
La nueva primera ministra británica, Liz Truss, planea congelar las facturas de la energía durante un periodo de 18 meses y permitirá que las empresas encargadas de suministrar gas y electricidad puedan obtener préstamos del Gobierno para subsidiarlas.
Está previsto que un aumento del 80% en el tope que las empresas energéticas están autorizadas a cobrar a los hogares entre en vigor este 1 de octubre, según comunicó recientemente el regulador del sector, Ofgem. Ese límite ha sido fijado en 4.116 euros (3.549 libras) al año por cada hogar del país.
Así pues, ante la gravedad de la situación, Truss tiene previsto anunciar este jueves su nuevo plan para ayudar a las familias británicas, según pudo saber la emisora pública británica, BBC.
Según el plan de Truss, el Gobierno garantizaría préstamos a las empresas de energía que se utilizarían para congelar o al menos reducir las facturas este invierno y el próximo.
La BBC señala que los detalles de cómo se ayudará a las pequeñas empresas a lidiar con el alza energética aún se están revisando.
"Es alentador que el Gobierno esté considerando seriamente el apoyo que puede brindar a las empresas durante estos tiempos tan difíciles", dijo a los medios Alex Veitch, representante de las Cámaras de Comercio Británicas. "Pero queda por ver si estos planes irán lo suficientemente lejos para ofrecer la ayuda que muchas empresas necesitan tan desesperadamente", agregó.
Coste
La empresa energética Scottish Power ha indicado que congelar todas las facturas al límite máximo actual de 2.286 euros (1.971 libras) durante dos años costaría casi 100.000 millones de libras, lo que es equivalente a más de 110.000 millones de euros.
Según el Banco de Inglaterra, la inflación interanual puede llegar a finales de año al 13% y el país puede entrar en recesión antes de que termine 2022, una situación que puede durar todo 2023.