Energía

La UE acelera y se plantea fijar un objetivo de reducción de emisiones de entre 80 y 95% para el 2040

  • Once países, entre ellos España, reclaman por carta objetivos ambiciosos a Bruselas
Teresa Ribera, vicepresidenta de Transición Ecológica

La Comisión Europea tiene escrita en negrita la fecha del 6 de febrero. El Ejecutivo comunitario presentará ese día una amplia batería de medidas en materia energética. Por un lado, Bruselas dará a conocer la estrategia para la captura y almacenamiento de CO2. Por otro, se ratificará la Alianza para apoyar los minireactores nucleares (SMR). Y, por último, se fijarán los objetivos de reducción de emisiones para el año 2040.

Según un nuevo borrador de documentos de la Comisión Europea, la UE debe invertir alrededor de 1,64 billones a partir de 2031 para alcanzar su objetivo de emisiones netas cero.

"La UE aspira a ser neutra para el clima en 2050: una economía con cero emisiones netas de gases de efecto invernadero. Este objetivo está en el corazón del Pacto Verde Europeo, y es un objetivo legalmente vinculante gracias a la Ley Europea del Clima", ha declarado la Comisión Europea. "Todas las partes de la sociedad y los sectores económicos desempeñarán un papel: desde el sector energético hasta la industria, el transporte, los edificios, la agricultura y la silvicultura".

El documento muestra que la gran inversión pretende rebajar el precio de la inacción a medida que aumenta el calentamiento global. Y si las temperaturas globales pueden mantenerse 1,5 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales o más bajas, la UE podría ahorrar 2,61 billones de dólares de 2031 a 2050 y reducir los costes netos de importación de combustibles fósiles en 3,05 billones.

Algunos sectores de la agricultura y la industria han afirmado que los requisitos de la ley climática de la UE son demasiado estrictos teniendo en cuenta el aumento de la inflación y los efectos persistentes de la crisis energética.

Según el borrador, la transición ecológica representa una "oportunidad" para que la UE se convierta en una "fuerza líder en los sectores de las tecnologías limpias, estabilice la factura energética, cree los buenos empleos del futuro, mejore nuestra calidad de vida y nos proteja contra los peores efectos de los peligros relacionados con el clima".

Para la Comisión Europea, la reducción de emisiones para 2040 debe estar entre el 80 y el 95%, aunque mostró su preferencia por fijar una cifra del orden del 90%.

Ante la inminencia de estas medidas, la vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra del Ministerio para Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), Teresa Ribera, ha firmado junto a sus homólogos de otros diez países más de la UE una carta conjunta en la que demandan a la Comisión Europea un objetivo climático ambicioso para 2040.

Además de Teresa Ribera, suscriben la misiva sus homólogos de Alemania, Francia, Portugal, Dinamarca, Austria, Países Bajos, Finlandia, Luxemburgo, Irlanda y Bulgaria.

En ella, Ribera y el resto de firmantes subrayan que "la necesidad de una acción climática global ambiciosa nunca ha sido más evidente" que ahora. 2023 resultó ser el año más cálido registrado. El calentamiento global intensificará una serie de efectos adversos que pondrán en riesgo el bienestar y la seguridad del mundo.

En su reunión de los días 14 y 15 de diciembre de 2023, el Consejo Europeo acogió con satisfacción las Conclusiones del primer Balance Mundial celebrado esa misma semana en la COP28 de Dubái. En particular, el acuerdo para acelerar la reducción de emisiones contaminantes hacia cero emisiones netas para 2050.

"Es crucial que la UE traduzca esto en acciones concretas y ambiciosas para enviar una fuerte señal política que afirme que la UE dará el ejemplo para convencer a otros grandes emisores de que sigan la misma senda y garanticen las contribuciones necesarias para mantener vivo el 1,5 °C de manera oportuna antes de la COP30", señala la carta.

Sin embargo, tanto Teresa Ribera como el resto de sus socios firmantes consideran que, "sólo podremos persuadir a otros a dar un paso al frente si hacemos el trabajo en casa. Por lo tanto, animamos encarecidamente a la Comisión Europea a que en su próxima comunicación recomiende un objetivo climático ambicioso para la UE para 2040".

Al mismo tiempo, se debe garantizar una implementación adecuada del paquete legislativo 'Fit for 55', que refuerce la credibilidad de la UE en el escenario internacional a la hora de demandar a otros actores la misma ambición climática.

Se deben garantizar las contribuciones necesarias que mantengan vivo el objetivo de 1,5ºC antes de la COP30 -a celebrar el próximo año en Brasil-, tener en cuenta los principios de la Ley Europea del Clima aplicados según la mejor ciencia disponible, la rentabilidad, una transición justa y equitativa y los costes de la inacción; así como el asesoramiento del Consejo Asesor Científico Europeo sobre Cambio Climático.

Igualmente, asegurar que la UE esté plenamente encaminada hacia la neutralidad climática a más tardar en 2050, con el objetivo de lograr emisiones negativas a partir de entonces.

La comunicación de la Comisión debería permitir a la UE comunicar unas Contribuciones Nacionales Determinadas (NDC, por sus siglas en inglés) con la ambición para 2035 de dar seguimiento a la decisión de la COP26 sobre los plazos de cinco años.

Asimismo, un objetivo ambicioso también contribuirá a la eliminación gradual de los combustibles fósiles. Junto con un esfuerzo eficiente y sostenido para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en todos los sectores -que sigue siendo la palanca clave para lograr nuestros objetivos climáticos-, la eliminación gradual del uso de combustibles fósiles ha de ser esencial para alcanzar la neutralidad climática.

Transición con justicia social

La vicepresidenta Ribera y el resto de sus socios también subrayan que, "para liderar el camino debemos garantizar que la acción climática sea una oportunidad para todos. Por tanto, la transición verde debería seguir siendo económicamente viable, tener costes manejables y no dejar a nadie atrás, especialmente a los ciudadanos más vulnerables".

"Enviará una fuerte señal al mercado para aumentar el desarrollo interno y la fabricación de tecnologías netas cero en la UE, allanando el camino para aumentar la competitividad y haciendo de la UE el centro más atractivo para el desarrollo y la producción de tecnologías en emisiones netas cero. Además, traerá múltiples beneficios a los ciudadanos, incluido un medio ambiente más saludable y oportunidades de empleo preparadas para el futuro en sectores e industrias ecológicos", concluye la carta.

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