La Comisión Europea se prepara para iniciar la próxima semana una auténtica maratón regulatoria en materia energética con el objetivo de contener el impacto de la crisis.
La presidenta de la UE, Úrsula von der Leyen, visitó ayer Alicante para anunciar la interconexión de hidrógeno entre Barcelona y Marsella pero, al mismo tiempo, para intentar desbloquear el veto a dos propuestas que hay ahora mismo sobre la mesa del Consejo Europeo por culpa de las diferencias en el tope del gas: un reglamento para acelerar la instalación de renovables y los sistemas de solidaridad energética, que pretenden frenar que cada país pueda dar las ayudas que considere en función de su capacidad presupuestaria.
Los problemas comenzaron en el pasado Consejo Europeo del 5 de diciembre en el que la Comisión Europea presentó su propuesta de tope al precio del gas. El planteamiento del Ejecutivo comunitario provocó un profundo malestar entre los 15 países -como España- que defendían esta medida para solventar la crisis de precios de la electricidad. La indignación llegó a tal extremo que la vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, llegó a calificar la medida de "tomadura de pelo" y advirtió que se frenarían otras propuestas -como así ha sido- si no se ofrecía un planteamiento más consistente.
La propuesta de la Comisión Europea consistía en crear un "techo de seguridad" para el precio del gas en el mercado TTF holandés a un mes que se activaría siempre que se cumpliesen dos condiciones: si los niveles superan 275 euros por MWh durante dos semanas y si la diferencia entre nivel de precios del TTF y del nivel medio del gas natural licuado (GNL) iguala o supera los 58 euros.
La medida ha provocado una fuerte división en la Unión Europea y ha forzado a la República Checa, que ocupa la presidencia semestral, a plantear alternativas para tratar de alcanzar el consenso.
La presidencia checa propuso reducir el actual límite de los futuros de gas del TTF a 264 euros por megavatio hora (MWh) y ha rebajado ya el nivel hasta los 220 euros. Su planteamiento pasa por establecer el tope cuando los precios se mantengan por encima de este nivel durante siete días, en lugar de las dos semanas que establecía la propuesta inicial o de cinco días cuando la diferencia entre el precio del GNL se situase a más de 58 euros/ MWh.
Hoy se espera una nueva propuesta de tope para la reunión preparatoria del próximo Consejo
El límite negociado no convence a algunos de los estados miembros más exigentes. De hecho, más de una decena de países, entre los que se encuentra España, han planteado establecer un tope dinámico o un límite en 160 euros/MWh.
La presidencia checa podría presentar otra propuesta hoy mismo mientras países como Polonia, Grecia, Italia, Bélgica o Eslovenia piden una fecha concreta de inicio del tope al gas o el caso holandés que reclama que se aplique al gas para el almacenamiento.
A falta de avances en la negociación, la complicación de este asunto ha llegado a tal extremo que hoy mismo se reunirá el Coreper para analizar las propuestas. Las partes 'enfrentadas' en todo caso se están armando de argumentos para las discusiones técnicas sobre el funcionamiento del mecanismo.
Informe del BCE
El propio Banco Central Europeo emitió el pasado 2 de diciembre un informe en el que pedía a la Comisión Europea que le escluyera de la supervisión de este sistema de topado, ya que considera que está fuera de sus atribuciones.
El BCE asegura que los mecanismos destinados a moderar los niveles extremos de precios y la volatilidad en mercados mayoristas de gas pueden, en principio, aliviar una serie de riesgos para la estabilidad financiera, incluidos los riesgos expuestos durante los períodos de precios elevados y volátiles del gas en 2022. Sin embargo, el BCE considera que el diseño actual del mecanismo de corrección del mercado propuesto puede, en algunas circunstancias, poner en peligro la estabilidad financiera de la zona del euro.
El diseño actual del mecanismo puede aumentar la volatilidad y la necesidad de mayores garantías financieras, puede suponer un riesgo para las cámaras de compensación y puede incentivar la migración de los centros de negociación a mercados no organizados (OTC). Estas consideraciones, pertinentes para la estabilidad del sistema financiero, deberían ser tenidas en cuenta por el Consejo en sus deliberaciones sobre la propuesta de Reglamento, indicaba el banco central. Las negociaciones previas a la reunión de emergencia de los ministros de Energía de la UE del 13 de diciembre siguen abiertas y, si no se logra alcanzar un acuerdo, es probable que acaben trasladándose al encuentro de los presidentes de Gobierno del 15 de diciembre.