
Red Eléctrica se va a nutrir de los pingües beneficios que obtuvo el sistema por vender electricidad a Francia durante los años de la crisis energética. El Boletín Oficial del Estado (BOE) publicó este lunes una resolución de la CNMC por la que adjudica al gestor de la red 199,87 millones de euros para el financiar la inversión en las interconexiones con el país a través del Golfo de Vizcaya, correspondientes a los gastos que ha realizado en dicho desarrollo la filial de Redeia hasta el 31 de diciembre de 2023.
La financiación deriva de las rentas de congestión, es decir, del pago que realizan quienes utilicen las interconexiones entre España y Francia para llevar a cabo intercambios de energía entre ambos mercados, y cuyos ingresos se deben destinar a la mejora de la red eléctrica. Los ingresos derivados de estas rentas de congestión han sumado 424,67 millones de euros —28,1 millones en 2022; 325 millones en 2023 y 71 millones entre enero y mayo de 2024—.
La resolución indica que la inversión estimada para la interconexión con Francia asciende a 1.463 millones de euros, de los cuales el sistema eléctrico —es decir, los usuarios, a través de los peajes de sus facturas— debe cubrir 861 millones tras deducir las ayudas financieras y aplicar factores de retardo y planificación.
De no ser por las rentas de congestión generadas en otros años, este valor hubiera sido superior y, por tanto, también el pago de los usuarios de la red.
El gran negocio de la venta de electricidad
En los últimos años, España ha vendido ingentes cantidades de electricidad al norte de los Pirineos, sobre todo en 2023 donde la Excepción Ibérica, el parón de las nucleares en Francia y el desarrollo de renovables provocó que la península contara con unos precios eléctricos notablemente inferiores a los del país vecino. Según los datos del Ministerio de Industria y Comercio, el año pasado se traspasó electricidad por valor de 1.275 millones de euros a Francia y hasta este septiembre la factura eléctrica entre ambos países ya suma 530,92 millones.
En lo que va de año, el valor de los traspasos de energía eléctrica ha sufrido una caída sustancial con respecto al pasado ejercicio por la caída del precio. No obstante, los registros de este año se mantienen por encima de la media de los años previos a la crisis energética. Por ejemplo, entre 2019 y 2016 el comercio eléctrico en la frontera se situó en 244 millones de euros de media.
Conexiones controvertidas
La Unión Europea acordó que en los próximos años que las interconexiones entre los Estados miembros debían ser del 10% para 2020 y de al menos el 15% para 2030; algo que parece lejano en el caso de España y Francia que tan solo puede transportar 2,8 gigavatios (GW), o lo que es lo mismo, alrededor del 2% de su potencia. Una vez se completen las conexiones a través de Vizcaya aumentará en 2,2 GW.
Sin embargo, Francia reniega de ampliar aún más las interconexiones. La Commission de régulation de l'énergie (CRE) -el equivalente a la CNMC en Francia- afirmó en un informe sobre interconexiones eléctricas que los enlaces con la península a través de Navarra-Landes y Aragón-Pirineos Atlánticos no cumplen los análisis coste-beneficio, pese a que la Red Europea de Gestores de Transporte (Entso-e) ya informó a favor del beneficio económico del proyecto en 2022.