Madrid
A Mariano Zapata le recibió un apagón de tres días en la isla de La Gomera dos semanas después de hacerse con el cargo de consejero de Transición Ecológica y Energía del Gobierno de Canarias. Desde octubre de 2023 las íslas se encuentran en situación de emergencia energética, a cuya solución no colabora el hecho de que el archipiélago cuenta con nulas interconexiones con la península y escasas redes entre íslas. A ello se suma la falta de suelo, que complica la penetración de energías renovables -en Canarias se sitúa por debajo del 20%, mientras que en la península supera el 40%-, a lo que hay que añadir la caducidad de las centrales de generación fósiles que han mantenido a las íslas. El panorama no tiene visos de cambiar a corto plazo, precisamente por los largos periodos de despliegue en el sector energético. Con estos mimbres, Zapata estima que la situación de emergencia no variará hasta, al menos, dentro de diez años.
¿Cuál es la situación energética de Canarias?
Red Eléctrica puso de manifiesto en 2021 el déficit de generación que existía en algunas íslas como Tenerife, Gran Canaria y Fuerteventura, además del contexto de falta de inversión y obsolescencia de los grupos de generación del resto del archipiélago. Esto viene de la modificación de la ley eléctrica, hace 13 años, en la que se propuso un concurso por el que se facilitaría la competencia. Pero había que sacarlo, y el concurso se ha dilatado en el tiempo y ha provocado que durante más de 10 años no se haya invertido en las centrales de generación canarias.
¿Han hecho planes de contingencia para evitar futuros apagones?
Estamos muy preocupados con la seguridad energética en Canarias, con la solidez del sistema, que actualmente no existe. De hecho, durante el pasado verano tuvimos reuniones de trabajo y un plan de choque para establecer fórmulas de deslastre. En ese punto estamos. La situación es crítica. Por eso, queremos reducir plazos para que pueda haber una mayor penetración de renovables.
¿Cuándo vencerá la declaración de emergencia energética?
Podremos decir que estará resuelto cuando esté en vigor la renovación de las centrales convencionales. Ahí está la clave. O cuando tengamos suficientes renovables que nos permitan tener un sistema robusto. Pero hay que ser realistas, no va a ser antes de diez años. Y demos gracias a que el Gobierno nos aprobó las medidas de emergencia, que serán 300 millones durante cuatro años, prorrogable año a año. Ahora tendremos que ser capaces de implementarla, porque me está costando mucho que caminen las empresas que se han presentado.
¿Quiénes son los responsables de llegar a esa situación?
El anterior Ejecutivo ya no está en el Gobierno, o sea que han cobrado su parte de culpa. Está la guerra entre Red Eléctrica y Endesa. Y los políticos, si hubiéramos convocado el concurso de generación convencional en el año 2013 o 2014, hoy estaríamos inaugurando las plantas. También es verdad que Endesa decidió no presentarse a los concursos de generación, aunque podía, incluyendo ofertas de poco peso, con la esperanza de que el concurso quedara desierto. Ellos también tienen músculo financiero como para hacer esas jugadas.
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¿La Ley de cambio climático del pasado julio acelerará esa robustez?
Cuando llegamos al Gobierno encontramos una Ley de cambio climático ideológica, excesívamente burocratizadora en los trámites y, con la intención de reducirlos, hemos sacado una ley muy consensuado con el sector y las distintas administraciones canarias. Una de las claves son las zonas de aceleración renovable, que emana de una directiva europea y con la que queremos darle seguridad jurídica a los promotores. En Canarias tenemos el 70% del territorio con algún tipo de protección y lo que haremos es consensuar con los cabildos, que son los competentes, para que quien quiera invertir sepa que si lo hace en una zona de aceleración renovable tendrá una autopista de cara a autorizaciones.
¿Qué frentes tienen abiertos con Transición Ecológica?
Tenemos muchos. Las subastas de generación convencional, la eólica marina, que acaba de salir la regulación, pero aún quedan más pasos. También tiene que salir la regulación de cómo se van a pagar los vertidos de renovables; y aspectos como la retribución de las baterías. En este punto, estamos trabajando en dos posibles saltos [de agua] en Tenerife y La Palma para los que esta solución es indispensable.
¿Quién promoverá estos dos nuevos bombeos en Canarias?
Red Eléctrica (REE), a petición de Transición Ecológica. Hace algunos meses, la Unión Europea sacó una sentencia en la que autorizaba a REE a gestionar hidrobombeos específicamente en Canarias. Ya está el salto de Chira Soria en construcción y esperamos que en el 2027 sea una realidad. Y ya trabajamos con el Miteco para que haya un hidrobombeo en Tenerife y hemos encargado al Instituto Tecnológico de Canarias (ITC) un estudio previo para La Palma, para que nos digan la mejor ubicación y que estudie soluciones novedosas, como generar un bombeo con un solo embalse y que utilice agua de mar.
¿Cuánta inversión calculan para estos desarrollos?
