En plena crisis energética, la vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra de Transición Ecológica y para el Reto Demográfico, Teresa Ribera, ha confirmado este jueves que Argelia, a través de su empresa estatal Sonatrach, tiene la intención de subir los precios del gas a España aunque ha confiado en que dicho incremento sea "moderado".
El presidente del grupo público argelino Sonatrach, Touffik Hakkar, anunció el pasado viernes que su país contempla una subida de precio para el gas que vende a España, al contrario de lo que han decidido para el resto de compradores europeos de este combustible. En declaraciones a TVE, Ribera ha indicado que la intención de Sonatrach de subir los precios "viene desde octubre, porque entiende que los precios están muy por debajo del precio al que se cotizaba el gas en los mercados internacionales" aunque espera que el incremento sea "moderado".
Según ha recordado, las negociaciones entre las compañías españolas y Sonatrach "suelen llevar mucho tiempo" pero confía en que los términos comerciales en los que se fija el precio del gas se cierren "cuanto antes".
Sobre si la postura del Gobierno en relación con el Sáhara Occidental puede perjudicar el suministro de gas procedente de Argelia, la vicepresidenta tercera ha asegurado que para España es "fundamental" tener una "excelente relación" tanto con Marruecos como con Argelia y ha lamentado que entre estos dos países no exista una "relación fluida" siempre: "La relación con Argelia, que es un país fiable, que cumple con sus compromisos, nos parece que está asegurada en este extremo del suministro de gas en las necesidades y en los términos que viene comprando España desde hace mucho".
En este sentido, ha explicado que el pasado mes de octubre se inició la revisión de los precios del gas entre la empresa suministradora argelina Sonatrach y las energéticas españolas, una operación entre compañías que ha definido como "estrictamente comercial", pero "no entre gobiernos".
"Alguna de nuestras compañías gasistas denunció unilateralmente los contratos de gas que tenía con algunas empresas industriales, cosa que como Gobierno no nos gustó, pero no podíamos intervenir. A partir de ahí empezó una nueva propuesta de precios de gas", ha precisado.
Naturgy ve difícil pactar un precio del gas con Argelia porque "todo influye"
Con la negociación en ciernes, el presidente y consejero delegado de Naturgy, Francisco Reynés, se ha mostrado convencido de que las negociaciones que mantiene la compañía con Argelia sobre el precio del gas para el próximo trienio "no van a ser fáciles puesto que todo influye".
"Cualquier indicación política en decisiones argelinas tiene mucho más impacto que en una negociación entre compañías privadas", ha indicado en un acto organizado por la Confederación Española de Directivos y Ejecutivos (CEDE). Sonatrach supone el 80% del PIB de Argelia, por lo que, a su juicio, "la negociación no solo es empresa-empresa sino también empresa-Estado y pesa mucho en las riqueza argelina".
La gasista española compra el gas argelino y está inmersa en una negociación con Argelia, ya que cada tres años las partes deben acordar nuevos precios del gas pese a que existe un contrato firmado a largo plazo hasta 2032 por unos 12.000 millones de euros.
Según Reynés, Naturgy tiene una "cierta capacidad de negociar unos precios, pero que en ningún caso se desacoplan de la senda de precios de los mercados inmediatos".
El contrato cada tres años expiró en 2021 y estaba fijado a una referencia Brent. Sin embargo "el mercado ha girado y ahora la referencia es otra, por lo que Argelia quiere negociar cuáles serán los nuevos precios con esa otra referencia y ahí estamos discutiendo", ha apuntado.
Esta negociación sobre el gas argelino, que Naturgy dedica a los clientes residenciales e industriales, es "ordinaria y tiene dos salidas, o un acuerdo o un arbitraje internacional en la Cámara de Comercio de París", ha concluido.