
Europa avanza con firmeza hacia su autonomía estratégica, buscando reducir la dependencia de proveedores externos como China. En Bruselas, la transición hacia una industria energética propia se ha convertido en una prioridad absoluta, con especial atención a sectores estratégicos como la fabricación de paneles solares, donde se aspira a promover con fuerza la etiqueta 'made in Europe'.
En este contexto, Sicilia emerge como protagonista inesperada. La isla italiana, conocida por su belleza natural, gastronomía y patrimonio histórico, se está transformando también en un polo industrial energético de primera magnitud en Europa.
Justo a los pies del volcán Etna, en la ciudad de Catania, se levanta 3SUN, la mayor gigafactoría europea dedicada a la producción de paneles solares, gestionada por el gigante energético italiano Enel.
La historia de esta fábrica comenzó en 2011, fruto de una alianza estratégica entre Enel Green Power, la empresa japonesa Sharp y la multinacional ítalo-francesa STMicroelectronics.
Inicialmente, la planta estaba centrada en producir paneles solares de película fina, utilizando una tecnología innovadora de unión múltiple con una capacidad anual de 160 megavatios (MW). La demanda no tardó en llegar, y apenas un año después, en octubre de 2012, ya habían alcanzado su primer millón de paneles fabricados. A principios de 2014, esta cifra se triplicó, mostrando claramente el potencial del proyecto.
En 2015, Enel Green Power tomó el control total de la planta, apostando decididamente por la innovación en la fabricación de módulos solares bifaciales con tecnología de heterounión (HJT). Esta tecnología combina capas de silicio cristalino y amorfo para alcanzar eficiencias extraordinarias, que en producción en serie alcanzan hasta el 24,6%, e incluso el 25% en pruebas de laboratorio.
Los paneles fabricados con esta tecnología permiten aprovechar hasta un 95% más de energía solar, lo que resulta en plantas fotovoltaicas más eficientes y competitivas.
Actualmente, la gigafactoría de Catania cuenta con una capacidad instalada de 3 gigavatios (GW), aunque su producción efectiva ronda los 1,2 GW anuales. La razón principal detrás de esta diferencia radica en los fuertes desafíos económicos y competitivos frente al dominio global chino.
El gigante asiático controla el mercado mundial gracias a costes de producción mucho más bajos, derivados del acceso más económico a materias primas y su inmensa capacidad de fabricación, que supera los 300 GW anuales.
La dependencia de Europa respecto a China en paneles solares es considerable. En 2023, la UE importó el 98% de sus paneles solares desde China, por un valor de 19.700 millones de euros. Aunque este importe fue ligeramente inferior al de 2022, el volumen de paneles adquiridos creció un 5%, reflejando una demanda en constante aumento.
La principal razón detrás de esta dependencia son los menores costes de producción chinos, que según la Agencia Internacional de la Energía (AIE) son entre un 35% y un 65% más bajos que en Europa, especialmente por gastos operativos y de capital más elevados en el Viejo Continente.
Para enfrentar esta realidad, 23 países europeos firmaron en abril de 2024 la Carta Solar Europea, comprometiéndose a fomentar inversiones y facilitar ayudas estatales para nuevas infraestructuras solares europeas. Paralelamente, la Comisión Europea inició investigaciones sobre posibles subvenciones irregulares a empresas chinas, buscando asegurar una competencia justa en el mercado europeo.
Para equilibrar esta competencia desigual, ha sido clave el apoyo financiero de la Unión Europea e Italia. Entre ambas instituciones han movilizado cerca de 800 millones de euros destinados al fortalecimiento tecnológico y productivo de la planta de Catania. Destacan especialmente los 90 millones del Plan Nacional de Recuperación y Resiliencia italiano (PNRR) y los 98 millones provenientes del Fondo de Innovación europeo para el proyecto TANGO. Esta financiación robusta permitirá a 3SUN aumentar significativamente su producción hasta alcanzar la cifra de 15.000 módulos solares diarios.
En este sentido, la tecnología 3SUN CORE-H, desarrollada en la planta, está llamada a revolucionar el mercado europeo por su eficiencia y adaptabilidad. El módulo estrella de la factoría, denominado 3SUN B60, está orientado principalmente al mercado utility-scale, aunque también es perfectamente adecuado para aplicaciones industriales y comerciales.
