
Repsol ha desvelado durante la celebración en Londres de su "ESG Day" sus planes de crecimiento en el negocio del biometano. La compañía -que llevará a cabo una revisión de su plan estratégico el próximo año- se prepara ya para desarrollar diez plantas en Galicia con una capacidad de producción de 600 GWh al año.
La intención de la petrolera es aprovechar tanto los residuos municipales como los agrícolas para crear un proceso que va más allá de la mera construcción de las plantas para inyectar el biometano en la red. La intención de la empresa que dirige Josu Jon Imaz es poder utilizar este gas renovable para la fabricación de combustibles sintéticos, el uso directo como carburante para el sector marítimo e industrial o para la producción de productos químicos sostenibles en sus refinerías o de hidrógeno renovable para biocarburantes.
Estos planes, por lo tanto, serían la materialización del acuerdo alcanzado por Repsol, Naturgy y Reganosa en septiembre de 2022 para colaborar con Impulsa Galicia con el objetivo de desarrollar la economía circular con un proyecto que transformaría a gran escala excedentes de deyecciones ganaderas y otros residuos en biometano, fertilizantes orgánicos y CO2 neutro de origen biológico.
Esta iniciativa fue concebida para optimizar la gestión de purines en la comunidad autónoma, disminuir la dependencia energética, facilitar el cumplimiento de las nuevas normas europeas y ayudar a descarbonizar la industria, los hogares y la movilidad. Los promotores llevaron a cabo labores de campo y ensayos que dan continuidad a meses de estudios e investigaciones previas.
El proyecto consiste en desplegar progresivamente por el territorio una red de plantas que valoricen los excedentes de purines bovinos, porcinos y avícolas mezclados con una cantidad menor de FORS (fracción orgánica de recogida separada) y RIO (residuos industriales orgánicos) del sector agroalimentario para producción de energía renovable.
Así quedaba recogido en el memorando de entendimiento suscrito por Repsol, Naturgy y Reganosa con Impulsa, la sociedad mixta promovida por la Xunta de Galicia con el objetivo de acompañar iniciativas empresariales que incidan en la dinamización, el progreso y la transformación de la economía gallega.
En una fase inicial, las tres energéticas planean construir una primera planta de digestión anaerobia que produzca gas renovable y cinco plantas de pretratamiento asociadas a esta para deshidratar el excedente de purín bovino.
La planta de generación de gas renovable se emplazaría en Meirama (Cerceda), zona de transición justa, mientras que las cinco plantas de pretratamiento se repartirían, en una primera fase, por municipios de la misma provincia coruñesa y de Lugo, de acuerdo con una distribución fundamentada en el mapa gallego de explotaciones ganaderas, optimizando así la logística entre ambos tipos de instalaciones. Con una inversión aproximada de 146 millones, en esta primera fase se tratarían anualmente 1.240.000 toneladas de purines excedentarios y se producirían, además de fertilizantes orgánicos y CO2 neutro, unos 300 gigavatios hora (GWh) de biometano para la red.
La compañía avanza así en su camino hacia la descarbonización y cuenta ya también con 60 GW en cartera de proyectos renovables.
Con las plantas de Repsol y las anunciadas ayer por Cepsa, España alcanza ya más de 125 plantas en proyecto.