
La gran industria reclama la celebración de una nueva subasta de interrumpibilidad para poder hacer frente a las dificultades económicas que atraviesan y su posición más débil frente a competidores como Francia, Italia o Alemania, que lejos de ver como se reduce el apoyo a este tipo de industria, lo han incrementado en los últimos meses como vía para apoyar la recuperación económica por el coronavirus.
Italia, por ejemplo, cuenta con subastas de electricidad por 4.400 MW y ha vuelto a convocar otra más para seguir aumentando el apoyo.
Los grandes consumidores españoles llevan más de 18 meses esperando la aprobación del Estatuto de consumidores electrointensivos que nunca acaba de llegar y que está poniendo en una situación complicada a algunas de las principales industrias del país.
España, aseguran desde AEGE, necesita con urgencia impulsar la actividad industrial por su efecto tractor sobre la economía y el empleo, para lo que deben adoptarse medidas que estimulen la competitividad reduciendo los costes energéticos y favoreciendo un suministro eléctrico competitivo.
Según el Barómetro energético que realiza esta asociación, el precio medio previsto del mercado diario en 2020 estaría en 32 euros/MWh. En estos primeros meses los precios eléctricos de Alemania y Francia han sido inferiores a los de España, por lo que el precio a final de año será superior al de dichos países.
Este año, los costes regulados -peajes y cargos del sistema- no han variado, al igual que en los últimos años, pero sí los servicios de ajuste, que se han encarecido, en particular los precios de las restricciones técnicas. Además, la industria electrointensiva española, a falta de aprobarse su Estatuto, no disfruta de las compensaciones de los peajes de transporte eléctrico ni de la de los cargos de financiación de las renovables, existentes para Alemania y Francia, por lo que el diferencial de precios estimados a fin de año se sitúa de nuevo en 20 euros/MWh más caros que estos países.
Hasta 2019, la retribución del servicio de interrumpibilidad ha servido para reducir ese diferencial de precios y mejorar la competitividad pero las empresas ven cerca la llegada de junio sin que hasta el momento hayan recibido ningún tipo de información sobre la celebración o no de una nueva subasta.
Compensación del CO2
La mejora de la competitividad del coste eléctrico de la industria básica dependerá este año de dos factores: que se alcance la cuantía máxima permitida de las compensaciones del CO2 indirecto y que se potencie el servicio de interrumpibilidad, dotándolo de potencia y retribución suficiente como hacen en otros países europeos.
Desde Aege se muestran convencidos de la voluntad del Gobierno para impulsar su industria básica porque de ella dependen miles de empleos estables y de calidad y porque es un pilar básico de la economía. "Sabemos que el Gobierno es consciente de esa necesidad. Valoramos la labor realizada por el Ministerio de Industria en la Comisión Europea alcanzando la aprobación para que las ayudas compensatorias del CO2 indirecto se doten en su cuantía máxima.
La publicación en el BOE, el 7 de mayo, de estas compensaciones con una dotación de 6 millones de euros, que permite la prórroga de los PGE, abre la puerta a que se materialice cuanto antes el compromiso del Ministerio de alcanzar ese máximo permitido de 275 millones de euros, por debajo del 25% de los ingresos de las subastas de derechos de emisión (más de 1.240 millones).