Energía

Bruselas propone un 'leasing' de vehículos cero emisiones para usuarios vulnerables

Mujer entrega llaves de un vehículo en un concesionario. Imagen: Alamy

El sector automovilístico europeo está experimentando una transformación de una magnitud y velocidad sin precedentes, no exenta de desafíos. Para garantizar la competitividad global de la industria europea de automoción y mantener una fuerte base de producción en el continente, la Comisión Europea ha presentado recientemente un Plan de Acción, basado en cinco áreas clave.

En materia de innovación y digitalización, el Plan recoge la puesta en marcha de la Alianza Europea de Vehículos Conectados y Autónomos para que las empresas europeas desarrollen software, chips y tecnología de conducción autónoma compartidos, con la intención de dar forma al desarrollo de la próxima generación de vehículos, lo que permitiría lograr un ahorro significativo de recursos.

Asimismo, la Comisión establecerá, al menos, tres bancos de pruebas transfronterizos a gran escala, así como Corredores Europeos de Conducción Automatizada, para impulsar la preparación y comercialización de vehículos autónomos.

Por otro lado, destinará unos 350 millones de euros en apoyar el desarrollo de tecnología de baterías de próxima generación, incluyendo el reciclaje, con el apoyo de la asociación BATT4EU, a los que se añadirán otros 1.000 millones del programa Horizonte Europa para vehículos conectados y autónomos y baterías.

En materia de movilidad limpia, la Comisión se compromete a modificar los estándares de rendimiento de emisiones de CO2 para automóviles y furgonetas y hacerlos más flexibles, ampliando el plazo a tres años (hasta 2027), para poder cumplir con los objetivos de reducción de emisiones de CO2 previstos para 2025 y evitar así multas que podrían alcanzar los 16.000 millones de euros.

El Plan anunciado por Bruselas también incluye medidas para los más desfavorecidos. En el primer trimestre de 2025, la Comisión adoptará una Recomendación sobre Pobreza en el Transporte, instando a los Estados miembros a implementar programas de 'leasing' social para vehículos nuevos y de segunda mano de cero emisiones, dirigidos a usuarios vulnerables, como parte de sus planes nacionales en el marco del Fondo Social para el Clima.

La Comisión también ha iniciado los trabajos para lanzar una propuesta legislativa destinada a la descarbonización de flotas corporativas y adoptará en los próximos meses una modificación de la Directiva Eurovignette para extender, más allá del 31 de diciembre de 2025, la exención total de peajes para vehículos pesados de cero emisiones.

Además, con el objeto de apoyar el despliegue de infraestructura de recarga y repostaje de hidrógeno, se destinarán 570 millones (entre 2025 y 2026), a través del Fondo de Infraestructura de Combustibles Alternativos (AFIF), con un enfoque particular en vehículos pesados.

La Comisión también emitirá próximamente Directrices y Recomendaciones a los Estados miembros sobre cómo reducir los tiempos de espera para la conexión de puntos de recarga a la red y garantizar su tratamiento prioritario.

Apoyo a las baterías

Con el objetivo de proteger su soberanía económica y prepararse ante posibles crisis de suministro, Europa necesita una producción nacional competitiva de baterías y una cadena de suministro robusta. Para apoyar la fabricación de baterías en la UE, la Comisión destinará 1.800 millones de euros en los próximos dos años procedentes del Fondo de Innovación.

Además, antes de que acabe el mes de marzo, la Comisión Europea presentará una lista de Proyectos Estratégicos que priorizarán toda la cadena de producción de materias primas para baterías. Dichos proyectos se beneficiarán de tres puntos: procedimientos de permisos más ágiles, acceso a financiación y facilitación de acuerdos de compra a largo plazo.

Por otro lado, explorará opciones para financiar la expansión de las líneas de producción europeas y analizará la posibilidad de brindar apoyo directo a la producción en la Unión, combinándolo con ayudas estatales.

Los recientes cambios en la producción y la demanda de la economía global, así como los choques económicos y los riesgos e incertidumbres geopolíticas, han afectado significativamente al empleo en el sector de la automoción de la UE. Además, la escasez y desajuste de habilidades en esta industria son preocupaciones importantes, junto con el envejecimiento de la fuerza laboral y la necesidad urgente de capacitar y atraer nuevos perfiles de trabajadores con habilidades adecuadas.

Para paliar este problema, la Comisión establecerá un Observatorio Europeo de Transición Justa para el seguimiento de las tendencias de empleo en el sector automovilístico, identificando posibles focos de pérdida de empleo para soluciones proactivas. Por otro lado, en 2026 se dispondrá de un apoyo a través de subvenciones Erasmus+ de hasta 90 millones de euros para impulsar la formación en la industria.

Finalmente, y con el objetivo de conseguir la igualdad de condiciones frente a la competencia extracomunitaria, Bruselas garantizará la protección de las empresas europeas frente a la competencia desleal y que las inversiones extranjeras en el sector automovilístico de la Unión beneficien a las empresas europeas y contribuyan a la competitividad a largo plazo de la industria.

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