Erse, la CNMC portuguesa, ha anunciado su propuesta de tarifas eléctricas para 2022 y los parámetros para el periodo regulatorio de 2022 a 2025 y propone un leve incremento del 0,2% para los consumidores domésticos y pymes, pese a que la evolución de su mercado mayorista es prácticamente la misma que la española.
Las tarifas eléctricas reguladas de los usuarios finales para 2022 en el segmento de baja tensión, en comparación con la media del año 2021, que incluye a los consumidores de electricidad residenciales y pymes, aumentarán un 0,2% en promedio.
La subida, tal y como justifica el regulador portugués, se basa en la reducción de las tarifas de acceso a la red en un 52,2%, apoyadas principalmente por la evolución favorable del diferencial entre las tarifas de alimentación estables para la generación del régimen especial (incluidas las renovables y la cogeneración) y los precios más altos de la electricidad al por mayor.
El coste medio de compra en el mercado mayorista de electricidad para el suministro de los clientes regulados se asume en 105,5 euros/MWh para 2022, frente a los 49,5 euros/MWh inicialmente asumidos en las tarifas para 2021, que subieron 5 euros/MWh en julio y septiembre de este año.
La tasa de rentabilidad preliminar para las empresas será del 4,3% antes de impuestos. El tipo definitivo en el periodo 2022-25 se fijará para el año t, según la media diaria del rendimiento de la deuda pública portuguesa a 10 años entre octubre del año t-1 y septiembre del año t - este mecanismo prevé un suelo y un tope del 4% y del 7,3%, respectivamente.
De acuerdo con las normas de regulación de la electricidad en Portugal, el Consejo Consultivo de Tarifas, que incluye representantes de las empresas reguladas y de los consumidores, emitirá su dictamen no vinculante el 15 de noviembre. A continuación, el ERSE aprobará las tarifas y los parámetros definitivos hasta el 15 de diciembre de 2021.