La era de la transformación digital tiene a las empresas desconcertadas y en continua búsqueda de renovación. En muchos casos, nuevas iniciativas están haciendo tambalearse modelos de negocio enteros. Están desapareciendo industrias y ya hay puestos de trabajo que han dejado de existir. Estamos viviendo la era del cambio, y muchos nos preguntamos si todo lo que cambia lo hace a mejor.
Qué difícil es arrancar una iniciativa empresarial -solo el 26 por ciento supera el primer año de vida-, qué difícil crear un modelo de negocio -solo un 29 por ciento supera los cinco años-, y qué sobrenatural es crear un negocio que perdura en el tiempo. En este especial honramos a los fundadores y equipos humanos que se han sabido reinventar, que han creado un modelo tan robusto que ha sobrevivido a las inclemencias del mercado y la competencia, que han soportado crisis económicas y transformación social y que hoy permanecen erguidas ante el mayor reto social desde la revolución industrial.
La industria periodística ha sido, probablemente la primera en enfrentarse a esta transformación. Nuestros lectores se informan de maneras cada vez más dispares y de modos tanto más diversos. Ahora te informas en el móvil varias veces al día, eres impactado por contenidos casi sin quererlo y te ves obligado a leer titulares a cualquier hora del día, con las interrupciones que supone para tu jornada. Para nosotros supone que nuestros contenidos tienen que estar disponibles cada vez en más soportes, que nuestra redacción debe estar disponible a cualquier hora del día y de la noche, y que nuestra tecnología debe estar optimizada para todos los nuevos formatos que surgen. Muchos competidores han caído intentando rentabilizar las inversiones que este cambio supone, mientras mantenían las estructuras heredadas de tiempos anteriores. En esta época queda patente la necesidad de reinventarse de forma continua. Esa es la filosofía de elEconomista, cuyo primer número vio la luz hace más de 150 años.
El reto es evidente. Lo explica a la perfección sir Ken Robinson: cuanto mayores somos, menos creativos nos volvemos. Nuestra formación y nuestra experiencia crea reglas en nuestro cerebro y en nuestras organizaciones. Cuando te quieres dar cuenta, los principios sobre los que has establecido esas reglas han cambiado, la realidad ha evolucionado y ya no tienen sentido. Esta es la razón fundamental por la que un joven emprendedor, con menos formación y mucha menos experiencia es capaz de aportar una solución nueva al mismo problema, en algunos casos, comiéndonos la tostada. Los grandes líderes coinciden: el secreto de la larga vida de una empresa reside en su evolución continua.
Los visionarios, los de mente inquieta, los fieles a principios y valores, los que se adecuan y se transforman, los que innovan e invierten en futuro, los que ponen al cliente en el centro de todas las decisiones... Ellos son los héroes de esta historia, los que han marcado un hito convirtiéndose en empresas centenarias. A ellos, nuestra mas sincera enhorabuena. A todas las personas que han participado en crear y mantener este tejido empresarial del que todos nos sentimos tan orgullosos.