
El miedo a un desabastecimiento de gas es real en Alemania para este año y las empresas piden ahora que las familias soporten la responsabilidad de evitar esta situación con nuevos impuestos para salvar al sector eléctrico. Las firmas eléctricas del país han pedido al Gobierno que les ayuden para trasladar el aumento de los precios a los hogares de los ciudadanos debido a que la situación que atraviesa el país es crítica. En caso de no conseguirlo la industria avisa de una fuerte crisis de liquidez que puede devenir en quiebra a través de todo el sector.
La fórmula que proponen a Martin Scholz es que sea el Estado el que imponga unas tasas a los consumidores para que estas firmas reciban un reembolso por los gastos adicionales derivados de buscar nuevas fuentes de gas para garantizar el suministro del país, tras la situación actual que el país vive con Rusia.
Timm Kehler, presidente del grupo de la industria del gas natural Zukunft afirmó por teléfono, según Bloomberg, que "todo esto es causado por Rusia, y los importadores de gas están sufriendo las consecuencias". El empresario afirmó que, en caso de no tomarse esta medida podría haber una "una crisis de liquidez. La carga adicional tendrá que ser compartida conjuntamente por todos los consumidores".
Tras la invasión de Ucrania por parte de Rusia, el corte del gas a los países de centro Europa siempre estuvo sobre la mesa, pero ahora suena con especial fuerza después de que ya se haya reducido el suministro en gran medida y el Kremlin ya haya puesto en práctica el corte con varios países que se negaron a pagar en rublos, comp Países Bajos.
La realidad para Alemania, al igual que muchos países Europeos, es que Alemania sea la siguiente, especialmente tras haber sufrido ya varios recortes que han provocado una situación crítica en la mayor energética del país, Uniper, que se desploma en bolsa y confirma que está en negociaciones con el Gobierno para un rescate, pues no puede sostenerse por sí misma.
En ese sentido, el ministro de Economía y Clima, Robert Habeck, ha anunciado que los hidrocarburos son de ahora en adelante un "bien escaso" y ha elevado el nivel de alerta energética por el miedo a un desabastecimiento en la recta final del año en el peor de los escenarios. Actualmente están en nivel dos de alerta, destacando que el máximo es el nivel tres. "Tenemos que tomar precauciones ahora para estar preparados para el invierno", advirtió Habeck. En ese sentido, el político pidió a los ciudadanos que ahorren este recurso.
La próxima gran prueba para los compradores de gas en Europa es detener por completo los flujos a través del gasoducto Nord Stream, la ruta más grande a Europa, durante unos 10 días en julio para el mantenimiento planificado. Al gobierno de Alemania le preocupa que Rusia pueda decidir no reanudar los flujos después de la interrupción programada después de que redujo los suministros en la ruta a principios de este mes.
"Esperamos que el gobierno trabaje duro para activar el traspaso de costos", dijo Vincent Ayral, analista de JP Morgan, en una nota el jueves. "Sin embargo, este es un ejercicio delicado que puede tener muchos impactos en la economía y no tenemos visibilidad sobre el tiempo".