
Los países de la Unión Europea han logrado reemplazar el suministro de gas ruso con éxito antes del invierno, gracias a las ingentes importaciones de gas natural licuado (GNL). De forma paradójica, Moscú también se ha beneficiado de este boom, pese a la firme decisión de Bruselas de bloquear y sancionar el carbón y el petróleo ruso para que deje financiar la ocupación en Ucrania. Según distintas fuentes calculadas por Bloomberg, el bloque de la UE importó 12.500 millones de euros GNL ruso en los nueve primeros meses del año, prácticamente el volumen se multiplicó por cinco, respecto al año pasado.
La UE está tragando sapos y culebras con los suministros de gas ruso. Las sanciones al petróleo ruso son más suaves de lo que gustaría en Bruselas por pura necesidad. Y mientras Rusia empuja a gran parte de los países del centro y este de Europa con los cortes de gas, los estados afectados tienen que seguir comprando GNL a Rusia.
El GNL se está convirtiendo en la tabla de salvación de este invierno y ha permitido llenar las reservas de gas, que actualmente rozan el 94%. La creciente demanda de países como Francia y Bélgica ha ayudado a que Rusia sea el segundo proveedor de GNL de (17% del total de importaciones de GNL, según Eurostat) Europa este año, muy por detrás de EEUU (47%), pero por delante de Qatar (10%), según muestran los datos de seguimiento de barcos y puertos, recopilados por la agencia Bloomberg.
Antes de la invasión de Ucrania en febrero, el gas canalizado desde Rusia había sido la mayor fuente de combustible de Europa. Con la restricción del suministro del Kremlin desde entonces, la región se ha visto obligada a traer más GNL, de Rusia y de todo el mundo, para no sufrir cortes de energía. "El GNL ruso tiene que seguir fluyendo", advierte Anne-Sophie Corbeau, investigadora del Center on Global Energy Policy de la Universidad de Columbia. Y señala que "la mayoría de los países europeos miran para otro lado". Entre las naciones europeas, solo el Reino Unido y los Estados bálticos han dejado de comprar GNL ruso. Pero los compradores de toda la región están rechazando comprar petróleo ruso. El 5 de diciembre entra en vigor el veto de Bruselas a las importaciones rusas.
Nunca se ha considerado seriamente un embargo total sobre el gas ruso, dada la escasez del suministro global y el potencial de un mercado todavía más complicado para el próximo año. "Nunca hemos anunciado ningún trabajo sobre la prohibición del gas ruso, y eso no ha cambiado", explicó Eric Mamer, el principal portavoz de la Comisión Europea, en una sesión informativa el 25 de noviembre. Sin embargo, la UE se ha esforzado por encontrar suministros alternativos. En marzo, el bloque se comprometió a reemplazar casi dos tercios de sus importaciones de gas de Rusia este año, con la mayoría de los nuevos volúmenes en forma de GNL.
El gas ruso ahora representa menos del 10% del suministro de combustible de la región, frente a más de un tercio el año pasado, pero la participación de GNL en las entregas de Rusia es casi la mitad. Las entregas en toda Europa están lejos de ser uniformes, según muestran los datos de seguimiento de barcos. Con Gran Bretaña rechazando el GNL de Rusia, los cargamentos han encontrado destino en otros lugares. Las importaciones de Bélgica y Francia se han disparado un 60%., con los envíos del país a los puertos belgas más del doble de enero a octubre y las importaciones de Francia aumentaron un 60%.
El GNL es un mercado complejo dominado por contratos a largo plazo entre grandes compañías energéticas. Los últimos contratos de suministro de Qatar a China y Alemania no se cierran entre estados. Las firmas corresponden a grandes compañías energéticas. De hecho, el proveedor en última estancia a Alemania será la estadounidense ConocoPhillips, que mantiene acuerdos y negocios con Qatar Energy.
TotalEnergies de Francia, por ejemplo, tiene una participación del 20% en Yamal LNG, la instalación de producción de gas licuado más grande de Rusia. Si bien la compañía detuvo nuevas inversiones en Rusia y vendió algunos activos en el país, se comprometió a permanecer en Yamal para ayudar a asegurar el suministro de gas de Europa, siempre que lo permitan las sanciones. Total también posee el 19% de Novatek PJSC de Rusia, que controla el proyecto."Bajo las condiciones actuales, no puede haber proyectos de GNL buenos y malos", llegó a comentar el consejero delegado de Novatek, Leonid Mikhelson.
El gigante energético estatal Gazprom PJSC, principalmente un proveedor de gas canalizado a Europa, también ha comenzado a enviar GNL a la región. Aunque su enorme proyecto Sakhalin 2 en el Lejano Oriente de Rusia generalmente envía cargamentos a Asia, una instalación nueva y más pequeña en la costa del Mar Báltico de Rusia ha enviado sus primeros envíos a Grecia. Eso no quiere decir que Rusia que los suministros de GNL sean fiables en el futuro. También había contratos con el gas por los gasoductos Nord Stream y el flujó se cortó. A principios de este año, Moscú prohibió los envíos de gas líquido a una antigua unidad comercial de Gazprom incautada por Alemania. Algunas compañías europeas temen que Putin llegue a exigir pagos en rublos por el GNL, como lo hizo por el gas canalizado en la primavera.
Europa tiene pocas opciones más que continuar comprando gas licuado de Rusia. Con los consumidores sufriendo la peor crisis del costo de vida en décadas y los elevados precios del combustible impulsando la inflación, la seguridad energética es una prioridad para los gobiernos de toda la región, por encima de las sanciones internacionales.