El sector energético es decisivo y de vital importancia. La energía es un factor de crecimiento para nuestro país. Así se ha destacado en la celebración del IX Foro de Energía organizado por elEconomista.es. Gregorio Peña, presidente Editor de Editorial Ecoprensa, y encargado de inaugurar la jornada, considera que para el desarrollo, el avance y la actividad de las empresas del sector de nuestro país es necesario que la regulación se haga desde una perspectiva de largo plazo.
En la actualidad se viven debates candentes que tienen como puntas de lanza el coste de las emisiones y las redes. "Existen muchas opiniones sobre qué política es la más correcta. Apostamos por la confianza en el mercado y la neutralidad para el desarrollo de todas y cada una de las iniciativas y técnicas destinadas a resolver las emisiones de CO2", añade Peña. Se trata de un sector muy condicionado por la regulación, "que es oscilante e incluso no homogénea en el marco de la Unión Europea, y con una visión muy constreñida a los territorios, cuando el problema de las emisiones es universal", indica Peña.
"Esta situación provoca la existencia de distintos criterios políticos sobre qué debe entenderse por energía limpia y, por tanto, si es adecuada la intervención pública para favorecer, priorizar o dar un tratamiento diferente a las distintas tipologías de generación y determinar qué ocurre con las redes y qué tramitación administrativa se produce para tener ese acceso", explica el presidente Editor de Editorial Ecoprensa.
La situación geoestratégica de España y el elenco de empresas energéticas "nos permite exigir a la Administración Pública la mejor de las gestiones. Y es necesario que la gestión pública regulatoria se haga desde una perspectiva a largo plazo", resalta Peña. "La fuerza que tenemos en España con la capacidad de generación no debe ser desperdiciada y debe ser tenida en cuenta como uno de los factores principales para el desarrollo de nuestro país", señala Peña. La historia nos lo demuestra. Y es que "tras la Segunda Guerra Mundial, los países que se industrializaron más rápido fueron los que tenían una energía más barata y accesible. Esto debería ser una reflexión en nuestro ADN. Si entonces fue importante ahora más, cuando nuestra economía está basada en los centros de datos, que han venido a a irrumpir con un gran consumo energético".
La transformación de Europa
Centrando el debate en Europa y su necesidad de reinvención y transformación, Héctor Flórez, presidente de Deloitte España, considera que "la evolución del sector energético puede tener una influencia decisiva en el futuro del proyecto europeo". Flórez hace referencia a los tres pilares sobre los que se ha cimentado la Unión Europea: la libertad política, el crecimiento económico y la solidaridad social. El plano económico presenta desafíos con una previsión de crecimiento para la Unión Europea del 0,9% en 2024 y del 1,5% en 2025, tasas inferiores a las de las dos grandes potencias mundiales (China y Estados Unidos).
En este sentido, el presidente de Deloitte España señala que "nos enfrentamos a un gran reto, que es el de evolucionar o transformar el modelo de crecimiento en Europa para aumentar los niveles de prosperidad a largo plazo". Flórez apunta que "tenemos que promover inversiones para reducir el atraso tecnológico, plantear reformas que mejoren la productividad, conseguir un mayor nivel de integración en la región para que haya un mercado de superior escala que estimule la inversión y conseguir una autonomía estratégica en sectores clave como defensa, energía e industria".
Por ello, "es vital para Europa tener un sector energético eficiente y competitivo que garantice que cuenta con energía asequible, sostenible y segura para avanzar con éxito en la transformación estructural. Las empresas energéticas españolas pueden jugar un papel protagonista en este proceso. Son pioneras en el desarrollo de soluciones tecnológicas sostenibles, tienen una gran proyección internacional, y están preparadas para contribuir a la transición energética en otros países, liderando grandes proyectos que, además, impulsen la reindustrialización europea", expone Flórez.
De este modo, nuestras compañías en Europa deben "aprovechar el conocimiento y ventajas competitivas que tenemos en el sector energético, para que, en este nuevo contexto de transformación, elevemos la inversión y la apuesta por nuestro continente", concluye Flórez.
La digitalización del sector
Los cambios en nuestra sociedad han provocado un aumento de la demanda energética, por lo que la digitalización juega un papel primordial en el sector. "El uso de la Inteligencia Artificial va a suponer grandes desafíos para la red eléctrica, particularmente en Europa. Su uso progresivo y el procesamiento de datos en la nube crea una demanda eléctrica sin precedentes. Solo los procesos asociados a la IA suponen el 2,6% del consumo energético europeo", apunta Agustín Escobar, CEO de Siemens España, mientras que un proceso completado con IA Generativa, tal y como añade Escobar, "puede consumir hasta 33 veces más energía que un software diseñado específicamente para completar esa tarea".
Las estimaciones indican que se han consumido alrededor de 65.000 megavatios/hora para entrenar un modelo como ChatGPT4, el consumo equivalente de 20.000 hogares en España. Unido al de los centros de datos y las criptomonedas, según datos de la Agencia internacional de la Energía (AIE), se espera que el consumo se duplique en los próximos dos años. Más allá de la IA, se están produciendo otras demandas adicionales de energía que van a suponer un reto para la gestión de las redes eléctricas. En este sentido, el CEO de Siemens señala la introducción del vehículo eléctrico y los puntos de recarga que se irán incrementando. Según datos de la AIE, el consumo asociado a la recarga eléctrica puede suponer entre el 6 y el 8% de la demanda total en Europa en 2035, frente al 0,5% de la actualidad.
Escobar considera que tenemos la capacidad de balancear esta demanda creciente con una generación que garantice la estabilidad y la sostenibilidad, pero "es un reto colosal que se traduce también en una oportunidad inigualable. Para lograrlo, hay que aprovechar el potencial de la digitalización para poder crear redes eléctricas que soporten este incremento exponencial de la demanda mientras garantizamos un futuro sostenible".
Para ello, Escobar apunta que "necesitamos sistemas que transciendan lo convencional con soluciones digitales garantizando que, desde la generación, planificación, operación, mantenimiento y optimización de la red, estén completamente integradas. No solo de las redes de alta o media tensión, sino, particularmente, empezando a gestionar las redes de baja tensión. De esta forma seremos capaces de mejorar la eficiencia alcanzando resultados más rápidos".
Por otro lado, "abrazar la digitalización también nos permite adelantarnos a las regulaciones europeas y españolas, que exigen la implementación de medidas para mejorar la eficiencia energética y posicionarnos como actores claves en la transformación hacia una economía más sostenible", resalta Escobar.
De este modo, añade el CEO de Siemens España, "tenemos que aprovechar la innovación y estas soluciones digitales para cumplir con las regulaciones, pero sobre todo para mejorar la eficiencia y construir un futuro más sostenible. A través de la digitalización y la innovación podemos transcender los límites y demostrar que la eficiencia energética no es una opción, sino que tiene que ser un imperativo empresarial. Es nuestra responsabilidad hacia nuestro planeta y hacia las futuras generaciones".