Salto de Chira estamos hablando de 600 millones y nosotros valoramos que, si en Tenerife se puede construir un hidrobombeo, no será nunca por debajo de los 1.000 millones. Pero es la única alternativa a descarbonizar el territorio. En Canarias seguimos quemando fueloil sin tino, porque no se llegó a desarrollar nunca el gas, que podría ser un combustible más económico y menos contaminante. Esta es otra de las alternativas [generar electricidad con gas] que se harán realidad ahora con el nuevo concurso. Porque el nivel de emisiones que nos permitirá Europa no va a permitirnos quemar fueloil. No será una prohibición de manera nominal, pero es que solo podremos llegar al nivel de emsiones que se nos exige con gas.
¿Qué valoración hace del proceso de subastas de generación?
Ha habido mucha demanda. Para todas ha habido más de una empresa presentada en varias de las íslas. Tendrán que empezar a usar gas, para lo que harán falta construir gasificadoras. Esto reabre el debate, porque Gran Canarias siempre ha sido opuesta a la gasificadora que se quiere instalar en el puerto, de 70 MW, no solo para generar sino para los surtir a los barcos, que por otra parte también vienen quemando fuelóil. Nosotros tramitaremos, no estamos a favor o en contra, pero al Cabildo no le va a quedar otro remedio que aceptar la instalación de gas, por el tope de emisiones. Al final, se contamina menos, costará menos.
Sobre eólica marina, han habido muchas firmas internacionales que han abandonado el barco por la tardanza en las subastas ¿Les lastrará en el futuro?
Volverán. Hay una demanda importantísima para instalarse con eólica marina. Canarias será la punta de lanza con respecto a esta tecnología, está aprobado el Plan de Ordenación del Espacio Marítimo (POEM) de Gran Canaria y hay un consenso importante para ello. En las últimas semanas ha salido alguna cofradía de pescadores que ha expresado su malestar, pero intentaremos hacer pedagogía para tratar de sumarlos para que vean esto como una economía complementaria a su actividad y beneficiosa para ellos.
¿Se cumplirán los plazos para tener eólica marina antes de 2030?
Tengo serias dudas. En el congreso de la Asociación Empresarial Eólica del año pasado nos adelantaron que antes de diciembre de ese año estaría la legislación que ahora tenemos, que ha salido con un año de retraso. La interinidad de la ministra [Teresa Ribera] no ayuda, a pesar de que nosotros le valoramos que haya sacado la regulación actual. Porque los plazos en energía no son precisamente cortos. Nosotros por acelerarlos estamos trabajando con la Plataforma Oceánica de Canarias (PLOCAN) para un prototipo de molino. También estamos usando fondos Next Generation para instalar boyas que nos puedan dar todos los datos de las íslas, para que las empresas interesadas en invertir tengan el trabajo adelantado y no le suponga un coste. A lo mejor el de Gran Canaria no llegamos a tiempo si sale la subasta antes, pero para el resto de íslas lo vamos a tener y publicar en abierto, para facilitar y avanzar trabajo, además de evitar estrés marítimo de un paso continuo de barcos.
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¿Qué pedís en la próxima planificación de la red eléctrica?
La gran obra pendiente de cara a 2030 es la interconexión Canarias-Fuerteventura. Técnicamente es difícil, pero gracias a los avances del cable entre Tenerife y La Gomera, que va a ser el cable más profundo del mundo (2.300 metros de profundidad); Red Eléctrica ya tienen la solución técnica para un cable trifásico que se pueda tender entre Gran Canaria y Fuerteventura. Con eso completamos la conexión entre Lanzarote, Fuerteventura y Gran Canarias por un lado; y Tenerife y La Gomera por otro. La Palma y El Hierro será más difícil, por las profundidades que hay. Tenerife y Gran Canarias lo mismo y ahí estaría la solución para gran parte de nuestros problemas.
¿En qué punto están las propuestas para tener una factura diferente en Canarias?
Olvidada no está. Cada cierto tiempo hay reclamaciones. Pero hasta que Canarias no tenga un sistema verdaderamente fuerte y sólido, sin déficit de generación y con una penetración de renovables razonable no va a suceder. No vamos a tener nuestra propia factura cuando tenemos la nuestra subvencionada. Son más de 900 millones de euros de los Presupuestos Generales del Estado.
¿Y separar a Canarias del sistema eléctrico?
Un ánsia de Canarias será tener nuestra propia factura y nuestro propio sistema eléctrico por ser un territorio que está donde está. Por eso también pedimos que se nos saque del cupo de eólica marina, para que pueda haber más instalaciones que en territorio peninsular, porque somos un territorio aislado que no vamos a verter con electricidad al resto de la península. Nosotros entendemos los cupos en el resto del territorio, pero nos gustaría uno propio. En ese mismo sentido va la factura eléctrica, si conseguimos, eventualmente, producir más energía renovable y que nos baje la factura eléctrica, en algún momento se luchará por eso, pero ahora mismo no está en nuestra agenda.