
La compra de Sprint por parte de T-Mobile, una operación valorada en 26.000 millones de dólares, suma nuevos detractores. Los fiscales generales de 10 estados de Estados Unidos, liderados por Nueva York y California, han interpuesto una demanda que busca bloquear la fusión incluso si esta recibiera el visto buenos de los reguladores.
Según justifica Letitia James, la fiscal general del estado de Nueva York, de completarse, esta operación causaría "un daño irreparable" a los usuarios de telefonía móvil del país, especialmente entre las comunidades con menos ingresos. "Este es precisamente el tipo de megafusión que dañará a los consumidores además de aniquilar puestos de trabajo y que nuestra legislación antimonopolio debe prevenir", señaló en un comunicado.
En estos momentos, el Departamento de Justicia de EEUU todavía revisando la propuesta de compra mientras Ajit Pay, el presidente de la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC, por sus siglas en inglés) ha respaldado públicamente que la fusión se lleve a cabo. Las acciones de Sprint llegaron a caer hasta un 6,9% mientras que las de T-Mobile se dejaron más de un 2% después de que Reuters adelantase la demanda presentada por diversos estados.
T-Mobile y Sprint se comprometieron a no subir los precios en los tres años posteriores a la fusión
John Legere, consejero delegado de T-Mobile, defiende que la compra de Sprint, que crearía la tercera mayor operadora de telefonía móvil en el país, ofrecería a la compañía resultante una capacidad real para competir directamente con titanes como AT&T y Verizon. Entre los objetivos se encuentra el desarrollo de las redes 5G.
No obstante, aquellos que se oponen a este matrimonio alegan que hasta la fecha ambos operadores por separado han conseguido hacer que el mercado de la telefonía móvil a este lado del Atlántico sea mucho más competitivo, gracias a unos precios mucho más asequibles. Su fusión eliminaría uno de los principales factores competitivos dentro del mercado.
T-Mobile y Sprint han logrado el respaldo de la FCC después de comprometerse a no subir los precios en los tres años posteriores a la fusión y el compromiso de Sprint de vender su servicio de prepago Boost Mobile.