
El Parlamento de Cataluña aprobó este jueves una moción para instar al Gobierno el cierre de las centrales nucleares, tal y como acordaron las empresas propietarias de las centrales nucleares y la Empresa Nacional de Residuos Radioactivos (Enresa).
La moción, presentada por los Comuns, contó con el apoyo de toda la izquierda parlamentaria (ERC y CUP), incluyendo el voto favorable del PSC-Units. Junts, por su parte, se abstuvo en la votación, mientras que el PP catalán, VOX y Aliança Catalana votaron en contra.
De esta votación, sorprende el posicionamiento de ERC, cuya abstención hace tan solo unas semanas en clave nacional —junto con la de Junts— permitió a PP y VOX aprobar en el Congreso de los Diputados una proposición no de ley (PNL) para exigir al Gobierno justo lo contrario: exigir la extensión de la vida útil de las centrales nucleares.
Entonces, la justificación de Jordi Salvador, de ERC, se sostuvo en que "El cierre de las nucleares se tiene que hacer, pero se tiene que hacer bien. No se pueden cerrar las centrales dejando un desierto industrial detrás".
Cabe señalar que el territorio catalán cuenta con tres de las siete nucleares del país, cuyos cierres están actualmente programados para 2030, 2032 y 2035.
Según los datos de la Generalitat sobre el año 2023, Cataluña produjo 41.082,3 gigavatios hora (GWh), mientras que su consumo, muy parejo, fue ligeramente superior: 41.120,3 GWh. De toda la electricidad producida aquel año, más de la mitad (el 56,9%) provino de la nuclear (23.385,9 GWh), mientras que la producción de las renovables (principalmente, eólica e hidroeléctrica) copó el 18% de la producción.
Medidas de apoyo
Como apoyo a la medida, la moción catalana también reclama al Gobierno "impulsar y diversificar la economía de las zonas afectadas [por los cierres] con el objetivo de facilitar alternativas socioeconómicas para las personas que viven y trabajan en ellas".
Esta medida choca diametralmente con los planes de Extremadura, donde su presidenta, María Guardiola, lleva meses inmersa en una campaña para alargar la vida de la central de Almaraz, cuyo cierre —el primero de los contemplados en el calendario programado— está fijado para el mes de noviembre de 2027.
La iniciativa catalana se añade como condimento al caldo del debate en torno a la hipotética extensión de la vida de las centrales, que conforme pasan las semanas cuece a mayor temperatura.