Bruselas
España podrá aumentar su ayuda a la industria electrointensiva. Así lo ha confirmado este lunes la Comisión Europea, que ha dado el visto bueno a que incremente en 5.600 millones de euros la partida de apoyo del plan nacional a las empresas con alto consumo energético.La cuantía se suma a los 2.900 euros que ya había dispuesto el Gobierno para hacer paliar el golpe de los altos precios de la electricidad, por el impacto de la subida de los precios del CO2 en el sistema de comercio de emisiones de la UE.
En marzo del año pasado, Bruselas aprobó este programa de ayudas que ahora se prolonga. Un mecanismo por el que se compensa a ciertas compañías con un reembolso parcial de los costes indirectos de emisiones de CO2 de entre 2021 y 2030.
La revisión presentada por España, contempla una serie de cambios: entre ellos un aumento del presupuesto de este sistema de ayudas de 5.600 millones de euros, lo que eleva su importe a 8.510 millones de euros para compensar los costes entre 2022 y 2030. Se introduce, además, un requisito adicional por el que los beneficiarios con dotaciones superiores a 30.000 euros deben pagar a sus proveedores en un plazo máximo de 60 días.
En su evaluación, Bruselas ha considerado que este paquete de ayudas es "necesario" y "apropiado" para apoyar a las empresas intensivas en energía ante los altos precios de la electricidad y para evitar que estas firmas busquen relocalizar su producción en países con estándares climáticos menos ambiciosos. Es así que la medida reduce el riesgo de fuga de carbono en ciertas industrias electrointensivas, como el aluminio, el acero o la cerámica.
Además, el Ejecutivo comunitario considera que el apoyo económico proporcionado por España se limita al mínimo necesario y, por tanto, no tendrá consecuencias negativas sobre la competencia o el comercio en la UE.
Este sistema de ayudas establece una cuantía máxima del 75% de los costes de emisión indirectos. La dotación de esta ayuda se calcula sobre las referencias de eficiencia en consumo de electricidad, para animar a las empresas a ahorrar energía.
Para poder optar a este apoyo económcio, las empresas deben aplicar ciertas recomendaciones de ahorro energético, como que el 30% de su consumo eléctrico venga de fuentes libres de CO2, sea con instalaciones renovables in situ o con acuerdos de compra de energía. Además, deberán destinar la mitad de la ayuda a proyectos que contribuyan a la reducción de emisiones de efecto invernadero de sus plantas de producción. Por último, las empresas cuentan con tres años para cumplir con tales requisitos desde que se les haya concedido la ayuda.