El mercado italiano, beneficiado especialmente por el Plan de Transición 5.0, muestra un interés particular en estos productos debido a su alta capacidad de generación energética, estabilidad en condiciones extremas de temperatura y mínima degradación con el paso del tiempo.
Además, 3SUN ya se encuentra trabajando en un nuevo producto, el modelo 3SUN B48, cuya presentación está prevista para la segunda mitad de 2025.
Este módulo ofrece las mismas características técnicas avanzadas que el B60, pero en un tamaño más compacto, facilitando aún más su integración en espacios industriales y comerciales más reducidos.
La innovación tecnológica detrás de 3SUN proviene, en gran medida, del Passo Martino Innovation Lab & Hub, ubicado a pocos metros de la planta de producción. Este laboratorio está especializado en tecnologías renovables, almacenamiento energético y soluciones de integración en la red eléctrica. Con más de 100.000 metros cuadrados supone uno de los tres en Italia acreditados para realizar algunas de las pruebas más delicadas para paneles solares.
El Innovation Lab & Hub se compone principalmente de dos áreas: el Laboratorio de Almacenamiento de Energía e Integración de Redes, que prueba baterías y sistemas de almacenamiento en condiciones reales, y el Laboratorio de Innovación Solar, enfocado en evaluar la calidad, desempeño y resistencia de módulos fotovoltaicos, inversores, sistemas de seguimiento solar y paneles solares flotantes.
Más allá de la tecnología, la gigafactoría ha significado un cambio social y económico relevante para Sicilia. Desde su inauguración, la planta ha generado cientos de empleos en la región, revitalizando la economía local y promoviendo el desarrollo de sectores relacionados.
Sicilia, por su parte, está llamada a jugar un papel decisivo en la transición energética europea debido a su privilegiada posición geográfica y abundantes recursos renovables. La isla disfruta de la mayor radiación solar de Europa y un excelente potencial eólico, concentrado especialmente en el sur y oeste, donde proliferan parques eólicos y solares que ya acumulan 7 GW.
Uno de los retos históricos de Sicilia ha sido la limitada infraestructura eléctrica, que dificulta transportar la energía renovable generada hacia las áreas más pobladas y con mayor demanda energética del este. Este problema está siendo abordado con proyectos clave como la nueva línea de alta tensión "Chiaramonte Gulfi-Ciminna", construida por Terna. Esta infraestructura permitirá aprovechar plenamente el potencial renovable de la isla, reduciendo considerablemente la dependencia de las plantas termoeléctricas.
Además, Sicilia es protagonista de iniciativas pioneras en energías renovables marinas y geotermales. Destacan los parques eólicos marinos flotantes como "7 Seas Med", impulsado por Eni Plenitude, y "Med Wind", que aspira a convertirse en el mayor parque eólico del Mediterráneo. A esto se suman exploraciones geotérmicas submarinas en las islas Eolias, capaces de cubrir ampliamente las necesidades energéticas regionales.
Finalmente, la ubicación estratégica de Sicilia posiciona a la isla como un punto clave en la interconexión energética entre Europa y África. Proyectos como la línea eléctrica submarina "Elmed-Tunita", que conectará Túnez y Sicilia, han recibido el respaldo de la Comisión Europea bajo la estrategia "Global Gateway".
Otro de los ejemplos más notables de transformación industrial sostenible se encuentra en Gela. La petrolera italiana Eni reconvirtió allí una antigua refinería en una planta de bioenergía, produciendo combustible sostenible a partir de residuos vegetales, aceites usados y grasas animales. Esta planta produce ahora biodiésel avanzado (HVO) y combustible sostenible para aviación (SAF), contribuyendo así a reducir la contaminación y creando nuevos empleos mediante la reconversión de trabajadores procedentes del sector petrolero.
Otra iniciativa destacada corresponde al grupo energético italiano ERG, que abandonó completamente su negocio de energías fósiles para concentrarse en la producción eólica. El grupo, que cuenta con presencia en España, está llevando a cabo la repotenciación de sus parques, lo que permite producir tres veces más energía en las mismas áreas físicas con un menor número de aerogeneradores y mejorando la aceptación social.
Con estos avances tecnológicos, industriales y en infraestructuras, Sicilia está preparada para liderar la transición energética europea.