
Atlas Renewable Energy ha elegido España como primer país para llevar a cabo su plan de expansión hacia Europa. La compañía, con sede en Miami, invertirá 5.000 millones de dólares en proyectos renovables en los próximos años y alcanzar así el objetivo de 7 GW de energía limpia adicional a nivel global.
¿A qué se dedica Atlas Renewable Energy y qué objetivos tiene en el corto plazo?
Somos una compañía internacional especializada en la generación de energía renovable. Nuestros clientes son grandes corporaciones que demandan mucha cantidad de energía y les ayudamos en su transición a las energías limpias. Estamos presentes en Chile, Brasil, México y Uruguay. Con la entrada de Global Infrastructure Partners (GIP) en el accionariado de Atlas, hemos potenciado aún más la empresa y hemos acelerado un poco el crecimiento. A raiz de ahí hemos entrado en Colombia, donde tenemos una alianza con Isagen para desarrollar 1 GW en proyectos solares en los próximos cinco años; de hecho, ya estamos avanzando en el primer proyecto. Y también hemos entrado en España, con la apertura de una oficina en Madrid. Actualmente tenemos 5,8 GW de activos de energía renovable, incluyendo sistemas solares, eólicos y de almacenamiento de energía en baterías (BESS), de los que unos 2,2 GW están operativos y alrededor de 1,6 GW en construcción. Estamos iniciando nuestro primer proyecto en BESS en Chile, que será uno de los más grandes del país y de América Latina. Queremos crecer unos 7 GW adicionales, lo que se traduce en unos 5.000 millones de dólares de inversión total en los próximos años.
España es el primer país europeo en el que han decidido estar presentes ¿Cuál es su estrategia?
España es un país con un mercado muy interesante, donde hay muchos planes que subirían la demanda energética en sectores como data centers, vehículos eléctricos, potencialmente hidrógeno verde, donde grandes empresas van a demandar una gran cantidad de energía. Nuestro objetivo es, básicamente, buscar esos clientes estratégicos y darles una oferta a la medida de sus necesidades energéticas. Estamos desarrollando nuestra propia cartera de proyectos en diferentes regiones del país, con proyectos en desarrollo en solar y eólica, y estamos mirando también desarrollos en almacenamiento. También estamos muy activos en la parte de conversaciones con los diferentes clientes, para entender cuál es su situación, cuáles son las necesidades que tienen y cómo nosotros podemos construir los diferentes proyectos, esa curva de generación que ellos necesitan. Y lo que vemos es mucha oportunidad. También estamos interesados en comprar proyectos que estén más avanzados en su ciclo de desarrollo para poder ofrecer al cliente final una estructura interesante de suministro. Para 2028 la idea es tener 1 GW de proyectos operativos en solar, eólica y baterías en España, para atender las necesidades de distintos clientes industriales.
¿Tienen pensado meterse en el negocio de los gases renovables?
En el caso del hidrógeno renovable, posiblemente algún día entremos, pero no en el corto plazo. Creemos que es una tecnología interesante para valorar en los próximos años, pero, hoy por hoy, todavía le vemos retos. En el caso del biogás y del biometano, lo estamos mirando porque vemos estas tecnologías interesantes. De hecho, estamos en conversaciones avanzadas en otros países con alguna de estas empresas que están invirtiendo en este sector para suministrar la parte eléctrica y cubrir las necesidades que van a tener en esos biofuels, pero todavía no tenemos planes orgánicos de invertir ahí.
¿Cómo piensan financiar todo este crecimiento? ¿Han valorado salir a bolsa?
Nuestros accionistas son el tipo de inversores que van a rotar su capital en algún punto. ¿Cómo se puede ver esa salida? La verdad es que es un poco difícil predecirlo. ¿Podría ser la salida en bolsa? Sí, podría ser. ¿Podría ser la entrada de otro socio estratégico o de varios socios estratégicos? También podría ser. Ahora estamos más enfocados en el plan en los próximos años y luego ya veremos el tema de salida. Pero en cuanto al capital, tenemos la buena fortuna de tener un socio capitalista con posibilidades de aportarlo. Y también trabajamos con muchas entidades financieras que nos ayudan a estructurar los proyectos. Con todo esto tenemos las soluciones bastante resueltas a corto plazo.
