
La Autoridad de Defensa de la Competencia británica ha decido abrir una investigación sobre la compra de Iberdrola de la compañía Electricity North West, valorada en 5.000 millones. La eléctrica solicitó ayer los permisos necesarios para la fusión con la distribuidora de Manchester, lo que desencadenado la apertura de este expediente.
La CMA inició el estudio de la operación el pasado 22 de octubre y ahora pasa a la llamada Fase 1. Esto significa que la autoridad de británica está considerando si puede darse el caso de que esta transacción pueda dar lugar a un problema de control de concentraciones, previsto en la Ley de empresas de 2002 y, en caso afirmativo, si la creación de dicha situación ha dado lugar, o se podría esperar que dé lugar, a una disminución sustancial de la competencia en cualquier mercado o mercados de bienes o servicios del Reino Unido.
Además, la CMA también estudiará si la fusión de estas redes energéticas puede causar un perjuicio sustancial a la capacidad de Ofgem para realizar comparaciones entre empresas de redes energéticas.
Según el calendario previsto por la homóloga de la CNMC británica, la decisión final tendrá que adoptarse antes del 27 de marzo.
Las partes que se consideren afectadas podrán presentar comentarios al organismo regulador hasta el próximo 12 de febrero.
A lo largo de los últimos meses, la compañía había logrado reducir las condiciones previas que le impuso Competencia tan pronto se anuncio el cierre del acuerdo. La CMA publicó una Orden de Ejecución Provisional (OEI) con limitaciones a las acciones que Iberdrola podría llevar a cabo hasta que se conceda dicha aprobación, entre ellas, avanzar en la integración de ambas empresas, transferir el control de cualquiera de las dos o eliminar la capacidad de competir entre ellas.
Competencia le impuso en aquel momento la necesidad de mantener separados ambos negocios. Mantener los recursos de la compañía antes de la fusión. No llevar a cabo cambios en el organigrama así como en las plataformas tecnológicas, entre otras.
Posteriormente, la eléctrica española acordó excepciones relevantes a dichas limitaciones, incluyendo entre otras, el nombramiento de dos consejeros independientes en la compañía y la exclusión de los negocios de Iberdrola más allá de Scottish Power Networks de las restricciones.