Aernnova ha dado un primer paso para hacerse con el negocio de Bombamdier en Irlanda del Norte, que está en venta desde el año pasado. Según informa el diario británico Financial Times, la compañía con sede en Vitoria se encuentra entre las empresas y fondos interesados en adquirir la planta donde Bombardier fabrica alas y fuselajes para distintas aeronaves, estre ellas el nuevo A220 de Airbus. Aernnova ha rechazado realizar cualquier tipo de comentario sobre esta presunta muestra de interés, que ni desmiente ni confirma, pero lo cierto es que el movimiento tendría mucho sentido ya que la firma aeronaútica es proveedor de Airbus y de Boeing, y podría generar economías de escala con esta planta.
Además de la firma española, la prensa también ha señalado a Spirit AeroSystems, la británica GKN o Triumph Group como posibles interesadas en hacerse con las operaciones de Bombardier en Irlanda del Norte, que están intrínsecamente relacionadas con la familia de aeronaves de la CSeries (ahora A220). No en vano, todas han manifestado estar explorando alternativas estratégicas para su negocio de estructuras aéreas. La planta de la región británica, que a finales de 2017 empleaba a unas 4.500 personas, obtuvo una ganancia operativa de 4,9 millones de dólares (4,3 millones de euros) en 2018, frente a los números rojos de 33,8 millones de dólares (30,1 millones de euros) de un año antes.
La desinversión, que cuenta con Bank of America Merrill Lynch y Credit Suisse como asesores, forma parte del plan de reestructuración de la compañía canadiense, que ha optado por reducir a la mínima expresión su negocio aéreo para centrarse en el ferroviario. Así, ya se ha deshecho de los aviones comerciales y sólo se quedará con los jets privados. En este sentido, el fabricante ya ha vendido a Airbus el 50,01% de su filial C Series (CS100 y CS300), cuyos modelos han sido rebautizados por el A220-100 y A220-300, que han tenido un gran éxito de ventas debido a la capacidad de la multinacional europea de bajar los costes de fabricación y de aprovechar su gran red comercial para buscar compradores. En este punto, cerró la feria de Le Bourget contratos para 85 unidades de su familia A220.
A su vez, el pasado mes de junio el fabricante traspasó la unidad de los aviones regionales CRJ a Mitsubishi, en una operación valorada en 483 millones de euros, y poco antes culminó la venta del programa de los aviones de turbohélices QSeries a Longview Aviation, la matriz de Viking Air, por unos 263 millones de euros. Así, la firma se hizo también la planta en la que seguirá fabricando el Dash 8 Q400, que se usan para extinción de incendios en países como Canadá o como Francia.