Energía

Más allá del Sáhara: el áfrica subsahariana ofrece un gran potencial

  • La guerra entre Rusia y Ucrania ha puesto en jaque a un continente que aún no había superado la crisis provocada por el Covid 19

Tan solo 14 kilómetros separan a España, y en consecuencia a Europa, de un continente que alberga a más de 1.200 millones de personas y que entraña un reguero de oportunidades.

La guerra desatada por Putin en Ucrania no ha dejado indiferente a nadie. Ni siquiera ha podido salvarse de los estragos del conflicto el continente africano, que vio como el enfrentamiento de dos de sus principales exportadores suponía un notable incremento en los precios de las materias primas -en algunos países africanos, el 80% del trigo procedía de Rusia y Ucrania-. Todo ello en un territorio que aún seguía tratando de superar las consecuencias provocadas por el Covid-19 que frenaron el gran crecimiento que venían experimentando países como Sudán, Ruanda, Ghana o Etiopía que se colocaban en el top 10 del crecimiento mundial en 2019.

Ahora, el Banco Mundial ha constatado que el crecimiento mundial se desacelerará hasta 2023 y todo ello contribuirá al riesgo de lo que califica como un "aterrizaje brusco" en las economías en desarrollo, como sería el caso de las africanas. Desde el Fondo Monetario Internacional (FMI) apuntan que el crecimiento de África disminuirá del 4,5% estimado para 2021 hasta el 3,8% en 2022 para remontar hasta el 4% en 2023. Una situación que para el economista jefe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, Raymond Gilpin, supone "una crisis sin precentes" en el continente.

Acercándonos al país africano más próximo a Europa y España, Marruecos, se constata esta contracción del crecimiento. En las últimas proyecciones de crecimiento, el FMI estimó las previsiones de crecimiento en Marruecos en el 1,1% para 2022 y que la inflación del país se sitúe en el 4,4% este año, que ya se ubicaba en el 3,3% en marzo.

Pese a todo ello, Marruecos, el país ha puesto el foco en estrategias de modernización de los sectores más tradicionales, como la agricultura, la pesca o la minería, y el desarrollo de industrias innovadores. Así, al igual que ocurre con el resto del continente, el país norteafricano ofrece importantes operaciones de negocio, en las que se destacan el sector de equipos y componentes de automoción, los bienes de equipo y las materias primas industriales, maquinaria y equipamiento agropecuario y las energías renovables -Marruecos planea autoabastecer el 50% de sus necesidades enérgeticas a través de recursos propios de energías renovables para el 2030-.

Ya vio Siemens Gamesa este atractivo entorno de negocio y en el 2017 abrió su primera fábrica de palas en Tánger, convirtiéndose así en la primera fábrica de palas elaboradas íntegramente en Marruecos y situándose en una posición estratégica en la que exportarlas a el resto de África, Oriente Medio y Europa.

Las relaciones entre España y Marruecos han sido siempre estrechas. Nuestro país se establece en el primer puesto de países proveedores de Marruecos. Aunque, como en toda relación, las conexiones españo-marroquíes tienen sus altibajos. El reconocimiento del Sáhara Occidental como región autónoma supuso la última crisis diplomática entre ambos países que se saldó con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, aceptando la soberanía de Marruecos sobre este territorio el pasado 18 de marzo.

No hay que olvidar al tercero en discordia en este conflicto de relaciones: Argelia. El país, con grandes riquezas naturales, ha basado su economía en la producción de gas y petróleo -que constituyen el 95% de sus exportaciones-, convirtiéndose en uno de los países miembro de la Organización de países exportadores de petróleo (OPEP) y en el principal productor de hidrocarburos del Mediterráneo. Todo ello constata a Argelia como un mercado en rápido crecimiento, aunque ligado a las tensiones económicas e institucionales, así como a los cambios en los precios de las materias primas.

