Energía

'Bahía H2 Offshore', seleccionado en el Perte del hidrógeno, revoluciona la eólica marina en altamar

  •  El prototipo piloto se instalará a finales de este año en el Puerto de Santander y se hará  en una barcaza flotante que permitirá transformar el viento del mar en combustible.
Prototipo de barcaza que se instalará en alta mar y transformará el viento del mar en combustible.
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El proyecto Bahía H2 Offshore lleva meses trabajando para dar solución al reto tecnológico que presentan los combustibles verdes en el transporte marítimo. Mientras que el transporte rodado tiene en la electrificación su mayor vía de transición, los barcos, por los trayectos y condiciones técnicas a las que se enfrentan, deben explorar otros combustibles.

El hidrógeno es hoy en día la alternativa más viable, pero es difícil de almacenar y transportar en altamar, por lo que el amoniaco verde, compuesto por nitrógeno e hidrógeno, es la opción más viable y adaptada al sector. Es más, servir como combustible directo en barcos de todo tipo, que, a futuro, podrían repostar directamente en altamar en las llamadas islas energéticas, donde se integrarán parques eólicos marinos con plantas energéticas y puntos de repostaje sin necesidad de volver a tierra.

Asimismo, el amoniaco puede servir como vector energético para barcos gaseros o gasoductos desde el mar a tierra. Esto permitiría darle también otros usos industriales como la generación de fertilizantes o volver a convertirlo fácilmente en hidrógeno para suministrar combustible, por ejemplo, a tráfico rodado que se alimente de esta energía. Los beneficios de esta tecnología son claros.

El reto tecnológico es producir amoniaco mediante energía renovable, proveniente de parques eólicos, solares o undimotrices marinos, algo que no se ha realizado nunca antes en altamar. Para dar respuesta al reto, los socios del proyecto Bahía H2 Offshore se han lanzado a innovar con una barcaza flotante donde se llevará a cabo la conversión de energías renovables marinas en amoniaco verde.

En ese barco flotante, que a futuro se conectará a los parques eólicos marinos en altamar, se utilizará primero un proceso de purificación y electrolisis PEM del agua salada, que permitirá separar el oxígeno y el hidrógeno. En paralelo, un separador se encargará de obtener del aire el nitrógeno necesario para producir el amoniaco.

A partir de esos ingredientes limpios, aire y agua marina, un reactor que funciona mediante el proceso Haber-Bosch combinará el hidrógeno y el nitrógeno para obtener amoniaco licuado.

Fases del proyecto

En esta primera fase, se está desarrollando un prototipo de barcaza, que se probará en aguas del Puerto de Santander, un entorno sin olas. En ella se instalará una planta de producción de hidrógeno verde, que dispondrá sobre la cubierta de módulos de purificación de agua de mar y un electrolizador alcalino.

Se analizará así la adaptabilidad de la planta a la variabilidad de estas fuentes energéticas, ajustando la capacidad de los sistemas de almacenamiento de hidrógeno y nitrógeno, la eficacia de los sistemas de producción de agua desionizada a partir del agua de mar, la eficacia del electrolizador y los efectos del vertido de la salmuera resultante del proceso, así como la adaptación de todos los sistemas al ambiente marino.

En una segunda fase, se ampliará la barcaza para albergar la planta de producción de nitrógeno, el reactor de amoniaco conocido como Haber Bosch, así como los sistemas de licuación, almacenamiento y descarga de amoniaco líquido. También se mejorará la estabilidad naval de la embarcación, lo que permitirá realizar pruebas ya en altamar en el Biscay Marine Energy Platform (BIMEP), conectando la barcaza a un aerogenerador flotante de 2 MW para escalar el tamaño de la planta y los volúmenes de producción.

La última fase del proyecto, prevista a partir del año 2029, prevé la instalación de la planta en un parque eólico marino flotante en altamar, con capacidad de gestionar energía renovable en la escala de gigavatios.

Socios Bahía H2 Offshore es un proyecto impulsado por el Supercluster Atlantic Wind (SAW), que está conformado por los clústeres de energía marina del norte de España, que representan a más de 100 empresas: Sea of Innovation Cantabria Cluster (SICC), Asociación de Industrias del Metal y Tecnologías Asociadas de Galicia (ASIME) y Consorcio Tecnológico de la Energía de Asturias (AINER).

A ellos se han unido un total de once socios de toda la cadena de valor, que suman fuerzas para hacer posible esta solución disruptiva en alta mar: Ariema, Centro Tecnológico CTC, Consulting Informático CIC, Degima, Duro Felgueira, IH Cantabria, InProEner, Saitec y Tresca.

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