
El sector energético normalizó en gran medida sus ganancias el año pasado, después de la subida en vertical de los precios de las materias primas en 2022, y las filiales de los grandes grupos petroleros en España no iban a ser menos. Según los datos de las cuentas de resultados publicados por las sociedades españolas de BP, Galp, Shell y Saras en España, los grandes grupos internacionales dedicados, principalmente, a la compraventa de combustibles dejaron de ganar 306 millones de euros entre 2022 y 2023. En concreto, estas cuatro empresas han pasado de registrar en conjunto un beneficio neto 574 millones en 2022 a ganar 268 millones el año pasado.
La división que más empeoró su situación es la compañía portuguesa Galp. En este sentido, la firma hundió en un 65,3% sus pérdidas, desde los 90,6 millones de euros en 2022 a más de 260 millones. Galp España es, además, una de las pocas que reconoce en sus cuentas, remitidas al registro mercantil a lo largo de este año, el pago de 1,38 millones de euros del gravamen extraordinario a las energéticas del Gobierno.
No obstante, la mayor gran petrolera en España es la británica BP, que también redujo en un 24,7% su resultado en el país hasta los 478,31 millones de euros, que además de los servicios habituales de una petrolera como la venta al por menor de gasolina, cuenta con una potente refinería en Castellón. En este sentido, BP también es otra de las firmas sujetas al pago del impuesto a las energéticas establecido por el Gobierno, aunque en sus cuentas no aparecen reflejadas. Sin embargo, sí queda constancia en las cuentas de BP Energía S.A.U., la que integra la refinería castellonense, abonó entre febrero y septiembre del año pasado 157,5 millones de euros.
Caso aparte es el de Shell. La neerlandesa ha sido la única de las filiales de las grandes petroleras consultadas en mejorar su balance económico entre 2022 y 2023, tras multiplicar casi por 2,5 sus ganancias hasta los 45,66 millones de euros.
Por último, la Saras Energía, perteneciente a la firma italiana del mismo nombre, registró una caída de beneficio del 56,7% hasta los 5 millones de euros en 2023.
Con estos mimbres, las compañías españolas marcan distancia frente a sus homólogas en el país, sobre todo en ingresos, que son los únicos registros disponibles de la actividad de estas multinacionales en España.
Pese a que la caída en las cifras de negocio ha sido generalizada y también ha afectado a las dos grandes petroleras españolas, éstas han abierto más la brecha con BP. Si en 2022, los ingresos de la británica suponían en proporción un 33% de los de Repsol y un 64% los de Cepsa, el año pasado esa distancia aumentó hasta el 31,5% de Repsol y 63,5% de Cepsa.
Morgan Stanley revisa a la baja
Morgan Stanley ha recortado sus previsiones para las mayores empresas europeas de petróleo y gas, al pronosticar que la caída de los precios ejercerá más presión sobre la rentabilidad de las firmas en los próximos años. Los analistas del banco redujeron sus objetivos de cotización de BP, TotalEnergies, Shell, Equinor y Repsol, y advirtieron de que existía un riesgo a la baja del 10% en las previsiones de beneficios y flujo de caja del sector para 2025.
La entidad resaltó que las previsiones de estas compañías se fortalecen en contextos en los que suben los precios del petróleo, los tipos de interés y las expectativas de inflación, mientras que el resto del mercado se modera. Eventos que "no se dan en estos momentos".