
La crisis energética ocasionada por la Guerra de Ucrania ya ha impactado directamente en todos. Primero lo hizo impulsando aún más el precio de la energía, y ahora lo ha hecho con las primeras restricciones en comercios y recomendaciones para toda la ciudadanía para no usar el aire acondicionado con intensidad o saliéndose de cierta horquilla de temperatura.
El aire acondicionado es uno de los aparatos que más energía consume en los hogares y, además, su propio sistema contribuye a crear islas de calor en las ciudades. Pero, ¿cómo lo arreglamos? Bill Gates también se lo ha preguntado.
El multimillonario y cofundador de Microsoft ha invertido en una empresa de aire acondicionado que espera ser mucho más ecológica que la competencia a través de su fondo de inversión en tecnologías limpias de Gates, Breakthrough Energy Ventures. Con él ha liderado la actual ronda de inversión de 20 millones de dólares en Blue Frontier, la startup en cuestión.
Se trata de un movimiento que va en línea con las preocupaciones de Gates, que ya ha destinado importantes cantidades para frenar el cambio climático.
Qué propone la startup en la que ha invertido Gates
Invertir dinero en Blue Frontier podría ayudar a reducir tanto sus costes como sus precios. En marzo, el Laboratorio Nacional de Energías Renovables del Departamento de Energía y el Centro de Investigación de Palo Alto de Xerox publicó un estudio según el cual los sistemas de aire acondicionado mundial emiten 531 millones de toneladas de dióxido de carbono al año, y 599 millones de toneladas al eliminar la humedad del aire. En resumen: en torno al 4% de las emisiones globales.
La tecnología convencional de aire acondicionado utiliza un ciclo de compresión de vapor para enfriar el aire. En ese sistema, se utiliza refrigerante para enfriarlo.
Los clorofluorocarbonos e hidroclorofluorocarbonos solían formar parte de los refrigerantes más comunes en los acondicionadores de aire, pero esos productos químicos agotan la capa de ozono y están siendo eliminados. Hay un par de docenas de alternativas que no dañan la capa de ozono, pero siguen teniendo un alto potencial de calentamiento global.
Además, en un aparato de aire acondicionado convencional se utiliza mucha energía para sobreenfriar el aire con el fin de hacerlo menos húmedo y más confortable.
Según Betts, la tecnología se descubrió en el marco de los esfuerzos por eliminar el ántrax en el aire, la conocida arma de bioterrorismo. El método de Blue Frontier basa en desecantes líquidos, que son sustancias químicas con un nivel de presión de vapor inferior al del agua. Cuando el aire húmedo pasa por encima de ese desecante líquido, el agua es extraída, deshumidificando el aire.
Las unidades de Blue Frontier combinan la refrigeración con punto de rocío con la deshumidificación con líquido desecante, lo que, según afirman, genera una reducción del 60% en el uso anual de energía y una reducción del 85% en las emisiones de gases de efecto invernadero.
"Los picos de demanda en verano no solo son un problema porque provocan apagones", dijo el CEO de Blue Frontier Daniel Betts a la CNBC. "También aumenta el coste de la electricidad y produce más emisiones de gases de efecto invernadero", explicaba.
Blue Frontier espera que sus unidades lleguen al mercado entre 2026 o 2027, quizá no para solucionar la crisis actual, pero sí reducir el consumo ante veranos cada vez más calurosos como el que estamos viviendo.