Energía

Cuánta energía se podría generar al techar con paneles solares las carreteras de todo el mundo

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En plena transición energética y con frecuentes tensiones por el uso de zonas naturales, agrarias o rurales, el debate sobre dónde se deben instalar energías renovables está servido. Si bien lo idóneo sería colocarlas en zonas urbanas, lo cierto es que estas plantean multitud de dificultades y, a priori, no podrían autoabastecerse por sí solas. Por contra, lo más rentable (tanto en términos económicos como en términos energéticos) es implantarlas fuera de las ciudades, lo cual puede conllevar perjuicios sobre el entorno.

La instalación de paneles solares sobre las carreteras lleva años suscitando interés entre la comunidad científica. Pese a que estas vías únicamente sirven para el transporte de vehículos, ocupan un considerable espacio físico sobre el medio que, por otro lado, ya está urbanizado. Además, sobre ellas suelen incidir excelentes condiciones meteorológicas para la obtención de energía solar al no estar cubiertas por sombra. Por tanto, si cada país extendiese un manto de células fotovoltaicas a lo largo de su red de carreteras, cada región podría cosechar una importante cantidad de energía —eso sí, a cambio de una ingente cuantía económica—.

En este sentido, un grupo de investigadores de la Academia China de Ciencias ha publicado en la revista Earth's Future un estudio en el que calculan cuánta energía se podría producir si se desarrollase esta tecnología. Del mismo modo, también analizan otros posibles impactos positivos, como la reducción de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) o la reducción de muertes por accidentes de tráfico.

Qué área ocupan las carreteras

Para hacerlo, los responsables del estudio han recopilado las longitudes de autopistas (3,2 millones de kilómetros), carreteras principales y secundarias y carreteras locales de 222 países y han calculado cuántos paneles se podrían colocar estimando para cada placa un área de 1,65 metros x 0,99 metros. Combinando datos de radiación solar, los expertos estiman que se podrían instalar 52.300 millones de paneles solares, los cuales tendrían el potencial de generar 17.578 teravatios (TWh) de electricidad al año —más de cuatro veces la producción energética anual de Estados Unidos— y se correspondería con una capacidad instalada de 13.087 GW.

Los expertos estiman que se podrían instalar 52.300 millones de paneles solares, los cuales tendrían el potencial de generar 17.578 teravatios (TWh) de electricidad al año.

Toda esta energía, que remplazaría en parte la electricidad procedente de combustibles fósiles, compensaría alrededor de 9,66 gigatoneladas de CO2, casi el 28% de las emisiones globales de carbono globales.

De entre todas las carreteras, el estudio encuentra el mayor potencial en las grandes ciudades o alrededor de estas "debido a su vasto territorio y redes de carreteras bien desarrolladas". En cuanto a las carreteras secundarias, los "puntos calientes" se encuentran en India, Europa del Este, Irán y Brasil.

Beneficio neto de la inversión

La parte negativa de esta idea es el elevadísimo coste que conllevaría ejecutarla. Empleando precios de 2020, el estudio incluye costes de módulos solares, de los inversores, de montaje y enraizado, de conexión a la red, etc. Además, tiene en cuenta la diferencia de costes en función del territorio y considera que el precio de instalar paneles fotovoltaicos sobre las carreteras es cuatro veces superior en comparación a hacerlo sobre el terreno. Así, el estudio arroja un coste por MWh que oscila entre los 44 y los 380 dólares en función de en qué parte del mundo se instalen. Del total, la mayoría de paneles (el 56%) se situarían en zonas cuyo coste estaría comprendido entre los 60 y los 120 dólares por MWh.

En cuanto a la rentabilidad, el estudio asegura que la energía fotovoltaica en carreteras puede aportar enormes beneficios. En concreto, la inversión generaría un beneficio neto de más o menos unos 14,4 billones de dólares a lo largo de la vida útil estimada de los paneles (25 años). No obstante, no todos los países lo tendrían igual de fácil. "Los países con distintos niveles de ingresos muestran diferencias significativas en los beneficios colaterales debido a sus distintos niveles de desarrollo socioeconómico", comentan los autores. Por ello, creen que en estas zonas se deberían formular políticas adaptadas a las condiciones locales. "Vale la pena desarrollar regiones con valores bajos del coste de la electricidad (por ejemplo, India, Irán y América Latina) porque alrededor del 12% del PIB de 2020 podría realizar el 50% de su potencial", consideran.

Menos accidentes de tráfico

Además de la generación de energía, de la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y de la rentabilidad económica, el estudio incluye un increíble beneficio social asociado: la reducción de muertes por accidentes de tráfico. En este sentido, cabe preguntarse cómo la instalación de paneles solares podría afectar positivamente a la siniestralidad.

La lógica que siguen es sencilla y tiene que ver con la lluvia. Al 'techar' las carreteras con paneles fotovoltaicos, estos actuarían como tejados que, inclinados, deslizarían el agua de lluvia hacia los laterales de la calzada. De esta forma, se reduciría el peligro que conlleva conducir sobre mojado.

"A nivel mundial, estimamos que la energía fotovoltaica de las carreteras reduciría las muertes por accidentes de tráfico en 145.413 al año y las cargas socioeconómicas en aproximadamente 426,6 mil millones de dólares al año. Estas cifras implicarían una reducción del 10,8% en las muertes actuales por accidentes de tráfico y una disminución del 17% en las cargas socioeconómicas", calculan.

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