro país.