Este año el país se ha visto beneficiado por la coyuntura económica mundial que se ha caracterizado por un constante aumento de los precios de la energía. Así lo constata el FMI, que en sus últimas proyecciones elevó medio punto las previsiones de crecimiento de Argelia, situándolas en el 2,4% para 2022, pese a que prevé que la inflación se sitúe en el 8,7% este mismo año.

Los lazos entre Argelia y España son también fuertes, en parte debido a la gran dependencia energética que presenta nuestro país frente al africano. Tan solo entre enero del 2021 y del 22, España compró el 41,4% del gas a Argelia, pese a que el último dato ofrecido por la Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos (CORES) muestra un claro descenso que coincide con el giro de la posición de España sobre el Sáhara Occidental y la materia prima argelina ya solo supone un 29% del total de las compras mensuales.

A pesar de que la apertura comercial de Argelia y la inserción económica internacional son reducidas, el país prevé reformas estructurales que potencien el clima de negocios, en el que se incluyen la apertura de carga marítima y el área al sector privado, como apuntan desde Casa de África.

En España, Repsol se internacionalizó en suelo argelino en el que posee cinco bloques de producción y dos bloques exploratorios. La producción neta de Repsol en el país asciende a cerca de 13.000 barriles de petróleo al día, según datos de la propia compañía.

Más allá del Sáhara

Pese a todo ello, Europa tiende a pecar de no mirar las regiones del continente más allá de la frontera natural que supone el desierto del Sáhara. Un error, pues es en los países subsaharianos donde se encuentran algunas de las mayores oportunidades y potenciales de toda África.

Es el caso de Nigeria, convertida en la mayor economía de todo el continente africano, al superar a Sudáfrica en términos de PIB y de población. Situado en la costa del Golfo de Guinea, el país se convierte en el mayor productor de petróleo de toda África y el octavo de la OPEP y se reafirma, además, como la principal exportadora de petróleo a España en el primer trimestre de 2022. El país africano totalizó en los primeros tres meses de 2022 2,4 millones de toneladas de crudo enviadas a nuestro país, lo que supone el 15,3% del total. Un país prácticamente vendido al oro negro, aunque la agricultura también supone una base de su economía. Tan solo el cacao, el té, el café y las especias encarnan el 2% de las exportaciones. Ante todo ello, las posibilidades en esta región son innegables. En el país resalta la necesidad de diversificación económica con el fin de minimizar la vulnerabilidad a las coyunturas externas. Así mismo el agro-procesamiento es otro de los factores que podría potenciar el desarrollo industrial y el empleo. Con todo ello, para el país se espera una tasa de crecimiento del 3,4% en 2022, según el FMI.

Cepsa ya visualizó estas oportunidades de negocio en el entorno y se estableció en el país en el que poseen el 30% de la empresa productora del producto químico alquilbenceno en Nigeria. Poseen dos plantas químicas en la región para su producción y una tercera en proceso de construcción.

Para España, Sudáfrica constituye el segundo destino de inversión en el continente y el cuarto en exportaciones. El territorio posee grandes oportunidades especialmente en materia de energías renovables, aguas e infraestructuras de transporte. El último país del continente africano es, paradójicamente, el más occidentalizado. El 67% de su PIB proviene del sector servicios, siendo el 30% del sector secundario, con una fuerte presencia de la minería, y una ínfima parte ocupada por la agricultura.

Las energías renovables son, de hecho, la mayor oportunidad de crecimiento para este país, cuya tasa de crecimiento anual se situaba en el 6,2% en marzo de 2022. Por todos los potenciales que presenta Sudáfrica, multitud de empresas españolas han decidido establecerse en la región. Fue el caso de Iberdrola que ya en 2014 vio vislumbró esta oportunidad de inversión y llevó a cabo la construcción de tres parques eólicos. En el sector energético, también destacan Siemens Gamesa o Acciona con diversos proyectos de energía renovables e infraestructuras en el territorio. Otras compañías destacables en la zona son Acerinox -Sudáfrica es uno de los primeros productores de minerales- Fluidra o Amadeus.

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