El vicepresidente de la Comisión Europea y Alto representante, Josep Borrell, viajó el pasado 14 de marzo por primera vez a Argelia para tratar de resolver los problemas comerciales que se han generado desde el cambio de posición del Gobierno español con el Sahara.
Desde junio del año pasado, las importaciones procedentes de España se han suspendido casi por completo, lo que ha afectado a sectores como el azulejero. Esta situación, según ha explicado la Comisión Europea, pesa sobre el conjunto de las relaciones UE-Argelia.
Por ese motivo, el Alto representante lanzó mensajes de que espera que se puedan encontrar soluciones pragmáticas en las próximas semanas para resolver esta situación.
"Deseamos desarrollar nuestras relaciones con Argelia, no sólo como proveedor de gas, sino para preparar juntos el futuro, en particular favoreciendo las energías renovables" indicó Borrell en su intervención en el país.
"Argelia tiene un enorme potencial en este campo, aún poco explotado hoy en día. Además, los conocimientos técnicos europeos podrían ayudar a Argelia a diversificar su economía y aumentar sus exportaciones no energéticas a la UE", ofreció el vicepresidente.
La visita se produjo justo antes de que se lance la plataforma de compra conjunta de gas en Europa, que se espera que lleve a cabo la primera operación de compra en mayo, y en medio de las negociaciones de Naturgy para cerrar un precio para este año.
La plataforma de compra supone un elemento de presión sobre Argelia pero, al mismo tiempo, una oportunidad para reforzar los lazos con Europa, donde ha cerrado importantes acuerdos de suministro con Italia.
Posteriormente, el presidente francés Emmanuel Macron, mantuvo una conversación telefónica con el presidente argelino, Abdelmayid Tebboune, que ha servido para que ambos países vuelvan a recuperar las relaciones diplomáticas.
Por contra, pese a que Tebboune lanzó mensajes conciliadores a mediados de febrero para normalizar las relaciones comerciales, en el caso español no ha habido avances.