
La primera gigafábrica de baterías para coches eléctricos en Europa se ha quedado al borde del abismo. La sueca Northvolt iba a ser la pieza clave para el despliegue de toda industria necesaria para la nueva movilidad europea. Sus baterías de iones de sodio, era más barata, más sostenible y, en principio, iba a romper con la dependencia de China, al convertirse en el proveedor esencial de los fabricantes europeos de coche eléctrico.
Sobre el papel el plan era perfecto, Northvolt había recibido hasta 10.000 millones de dólares de financiación privada, de jugadores tan importantes como Goldman y Blackrock, contaba con ayudas europeas y nacionales, y tenía el apoyo de BMW y Volkswagen.
Pero sus acreedores han cortado el grifo de repente. La financiación estaba respaldada por pedidos de más de 55.000 millones de dólares de empresas como Volkswagen y BMW. Sin embargo, el volantazo de los fabricantes de los fabricantes germanos por problemas de producción y la disminución de la demanda ha dejado a la compañía a la intemperie.
El apoyo económico ha desaparecido. Y la compañía se encuentra ahora en una crisis de liquidez enorme, después de que un aumento de la producción fallara en su planta principal cerca del Círculo Polar Ártico. Northvolt se expandió agresivamente por Europa y América del Norte para construir la escala de fabricación necesaria para competir con los productores chinos de menor costo, pero la caída de la demanda del coche eléctrico ha destapado a un gigante con pies de barro.
Recientemente, la compañía anunció el despido de 1.600 trabajadores en Suecia (el 20% de la plantilla mundial) y la ralentización de sus planes de expansión. Todo ello ha provocado la suspensión por parte de Estocolmo de ayudas por valor de 1.500 millones. BMW ya ha descartado acudir a la próxima ronda de financiación. El fabricante es propietario del 2,8% del fabricante de baterías.
Volkswagen, con una participación de alrededor del 21% a finales de 2023, ha dicho que sigue apoyando el aumento industrial de Northvolt, pero no ha dicho si proporcionará más fondos.
El caso de Northvolt es un duro revés para los planes de electrificación de la industria automotriz, generando una enorme preocupación en territorio sueco. Allí, el popular novelista Lars Wilderäng, que comenta habitualmente temas de economía, acusó a Wuxi Lead, proveedor chino de maquinaria industrial contratado por Northvolt, de realizar entregas en mal estado. Los despidos de la firma se producen después de que la firma haya registrado 26 graves accidentes desde 2019, incluidos tres muertes de trabajadores en los últimos tres meses, mientras, de forma paralela, se publicaban quejas de los asalariados por ser forzados a trabajar con materiales tóxicos sin la protección adecuada, según recogió France 24.