
Entre 1991 y 2010 la esperanza de vida de los varones españoles crecía a un ritmo de 6,9 horas diarias y la de las mujeres de 5,3, hasta llegar a los 79 años en el primer caso y a 85 en el segundo en 2012. Y en los próximos años seguirá aumentando, aunque a menor ritmo, hasta sumar cinco años y medio más en 2047. Sin embargo, el hecho de que cada vez vivamos más no nos ha convertido hasta ahora en más previsores.
Luis Sáez de Jáuregui, director de Vida, Pensiones y Servicios Financieros de AXA y autor del estudio (con datos del Instituto Nacional de Estadística) del que se derivan los datos anteriores, advierte que la previsión debe realizarse cuando uno es joven y todavía queda un largo recorrido hasta la jubilación. Después ya puede ser demasiado tarde para contratar algunos seguros como los de jubilación, vida, salud o dependencia, que tienen ciertos límites o que aumentan considerablemente sus primas a determinadas edades.
A juicio de este experto, los mayores de hoy no fueron precisamente demasiado previsores cuando eran jóvenes. Incluso, en estos momentos, seguros como el de dependencia apenas se están desarrollando en España; y otros como la hipoteca inversa, pensada para aumentar los escasos ingresos de la jubilación cambiando la vivienda por una renta vitalicia, no han tenido acogida entre la población. "Si no hemos sido previsores con productos para la jubilación, más difícil es pensar que lo íbamos a ser con otros más complejos como el seguro de dependencia".