En un contexto energético cada vez más demandante, la actual falta de capacidad de la red limita la concesión a nuevas inversiones y, sobre todo, la consecución de la transición energética. Y ahí, la flexibilidad y la agregación de la energía pueden desempeñar un gran papel a la hora de optimizar y mejorar el consumo energético. Esta es la principal conclusión expuesta durante la Jornada de Flexibilidad y Agregación de la demanda de energía, organizada este jueves por elEconomista.es y patrocinada por Bamboo Energy, Estabanell y Octopus Energy.
En el evento, que también ha contado con la asistencia de otros notables actores que participan en el ciclo de la energía, como Factorenergia, Cuerva, Siemens o Deloitte, los participantes han expuesto las virtudes de fomentar la flexibilización y la agregación y han manifestado cuáles son, a su juicio, las principales barreras que impiden su desarrollo. Ambas cuestiones —flexibilidad y agregación— tienen la capacidad y el potencial de aportar beneficios al sistema, dado que con ellas se podría optimizar la demanda de energía. Pero también pueden suponer ventajas para los consumidores, quienes podrían ver rebajada su factura energética a final de mes. Sin embargo, todavía falta un impulso para su adopción.
"En España somos unos privilegiados, porque las redes españolas son ejemplo en muchos países. Pero es verdad que estas redes, construidas hace cien años, van a tener que duplicar su capacidad en los próximos diez, y no va a ser viable de ninguna manera. Está demostrado que la flexibilidad puede ahorrar hasta un 30% de inversiones", ha señalado Alicia Latorre, Sales Director Siemens Grid Software Iberia en Siemens.
Una regulación más ágil
Para los asistentes, el principal escollo se encuentra en el marco regulatorio. Creen que debería ser más conciso y permitir una mayor agilidad, sobre todo para otorgar una mayor claridad a los inversores interesados. "El campo de juego se está preparando, pero se necesita mayor agilidad. La directiva europea que establecía la figura del agregador de la demanda no fue suficiente, ya que en el texto no se establecieron obligaciones ni responsabilidades. Eso ha provocado cierta inseguridad jurídica. Urge que la normativa actualmente en tramitación salga a la luz y que sea ágil, que dé seguridad jurídica a los sectores y que dé señales de inversión, además de asegurar la seguridad del suministro, con la actual alta penetración de renovables", ha explicado Carlos Tallón, asociado principal de Deloitte Legal.
Sobre este marco regulatorio, Anna Casas, Spanish Flexibility Lead de Octopus Energy, ha señalado que a pesar de que los mercados de agregación ya están abiertos, las comercializadoras no pueden participar en ellos dadas las enormes limitaciones que imponen los requerimientos actuales.
Para superar los obstáculos, la mesa ha expuesto los ejemplos que algunos países de nuestro entorno, como Alemania, Francia o Italia, han implementado en sus mercados. "Podemos aprender de Europa. Hay países europeos, como Francia o Portugal, en los que los agregadores independientes llevan años funcionando", ha ejemplificado Cristina Corchero, CTO y fundadora de Bamboo Energy.
El cliente, en el centro
En cuanto a la flexibilidad, los integrantes de la jornada creen que en España se han tomado pasos en la buena dirección. "Si entendemos la flexibilidad como la capacidad de la demanda para estar pendiente del precio y ajustar su consumo, España está bien posicionada y está actuando. El grueso de las comercializadoras tenemos tarifas que están relacionadas con el precio horario y el cliente ha aprendido a modular su consumo en base a ello. Esa parte la tenemos ganada", ha indicado Lidia Caba Roset, directora de la filial de comercialización del grupo Estabanell.
Ahora bien, se podría optimizar mucho más por parte tanto de la oferta como de la demanda. Por un lado, los asistentes al debate consideran que sería útil para el lado de la oferta la introducción de modelos retributivos. "Tenemos dos caminos a seguir: o construimos más infraestructura, para la que tenemos ciertas limitaciones, o ponemos los mercados locales de flexibilidad para que ayuden a la integración de esa nueva generación y demanda. Pero todo ello tiene que ir acompañado de una retribución atractiva. La flexibilidad evita unos costes de infraestructuras, y debería traducirse en una retribución al comercializador", ha considerado Juan Guerrero, director de Regulación y Estrategia de Cuerva. Del mismo modo, desde Octopus Energy añaden que sería ventajoso contar con peajes dinámicos.
En cuanto a la demanda, la mesa ha aportado distintas ideas para incentivarla: desde el apoyo al Sistema de Certificados de Ahorro Energético (CAE) hasta la mejora del sistema de ayudas por parte de la Administración para la adopción de sistemas energéticos más eficientes, como la aerotermia, las baterías o los vehículos electrificados, principalmente entre los consumidores con menos recursos económicos. Sin embargo, donde más hincapié han hecho es en la necesidad de promover la pedagogía, así como en fomentar la digitalización del sector.
En cuanto a la pedagogía, las entidades invitadas al debate creen que actualmente, y sobre todo desde la crisis energética provocada por la pandemia y por la guerra en Ucrania, el cliente está preocupado por su consumo energético y por cómo afecta sobre su factura; en consecuencia, cada vez adapta más sus hábitos adaptándose al precio horario. Sin embargo, todavía falta mucho por hacer. "Ahí, las comercializadoras tienen mucho peso. El consumidor tiene que ver claro el beneficio de gestionar su demanda energética", apunta Tallón, asociado principal de Deloitte Legal.
En este sentido, Casas, Spanish Flexibility Lead de Octopus Energy, señala el camino para seguir ganando terreno entre los clientes flexibles. "Tenemos que hacer un producto fácil para el cliente. No hace falta que sepa nada de mercados o que sepa mucho de tarifas, sino que podemos ofrecerle una tarifa low cost o un pago por reducir su consumo a cambio de que nos den esta flexibilidad".
Sobre esta cuestión, Carlos Gallar, director del Departamento de Transición Energética en Factorenergia, cree que deben fomentar la confianza que el cliente deposita sobre las comercializadoras. "Uno de los problemas que más nos encontramos es la falta de confianza, principalmente por malas experiencias previas. Esa falta de confianza y esa poca claridad a la hora de entender la factura se puede entender con la digitalización".
Precisamente la digitalización ha sido otro de los grandes asuntos abarcados por la mesa. Una mayor digitalización beneficiaría a toda la cadena: a la Administración, con una mejor toma de decisiones basada en una cobertura de datos más amplia; a las empresas involucradas, a la hora de innovar para ofrecer mejores soluciones a sus clientes soluciones; y a los clientes, quienes podrán adoptar mejores decisiones basadas en información a tiempo real. "El cliente ve que la humanidad va a llegar a Marte pero a día de hoy no sabe cuánto consume su nevera", ha contrapuesto Roset, directora de la filial de comercialización del grupo Estabanell.
"Tenemos el conocimiento y tenemos la capacidad, pero necesitamos agilidad y regulación", ha concluido Gallar, director del Departamento de Transición Energética en Factorenergia.