
La dependencia de Alemania del suministro de gas ruso, y el corte de los flujos que ha anunciado Moscú ha llevado al país a un punto en el que, lo más probable es que sus reservas de gas se consuman por completo en la primera mitad del año que viene, pero parece que será capaz de aguantar el invierno antes de agotar por completo sus almacenes.
Goldman Sachs ya lo avisó a finales de agosto, cuando planteó dos escenarios como los más probables: Alemania se quedaría sin gas a principios de 2024, si Rusia mantenía un flujo del 20% de sus exportaciones. Sin embargo, si el invierno termina siendo especialmente frío, el banco ya reconocía que este escenario se confirmaría durante la primera mitad de 2023. Y si, como ha ocurrido, Rusia decidía cortar el grifo antes del invierno, Alemania quedaría con sus almacenes a cero en la primavera.
Este es el escenario que finalmente se ha materializado: Putin exige que se retiren las sanciones a Rusia antes de volver a abrir los grifos del gas hacia Europa. Este movimiento por parte de Moscú se dejará sentir, y mucho, en los bolsillos de los ciudadanos europeos: el banco estadounidense avisa de que la factura de la luz llegará a alcanzar los 500 euros en un mes el año que viene para una familia media europea, antes de empezar a caer.
"Después del repunte que se ha producido en los precios del gas y de la electricidad desde el mes de junio, creemos que la crisis de energía ha llegado a un punto en el que necesita una intervención política significativa", explican desde Goldman Sachs, y añaden cómo "el mercado está infravalorando la profundidad y las repercusiones estructurales de esta crisis, que creemos que será peor que la del petróleo de la década de los 70", señalan.
"Teniendo en cuenta los precios a futuro, estimamos que las facturas de la energía van a tocar techo el año que viene en 500 dólares al mes para una familia media europea, un aumento del 200% desde 2021", señalan. Esto, según el banco, supondrá un incremento de 2 billones de euros en total en facturas, cerca del 15% de todo el PIB de la zona euro.
¿Qué se puede hacer?
El banco estadounidense también propone varias soluciones de corto plazo que pueden ayudar a solventar esta situación. Una de ellas es poner límite a los precios de la energía, lo que ahorraría a Europa unos 650.000 millones de euros, según el banco. Aun así, quedarían otros 1,3 billones de euros de incremento de la tarifa que habría que solucionar, y para eso Goldman propone introducir un "déficit de tarifa" con el que repartir el incremento de las facturas en un periodo de 10 o 20 años, y garantizaría que las empresas del sector aseguren estos pagos a futuro.
Otra posible medida sería desvincular el precio del gas del sistema de fijación de precios, y tratar de acelerar la electrificación de la economía. Según los cálculos de Goldman, "el efecto deflacionario de las fuentes de energía renovables podrían reducir la factura de la energía en un 75% desde los niveles actuales". Está planificado que el próximo 14 de septiembre la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von Der Leyen, presente algunas de estas opciones para reformar el mercado eléctrico europeo.