Energía

La Albufera necesitará un flujo de agua estable para blindar su futuro

El volumen de agua ha llegado a situarse por debajo del nivel del mar. Álex Zea

Desde finales de octubre, la Albufera no cumple con los niveles mínimos fijados por la Consejería de Medio Ambiente valenciana para garantizar el adecuado funcionamiento del ecosistema durante el periodo que transcurre entre los meses de noviembre y enero. La falta de lluvias y los continuados vientos de Poniente que se han registrado en las últimas semanas han intensificado la sequía que experimenta el humedal, poniendo en peligro el bienestar medioambiental del espacio. La falta de agua en el lago es cada vez más preocupante, tanto que en algunas ocasiones llega a situarse por debajo del nivel del mar propiciando la entrada de agua salada, una situación que contribuye a empeorar todavía más la frágil estabilidad del acuífero.

Con el fin de aliviar esta alarmante situación, la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) ha aprobado "con carácter de urgencia" enviar a la Albufera los 6,5 hectómetros cúbicos de agua procedentes de la concesión de la Acequia Real del Júcar, una cantidad que estaba prevista para la próxima primavera. Esta decisión, que ha sido tomada junto con las administraciones locales competentes y los representantes de las comunidades de regantes de la zona, pretende dar soluciones a la "situación de emergencia" que atraviesa el lago de la Albufera por "la falta casi total de precipitaciones en los últimos meses".

Sumada a los ocho hectómetros que se han enviado hasta el momento, la cantidad ahora aprobada completaría la aportación procedente del ahorro generado con la modernización de la Acequia Real del Júcar que se decidió destinar al lago.

Como solución de "emergencia y extraordinaria" y debido a la imposibilidad de derivar caudales procedentes de desembalses, los regantes se han comprometido a aportar al lago agua sobrante de riego a través de sus infraestructuras a cambio de agua regenerada procedente de la depuradora de Pinedo

No obstante, tanto los técnicos del Parque como los del Ayuntamiento consideran que se trata de una solución útil pero insuficiente que no ayuda a resolver el problema y apuestan por buscar alternativas que permitan regular la cantidad y calidad de los aportes de agua que el lago requiere

Y es que, tal y como señalan los técnicos de la consejería de medio ambiente, el correcto funcionamiento del humedal como sistema natural requiere una comunicación constante con el mar que garantice una renovación continua del agua, lo mismo que ocurre en los arrozales que lo rodean, pero las compuertas de salida al mar se encuentran cerradas desde septiembre para evitar males mayores derivados de la situación meteorológica.

Sin embargo, el cambio climático no es el único responsable de la situación que vive el mítico humedal valenciano. Científicos y expertos llevan años alertando de que el entorno es cada vez más vulnerable debido al encauzamiento de los ríos o la construcción de presas.

La recién aprobada ampliación del puerto de Valencia tampoco contribuirá a mejorar la situación, ya que si las playas que actúan como barrera de defensa para evitar la entrada de agua salada se estrechan, la salinidad de la laguna aumentará alarmantemente poniendo en peligro el ecosistema

Asegurar el caudal ambiental

El Plan Hidrológico del Júcar 2022-2026, que entró en vigor el enero de 2023, incluye por primera vez una aportación hídrica extra de 60 hectómetros cúbicos entre el 15 de octubre y el 15 de mayo para la Albufera que asegure el caudal ambiental de la laguna, así como la realización de la inundación invernal del lago, conocido como la "perellón".

De esta cantidad, 14,51 hectómetros proceden del embalse de Tous como consecuencia de la modernización de la Acequia Real del Júcar; otros 10 hectómetros provienen del sistema del Turia e ingresarán por la parte norte, y los 26 restantes son fruto de la modernización de infraestructuras prevista en diferentes sectores.

Las organizaciones ambientales representadas en la Junta Rectora del Parque de la Albufera, por su parte, han mostrado su preocupación por la insuficiencia hídrica que sufre el lago y que se ha a ha agravado desde los años 80. Afirman, como ya hicieron en las alegaciones presentadas al plan de cuenca, que la hoja de ruta olvida "la situación de cambio climático y la reducción de precipitaciones que ya se está produciendo y que se intensificará en el futuro y denuncian que los caudales ambientales "no son suficientes" para garantizar "los requerimientos hídricos fijados en 210 hm3". Asimismo, señalan que "sólo" los 14,5 hm3 procedentes de la Acequia son "reales", una cantidad que únicamente supone un 7% del total estimado como necesario para la "buena salud de la Albufera".

En este sentido, alegan por realizar aportaciones directas de agua del Júcar desde Tous "sin estar condicionada a la modernización los regadíos", y hacer un desembalse que permita asegurar el caudal ecológico de la Albufera, una solución que "ya se ha hecho en el pasado" y que con una situación como la actual, donde las reservas hídricas se encuentran próximas al 50%, es "perfectamente posible".

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