Además de España, ¿tienen puesto el foco en algún país europeo?
Vemos mucha actividad en países cerca de España y también en Europa del Este, pero antes de hacer muchos anuncios, queremos consolidar lo que ya tenemos. Estamos muy enfocados en la Península Ibérica, queremos consolidar nuestra posición ahí y, más adelante, miraremos otros mercados en Europa.
¿La compra de GIP por parte de Blackrock les está afectando de alguna manera en sus planes de crecimiento?
GIP es GIP y Atlas es Atlas. Obviamente, GIP es un proveedor de capital importante de Atlas, pero nuestro negocio es Atlas y en eso estamos enfocados. Han habido conversaciones de alto nivel al respecto, pero el feedback ha sido que no debería haber mucho cambio. La verdad es que no tengo muchos más detalles porque no estoy metido en los procesos de GIP y estamos más bien enfocados en adelantar nuestros planes estratégicos.
BlackRock tiene vehículos de renovables en España que se convertirían en competidores ¿Cómo se puede gestionar esto?
Ya tenemos esta situación, es decir, GIP tiene varias inversiones en Latam. Por ejemplo, en México tiene una inversión que directamente ofrece suministro energético. Pero siempre hay inversionistas distintos involucrados y, por lo tanto, se mantienen completamente separadas las operaciones. Por otra parte, las empresas tienen directores independientes y distintos.
Atlas gestiona contratos de compraventa de energía. ¿Qué recorrido tienen los PPAs en América Latina?
Hay una tendencia creciente en América Latina, con el apoyo de socios corporativos, comprometiéndose con PPAs a largo plazo, principalmente por los beneficios económicos y ambientales que aportan a las partes interesadas. En Brasil hemos firmado dos transacciones con Albras, el mayor productor de aluminio primario del país, que se corresponde con dos parques solares muy grandes. Uno de 435 MW y el otro, que está en construcción, de 900 MW, y la estructura del PPA básicamente tiene dos componentes. Uno es suministro, donde buscamos qué solución necesitan y le construimos esa curva de generación por los años que necesitan. Y la otra es que ellos también se asocien con nosotros. En este caso, van a ser dueños de un 30% de la planta fotovoltaica. Otro ejemplo lo tenemos en Chile, donde suministramos a Copec, la empresa privada más grande del país -a través de su comercializadora de energía renovable-, y a Codelco, la empresa pública más grande de Chile. Esas dos transacciones son muy distintas. En el caso de Copec, le proveemos de una solución de almacenamiento y, en el segundo caso, es una planta solar con almacenamiento donde entregamos una solución 24-7 a Codelco.
Antes ha mencionado el tema de los data centers ¿Es un nicho de negocio interesante para ustedes?
Es un sector muy interesante y estratégico, con un perfil de crecimiento bastante alto de aquí a 2028. Hasta ahora ha habido mucha actividad en Estados Unidos y en otros países europeos, pero no tanto en Latam ni en España. Pero esto está empezando a cambiar. En Brasil, por ejemplo, estamos avanzando ya con uno de los players principales que está haciendo inversiones en data centers. En España, aunque aun es un sector bastante incipiente, creemos que está muy bien posicionada para responder a la demanda de todas las empresas de data centers, por su riqueza en recursos naturales en cuanto a solar y eólica. Estamos viendo que hay un vector de crecimiento comercial muy atractivo. Si se sientan a hablar con los hiperescalares, que son los clientes de los data centers per se, les van a decir que todos quieren tener un suministro de energía verde. Lo que queremos hacer es extrapolar nuestra experiencia en Latam e intentar solucionar estas necesidades en un sector que está empezando. Además, históricamente el enfoque ha cambiado. Ahora los data centers ya no tienen que estar en París, Londres, San Francisco o Nueva York. Pueden estar lejísimos. Lo único que quieren las empresas es que el suministro sea fiable, y cuanto más recurso solar y eólico haya, más energía se podrá producir y más eficiente se vuelve la inversión.