
Mubadala Investment Company, fondo soberano de Abu Dhabi, ha decidido potenciar sus inversiones en el campo de la bioenergía. A través de Mubadala Capital, su brazo inversor, se ha comprometido a invertir 13.500 millones de dólares (unos 12.400 millones de euros) en la próxima década en el mercado brasileño de biocombustibles para producir gasóleo renovable y combustible sostenible de aviación (SAF) utilizando, principalmente, materia vegetal no alimentaria.
El plan, tal y como adelantaba hace unos días Oscar Fahlgren, director de Inversiones y director de Estrategia de Mubadala Capital en Brasil, incluye la construcción de cinco unidades de procesamiento y una capacidad de 20.000 barriles diarios de biocombustible -alrededor de 1.000 millones de litros al año-, equivalente al abastecimiento anual de combustible de 1,1 millones de vehículos. Se espera que la primera de estas unidades empiece a funcionar a finales de 2026. Parte de la inversión se destinará a la conversión de la refinería de petróleo de Mataripe -ubicada en el Estado de Bahía y adquirida a Petrobras en noviembre de 2021- en una planta de biocombustibles.
Brasil es el mayor productor mundial de bioetanol, con una quinta parte de la producción global. Sin embargo, en los últimos años, la industria de biocombustibles del país ha sufrido algunos contratiempos: malas cosechas de caña de azúcar, subvenciones a la gasolina y problemas financieros. Aún así, la producción se ha mantenido sólida, con 409.000 barriles equivalentes de petróleo diarios en 2022, superando los 391.000 barriles del año anterior.
Con esta operación, Mubadala Capital amplía sus inversiones actuales de más de 6.000 millones de dólares en Brasil (unos 5.500 millones de euros), donde está presente desde 2012 en distintos sectores; de hecho, dos tercios del capital de Mubadala en el país carioca proviene de inversores externos. En octubre del pasado año, la compañía cerraba su segundo fondo de inversión emblemático -el Brazil Special Opportunities Fund II (BSOF II)-, con compromisos totales superiores a 710 millones de dólares (unos 650 millones de euros).
Mubadala Capital está ejecutando este proyecto a través de Acelen Renewables, compañía energética creada por la empresa emiratí en 2023, con el objetivo de convertirse en el mayor productor mundial de combustibles renovables con un modelo integrado que va desde la semilla hasta el combustible.
El proyecto, que Acelen Renewables ya anunció durante la COP28 de Dubái el pasado diciembre, está en fase avanzada de ingeniería. Con el foco puesto en la recuperación de tierras degradadas, se establecerán, al menos, cinco polos agroindustriales con cultivo de macaúba en 200.000 hectáreas de bosques en los Estados de Bahía y Minas Gerais. La macaúba es una planta nativa de Brasil que destaca por su alto rendimiento en la producción por hectárea -produce siete veces más aceite por hectárea que la soja-; su eficiencia en el uso de agua y nutrientes; y su capacidad para ser cultivada en ecosistemas agroforestales y silvopastorales, lo que evita la competencia entre la producción de biocombustibles y la de alimentos.
La producción del combustible renovable se dirigirá al mercado internacional, concretamente Europa y EEUU, donde estos productos ya están aprobados para su comercialización y consumo. El desarrollo de este proyecto generará un impacto de 17.000 millones de dólares en la economía brasileña (unos 15.700 millones de euros), la creación de 90.000 empleos directos e indirectos en el país, así como la eliminación de 60 millones de toneladas de CO2 de la atmósfera en 20 años.
Compromiso en España
La incursión de Mubadala en el sector de los biocarburantes no solo se centra en Brasil. Como accionista mayoritario de Cepsa y considerada por la empresa emiratí como uno de los activos más importantes de su cartera, Mubadala Investment Company apoya a la multienergética española en su construcción de un negocio bajo en carbono.
En 2022, Cepsa presentó su nueva estrategia 'Positive Motion'. Una de las áreas clave para la transformación de la compañía en un referente de la transición energética son los biocombustibles, un nicho de negocio con el que aspira a liderar la fabricación de biocombustibles de segunda generación (2G) en España y Portugal, y como palanca fundamental para ayudar a descarbonizar la actividad de sus clientes, impulsando un transporte más sostenible por tierra, mar y aire.
La compañía pretende alcanzar en 2030 una capacidad de producción anual de 2,5 millones de toneladas, de las que 800.000 toneladas serán de SAF. El anuncio del inicio de la construcción, junto con Bio-Oils, de la mayor planta de biocombustibles 2G del sur de Europa, supone todo un hito en la estrategia de Cepsa, que, junto con las instalaciones ya existentes de Cepsa y Bio-Oils, les permitirá duplicar su capacidad actual de producción de diésel renovable y SAF hasta el millón de toneladas anuales.
Desde 2022, Cepsa produce y comercializa biocombustibles 2G a sus clientes del sector aéreo, marítimo y terrestre. El pasado año se convirtió en la primera compañía en ofrecer SAF de manera permanente en cinco aeropuertos españoles: Madrid, Barcelona, Palma de Mallorca, Sevilla y Málaga. Además, la energética también ofrece estos biocombustibles en 60 puertos españoles y el año pasado ha empezado a ofrecer diésel 100% renovable (HVO) a clientes profesionales, tanto en sus estaciones de servicio como de manera directa en las instalaciones de varias empresas.