
Los futuros del gas holandés, la referencia en Europa, caen más de un 4% después del anuncio sobre la reanudación parcial de la terminal de exportación de gas natural licuado (GNL) en Texas, clave en el suministro a Europa, cerrada a después de una explosión e incendio el 8 de junio. Se sitúa en 193 euros/MWh, los niveles más bajos desde que Gazprom anunciase un nuevo recorte del suministro hasta los a 33 millones de metros cúbicos diarios.
La planta de Freeport LNG, que suministra alrededor del 20% de las exportaciones de GNL de Estados Unidos, llegó a un acuerdo con los reguladores para reiniciar a principios de octubre a casi toda su capacidad. Aunque la instalación ya había indicado que planeaba reanudar sus operaciones para entonces, los comerciantes esperaban una recuperación más gradual.
Esto supone un alivio para Europa, que busca desesperadamente alternativas al suministro de gas ruso. De hecho, Estados Unidos ya es el principal proveedor de gas a España por encima de Argelia (históricamente principal suministrador) con una cobertura del 29,6% de la demanda nacional.
La semana pasada, Gazprom redujo los envíos a través del gasoducto Nord Stream a Alemania al 20% de su capacidad, justificándose en problemas con las turbinas. Sin embargo, la acumulación de reservas de gas europeas y la reducción del consumo de la industria han ayudado a mantener los precios bajo control en los últimos días.
Moscú sigue insistiendo en los "problemas técnicos". El gigante de gas ruso aseguró ayer que la las sanciones occidentales hacen imposible la devolución de la turbina del gasoducto Nord Stream. Por su parte, el canciller alemán, Olaf Scholz, responsabilizó a Rusia de los retrasos producidos para el transporte de la turbina y que, según Rusia, impiden que pueda funcionar a pleno rendimiento.